Cuaresma 2022 en Cádiz

Toñi Martínez Novas | Pregonera de la Semana Santa de Cádiz 2022: "Va a ser la Semana Santa de la emoción, como si la de este año fuera la primera"

  • Su carácter “extremadamente responsable” la ha llevado a escribir el pregón “en un mes, porque no me dejaba dormir”

  • Avanza que el pregón será “como una procesión en la calle”

Toñi Martínez, pregonera de la Semana Santa de Cádiz 2022.

Toñi Martínez, pregonera de la Semana Santa de Cádiz 2022. / Jesús Marín

Un nuevo Domingo de Pasión, pero posiblemente como nunca antes se había vivido. El último domingo de una Cuaresma que, esta vez sí, es la antesala de una Semana Santa plena, con los pasos y los cortejos ya disponiéndose en el interior de las iglesias para recuperar lo que el Covid encerró en 2020. Este anuncio del regreso de las procesiones lo hace hoy en Cádiz Antonia Martínez Novas, la pregonera de la Semana Santa, que desde el atril del Gran Teatro Falla tiene este mediodía la responsabilidad de reafirmar que la ciudad recuperará este año su Semana Santa.

–¿Cuáles son sus sensaciones horas antes del pregón?

–Yo no me podía imaginar jamás dar el pregón de la Semana Santa; y por eso estoy viviendo todo como un inmenso regalo. Incluido la responsabilidad de escribirlo, que por cierto pensé que me iba a costar más pero que he comprobado que cuando te pones fluye todo. Tengo la sensación de estar recibiendo muchísimo cariño por parte de las hermandades, de que mi nombramiento ha sido muy bien aceptado. Es que yo llevo prácticamente toda mi vida en las cofradías, y también a causa de la música también conozco a casi todos. Además se da una cosa curiosa: la gente que hay ahora en el gobierno de las hermandades es la gente que había en la juventud cofrade cuando yo era joven y empecé en este mundo.

–¿Cómo ha sido el proceso de creación del pregón?

–Lo que más me ha costado es encontrar un hilo argumental, que el pregón tenga un orden y un concierto. Lo que tenía claro era el final, y empecé por ahí; de hecho al final el principio y el final va entrelazado. La Semana Santa es una procesión en la calle, y ese es el hilo que me ha servido para hilar el pregón; una procesión desde la cruz de guía, los penitentes, los acólitos… aunque esta procesión no acaba en el paso de palio, porque luego surgen otras cosas durante el pregón.

–¿Y cómo ha vivido esa soledad del pregonero, ese enfrentamiento a los folios en blanco?

–Pues mira, yo no necesito silencio ni estar sola para escribir ni nada de eso. De hecho, he escrito gran parte del pregón con mi madre al lado viendo Sálvame, siempre que iba a pasar la tarde con ella. Y otras frases las he escrito corriendo en el móvil cuando se me ocurría algo, para luego ir encajándolo todo.

–Le toca pregonar en un año especialmente extraordinario. ¿Cómo palpa la pregonera ese regreso de las cofradías a la calle tras la pandemia?

–En el pregón digo que esta es la Semana Santa de la esperanza, y creo que me he equivocado: es la Semana Santa de la emoción. Es como si la de este año fuera la primera Semana Santa. Se están viviendo momentos muy emotivos, a la gente se le saltan las lágrimas al hablar; yo mismo no era consciente de lo importante que era la Semana Santa en mi vida hasta estos dos años. Y eso que el año pasado hubo algo y se vivieron momentos muy bonitos, pero no se puede comparar.

–¿Qué ha supuesto o va a suponer a las cofradías este parón de dos años?

–En primer lugar creo que va a provocar un poco de desapego de la gente, de la gente que no está dentro en el día a día de las cofradías. Es que hay generaciones que llevan dos años sin vivir la Semana Santa, y no pueden querer algo que llevan dos años sin vivir. No tienen esa ilusión que siempre se ha tenido a determinadas edades. Y al mismo tiempo, las generaciones mayores que han sufrido más el confinamiento van a faltar también este año, bien por miedo, por deterioro físico, u otros motivos. A eso se suma la crisis económica derivada del Covid, que complica la salida sobre todo de familias de varios miembros que ahora no tengan dinero para tanto y no lo quieren comunicar a las hermandades. Porque en las hermandades no se queda nadie sin salir por no tener dinero.

–¿Cómo trata Cádiz a la pregonera de la Semana Santa?

–Muy bien. Yo había vivido ya esto en el año 2000, cuando fue pregonero mi marido (Miguel Ángel Novo). Y no tiene nada que ver; hay un abismo entre 2000 y 2022. Está siendo una Cuaresma muy intensa, con muchas invitaciones, mucho cariño, con muchos actos organizados y realizados ex profeso para la pregonera. También lo he podido vivir intensamente con mis amigos, que han querido estar conmigo, tener un detalle… Me he sentido muy querida.

