Un 'refugio' para los gatos
campaña para el control de la población felina
Hasta 34 colonias felinas se contabilizan en La Isla. Voluntarios de dos protectoras, Aprodea y Bahía Felina, se encargan de su cuidado y control
San fernando/En La Isla, el problema de los gatos callejeros está bajo control. Y todo gracias a un grupo de personas que desinteresadamente se encarga de su cuidado y se esfuerza cada día para que estos animales puedan vivir en condiciones saludables.
Algunos de estos voluntarios trabajan dentro de la protectora Aprodea, con 25 años de trayectoria. Es una de las que se encarga del cuidado de las colonias de gatos que existen en La Isla. "Hemos colaborado con todos los gobiernos que ha tenido San Fernando, pero nosotros lo hacemos todo de manera altruista", dice Mercedes Borrero, una de estas voluntarias, que explica a Diario de Cádiz cómo es el trabajo que llevan a cabo.
El problema de los gatos callejeros -dice- ha ido a más en los últimos años, aunque también se han puesto en marcha medidas para controlar su población. Y advierte: "Si hay gatos en la calle es por nuestra culpa".
Hace algo más de un año que comenzó la campaña con el Ayuntamiento para regular el cuidado de los gatos. A quienes han sido encargados del cuidado de estos animales les ha sido entregado un carné que les acredita para esta tarea. De hecho, está prohibido realizarla sin no se dispone de esta acreditación. Cada colonia cuenta con un encargado y con una serie de cuidadores que realizan las labores de alimentación, cuidado y castración de los gatos.
Una tarea difícil, en primer lugar, porque quienes la realizan lo hacen de manera voluntaria por lo que, como asegura la cuidadora, "toda la comida que damos a los gatos la pagamos de nuestro bolsillo". Pero también porque a veces resulta ingrata al toparse con una dramática realidad. "Es reconfortante, hay que admitir que le coges cariño a muchos de ellos y, de repente, cualquiera puede acabar con sus vidas".
Una situación -advierte- que se está repitiendo con asiduidad durante los últimos meses. Desde las asociaciones protectoras se denuncia que muchos de estos animales están sufriendo ataques de personas en las colonias que existen en San Fernando. Hay casos de envenenamientos y hasta hay quienes se divierten tirando al blanco con una escopeta de plomillos. "No hay ningún tipo de sanción para quien ataca a un gato", lamenta esta cuidadora.
Cristina O'Dogherty es otra voluntaria que comenzó a castrar gatos con unas compañeras hasta que finalmente entró a formar parte de Aprodea. Hoy -explica- su labor se realiza con mucha más facilidad gracias a la intervención del Ayuntamiento. "Antes teníamos que pagar de nuestra cuenta todas las castraciones. Sin embargo, ahora lo financian todo ellos y es mucho más fácil", explica. Y es que la tarea de la castración es de gran importancia para mantener bajo control la población que existe. "Se evita la reproducción descontrolada", afirma.
En estos momentos el número de colonias se sitúa en 34, la mayoría de las cuales están controladas por Aprodea y el resto por Bahía Felina. Enrique Kieslich, cuidador de esta otra asociación cuenta que antes de comenzar a trabajar codo con codo con el Ayuntamiento se habían localizado 15 colonias. Y avisa de que a pesar de que el número ha ascendido todavía no están todos los asentamientos felinos. "Estas son las que hemos conseguido encontrar hasta ahora, pero todavía nos quedan colonias por censar", explica Kieslich.
Una de las medidas que el Consistorio ha decidido tomar para colaborar con ambas asociaciones ha sido la colocación de diferentes carteles para localizar las colonias y para hacer entender a la gente que están controladas. Según Mercedes, ha sido una gran decisión: "De esta manera las personas comprenden que son zonas controladas por lo que no tienen motivos para preocuparse".
Para Kieslich, la actividad de los cuidadores respectos al cuidado y control de los gatos es muy necesaria para la ciudad, "no solo cuidamos de ellos sino que su control representa una mejora para los barrios y todo el conjunto de la ciudad". Aunque afirma que en algunos momentos realizar esta tarea al principio era un trabajo muy complicado. "Hubo momentos en que trabajamos con colonias de hasta 50 gatos, ahora el número se ha reducido mucho y es más fácil".
O'Dogherty, cuidadora de Aprodea, recuerda también que "tanto nosotros como la Policía Local y gente que se encuentra en la zona de las colonias estamos vigilantes para que nadie pueda solar o coger a ningún gato en la calle".
Las protectoras recuerdan que no recogen gatos de particulares
Los miembros de las protectoras han vivido en muchas ocasiones la situación en la que particulares se acercan a entregarles sus gatos. Desde las protectoras quieren recordar que todos los fondos con los que cuentan estas asociaciones son de los propios miembros y de los donantes, por lo que no pueden hacerse cargo de estos gatos. En el caso de Aprodea, por ejemplo, la protectora cuenta con un grupo de 60 voluntarios, que asumen la alimentación de los gatos de las colonias con dinero de su propio bolsillo. Aprodea recuerda que las protectoras son una unión de gente con conciencia, que ama a los animales y que las personas que se acercan a ellos para entregarles sus animales tienen que ser conscientes de las dificultades que requieren las labores que realizan de manera altruista.
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