La archicofradía de La Palma ha cerrado un año histórico para esta corporación del barrio de La Viña. A la Coronación Canónica de la Virgen de las Penas el pasado 14 de agosto, se le ha unido este martes la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de la actividad de la conmemoración del maremoto de 1755 por la hermandad de La Palma de Cádiz.

Precisamente, la delegada del Gobierno de la Junta en Cádiz, Mercedes Colombo, ha hecho entrega al hermano mayor de esta archicofradía, Francis Lucero, del documento acreditativo tras la función votiva que ha puesto punto y final a los cultos en honor de la Virgen de La Palma. Esta misa ha estado presidida por el obispo de la diócesis, Rafael Zornoza Boy.

Mercedes Colombo ha hecho hincapié en el trabajo que ha hecho la Delegación Territorial de Cultura para que se pudiera llevar a cabo la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz,a sí como al secretario general de Patrimonio Histórico, Cristóbal Jurado, y al propio Francis Lucero para que haya podido fraguar una iniciativa que echó a andar en el año 2010.

Tal y como ha dicho Mercedes Colombo en su intervención en la iglesia de La Palma, "la actividad ritualice que se practica en torno al Rosario y procesión de la Virgen de La Palma en el barrio de La Viña es en sí misma un fenómeno que presenta relevantes valores patrimoniales, especialmente enmarcadas en el interés etnológico".

En este sentido, añade que "hay que remarcar su largo proceso histórico, su gran valoración entre los participantes, los procesos de identidad local que genera entre ellos, e incluso la sociabilidad y asociacionismo generados alrededor de esta". Esto convierte a la festividad del 1 de noviembre, a su juicio, "un elemento destacado del patrimonio cultural andaluz".

La delegada del Gobierno de la Junta ha aseverado que se recuerda cada 1 de noviembre desde 1755, "el momento en el que aconteció el maremoto de Cádiz y cuando los sacerdotes de la capilla de la Virgen de La Palma, acompañados de vecinos del barrio que se valían de su protección, atestiguaban ver retroceder las aguas que se adentraban por la cale principal atribuyéndolo a la misma". En este sentido, ese mismo día por la tarde "todo el vecindario vino a dar las gracias a la Virgen y, de este modo, se origina la celebración que ha llegado hasta la actualidad".

Colombo ha ido desgranando los altibajos que ha ido teniendo a lao largo del tiempo que impidió en algunos casos la procesión vespertina, "aunque siempre su hermandad ha estado activa y ha organizado las fiestas en su honor donde se incluía, de manera inextinguible, el rosario matutino hasta la playa de La Caleta", como así ha ocurrido también en la jornada de este martes.

En su alocución, asegura que se ha mantenido a lo largo del tiempo "la esencia primigenia que la hizo brotar", pero actualmente "presenta una amplia diversidad de participantes y espectadores que hacen que este prometa mantenerse hacia el futuro".

Por ello, considera que es en estos participantes y espectadores "donde se demuestra que esta celebración es una manifestación de interés cultural". En este sentido, señala que "en él están insertos valores identitarios presentes en la utilización del espacio, en este caso el barrio de La Viña, representado por sus habitantes y aledaños". Por ello, tiene muy claro que "el 1 de noviembre se refuerza la identidad del barrio sin modificar a grades rasgos la estructura social imperante en el resto del año".

El valor identitario "también se observa en las formas de sociabilidad y asociacionismo presentes. Por un lado. se encuentra el asociacionismo oficial ligado al ritual, en este caso la archicofradía, que se halla sujeta al estamento eclesiástico". Pero también hay otras como la de los cargadores, la de los vecinos no organizados e incluso el del coro de La Salle Viña: "Todo ellos forman esa imagen comunitaria mostrando la identidad que representa el ritual festivo religioso y asegura la permanencia de estas relaciones".

Por todo ello, se acredita "los valores históricos, artísticos y etnológicos e la consideración del citado ritual festivo religioso como Patrimonio Cultural Andaluz".

Por su parte, Francis Lucero ha hecho hincapié en el año histórico que se ha vivido en la archicofradía y ha aprovechado para despedirse como hermano mayor después de 20 años vividos en dos etapas. Por ello ha hecho muchos agradecimientos pro en especial al obispo Rafael Zornoza por su predisposición a ayudar siempre a la archicofradía. Al final le ha dado a todos los presentes las gracias "por estos preciosos y duros años de trabajo en la hermandad y por la hermandad".

Lucero dejará el cargo una vez que tome posesión la Junta de Gobierno tras el cabildo de elecciones que tendrá lugar el sábado y al que concurren dos candidaturas. Asimismo, la procesión de este martes por la tarde de la Virgen de La Palma es el último culto externo que irá con la vara dorada.