–¿Ha descubierto algo de las cofradías a raíz de su nombramiento?

–Realmente no, porque es que yo vivo mucho dentro de las hermandades y hay poco que no conozca. Pero sí he tenido cosas especiales que no conocía, como por ejemplo en Piedad, que tenía un acto sólo para la pregonera que no conocía. O como me pasó el otro día, que me entrevisté junto al pregonero de Jerez y el de El Puerto, que es el vestidor de la Amargura (Pablo Baena); después de la entrevista acerqué al vestidor a Cádiz, y tomando con él una cerveza me invitaron a entrar en San Agustín y ver a la Virgen antes de empezar a vestirla. Fue un momento muy emocionante que me llegó directo al corazón y que no esperaba. Como ese he vivido actos muy emocionantes, como el de la Estrella de Jerez, por ejemplo, que fui a cantar a un culto y quiso la hermandad tener un detalle conmigo por mi nombramiento de pregonera.

–¿Qué le falta y qué le sobra al pregón?

–No sabría decirte. Sí hay cosas que yo cambiaría, pero son criterios personales.

–Dígame algún ejemplo.

–Por ejemplo el hecho de que te presente un amigo, como me va a pasar a mí con Inma (Ruiz Gené), que creo que es algo que debe venir para quedarse. Yo creo que cuando el Consejo elige a un pregonero, confía en que va a estar a la altura de las circunstancias en todos los sentidos, y eso incluye confianza en la elección de su presentador. Para mí es importante que el último abrazo antes del pregón te lo dé un amigo, y además como un amigo no te conoce el pregonero del año anterior. En Jerez y en El Puerto, que antes hablaba de sus pregoneros, ocurre así.

–¿En qué momento cree que se encuentran las hermandades de Cádiz y su Semana Santa?

–Yo creo que la Semana Santa es un milagro. La gente la ve, pero la implicación en las cofradías es difícil. Tenemos una enorme Semana Santa porque los cofrades la hacen posible a base de mucho esfuerzo, así que es un milagro porque la gente que está dentro hace posible ese milagro. Todo lo que se hace en las cofradías, todo lo que se estrena, es siempre a costa de las mismas personas, que colaboran y aportan una y otra vez. Cádiz además no tiene feria, como otras muchas ciudades; ni pueden las cofradías sacar rédito al Carnaval por las distintas normativas actuales, así que hay muy pocos recursos para la Semana Santa. Por eso hay que alabar la labor de todos los que hacen posible la maravillosa Semana Santa que tiene Cádiz.

–¿Cuál es la Semana Santa que no le gusta perderse a la pregonera?

–A mí me gusta verla cada vez en un sitio distinto, yo que me he llevado muchos años en Palillero viendo a todas las cofradías por los niños y eso. Nos gusta ir cambiando, porque la ciudad además tiene una fisonomía muy especial que permite disfrutar en muchos sitios. Pero lo que no me pierdo, por ejemplo, es el paso de la cofradía de Sanidad en su recogida por El Pópulo; ahí no falto nunca. La Palma también me gusta mucho verla de vuelta, más que por la tarde temprano; aunque a mí me gustan las cofradías de día. Pero ya digo, yo procuro no encasillar mi Semana Santa en los mismos sitios y a las mismas horas.

–¿Qué es lo que más le ha costado de su designación como pregonera?

–Escribir el pregón. Yo soy extremadamente responsable, y a finales de noviembre ya tenía escrito el pregón. He escrito el pregón en un mes, pero porque no me dejaba dormir, no por otra cosa. Yo me levantaba, desayunaba, comía, trabajaba… tenía todo el día el pregón en la cabeza. También me ha costado mucho la corrección del texto, no sé cuántas veces lo habré corregido, pero si te digo cien veces no exagero; y cada vez encontraba algo que corregir: una coma, un punto que no correspondía, una frase con reiteraciones. Siempre hay algo.

–¿Y qué es lo que más ha disfrutado?

–Pues todos los premios, el cariño de la gente, el protagonismo que te dan las hermandades, y de tantos momentos íntimos que vivimos con las hermandades. También del ánimo de la gente anónima que te para por la calle, han sido muestras constantes estos meses. De tardar una hora de mi casa al Palillero, vamos.

–¿Qué espera con su pregón? ¿Qué mensaje quiere hacer llegar a Cádiz en esta antesala de la Semana Santa?

–Pues voy a decir algo que no es mío, sino que le escuché el otro día a un pregonero y lo voy a copiar porque me gustó mucho: si consiguiera que en algún momento de mi pregón le tocara la fibra sensible a todos y cada uno de los que están en el teatro, me daría por satisfecha. Mi intención es que la gente se sienta identificada con lo que estoy contando, que crean que ellos hubieran dicho también algo similar. Y sobre todo insistiré en el mensaje de que Cristo murió en la cruz por amor por nosotros.

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