La Semana Santa acabó con pocas fuerzas. El Sábado Santo ha sido incompleto pero en esta ocasión no ha sido la lluvia la que dio al traste con la jornada sino la falta de fuerzas que se ha producido en el paso de la Virgen de la Soledad.

La hermandad del Santo Entierro ha tenido que tomar la decisión en el interior de la Catedral de volverse a su templo por Arquitecto Acero, Campo del Sur y de vuelta a la iglesia de Santa Cruz después de que el paso de la Virgen llegara con muchas dificultades al primer templo diocesano.

La cuadrilla comandada por Francisco José Benítez Tey ‘Taté’ se enfrentó a varios problemas antes de salir por la ausencia de un grupo de cargadores que estaban comprometidos y que no aparecieron para la salida en la tarde del Sábado Santo. Para colmo, casi todas se concentraron en la banda izquierda del paso.

Eso hizo que el paso saliera desde el principio con algunos problemas a lo que se le unió el enorme calor que hacía en la jornada una vez que salió al Campo del Sur pasadas las cuatro de la tarde.

La cofradía empezó su recorrido y poco a poco fue avanzando hasta llegar a la Catedral. Allí se comenzó la estación de penitencia pero la dificultades del paso de la Virgen de la Soledad ya fueron todavía más visibles al entrar allí, donde llegaron con mucho esfuerzo a la girola.

En ese momento, cuando ya había algunos tramos de las secciones del Cristo fuera de la Catedral, se ordenó que volvieran Arquitecto Acero para arriba y se quedaran formados dentro de la Catedral a la espera de que se tomara una decisión.

El hermano mayor, Fernando Díaz Riol, subió minutos después al altar mayor de la Catedral y anunció que se activaba otro plan porque debido al fuerte calor existente que ha afectado a la cuadrilla “no se puede garantizar que terminen su labor en condiciones”. En este sentido, dijo que la hermandad saldría por la puerta de Arquitecto Acero para dirigirse hacia el Campo del Sur y acabar en la iglesia de Santa Cruz.

Junto al Santísimo, el capataz sacó a toda la cuadrilla, cambió a los maniguetas de delante al bajar la altura de paso y reacondicionó la cuadrilla para llegar en las mejores condiciones posibles. A pesar de que corrió como la pólvora un mensaje de whatsapp en la que se pedían cargadores para la Virgen de la Soledad, fueron los mismos que la habían llevado allí y con algunas incorporaciones, los que la llevaron de vuelta a su sede canónica.

El regreso se llevó a cabo con una gran expectación por parte del público, que aplaudió a la cuadrilla en ese último esfuerzo de regreso.

La entrada en Santa Cruz fue muy dura para los cargadores pero sobre todo para los hermanos que iban en el cortejo, que lloraron a lágrima tendida un regreso inesperado al templo pasadas las siete y media de la tarde.

Esta situación es algo que no se daba en la Semana Santa de Cádiz desde hace mucho tiempo. Lo más parecido fue cuando en 1981 la cuadrilla de Cigarreras dejó en el ayuntamiento el paso y se tuvieron que meter cargadores para llevarlo a su templo.

Esta misma semana el Jueves Santo en Jerez también el palio de las Cinco Llagas ni siquiera pudo llegar a la Catedral y tuvo que volverse antes de tiempo por los problemas que estaba sufriendo la cuadrilla.

Este fin de Sábado Santo no se podía prever apenas cuatro horas antes en Santa Cruz cuando la cofradía se puso en la calle con el muñidor abriendo paso a la cruz de guía y todo el cortejo.

Con un sol imponente fueron saliendo todos los penitentes y las representaciones de otras cofradías como es tradición en Santo Entierro, aunque era una parte mínima de la Semana Santa de Cádiz. También había representantes de instituciones civiles y militares y varios concejales del ayuntamiento de Cádiz. Con la urna empujada por mujeres, el paso de la Virgen de la Soledad con los sudarios y la cruz empezó a andar con ‘Virgen de Valle’ sin saber lo que le vendría después.