San Fernando

La propuesta de retranquear los locales de la playa de La Casería 58 metros no convence

  • "No se coge una grúa y se mueve el local, eso supone demolerlo", afirma uno de los afectados 

Casetas de la playa de La Casería.

Casetas de la playa de La Casería. / D.C. (San Fernando)

Ha pasado ya una semana del tsunami que ha supuesto para La Isla enterarse de los 59 expedientes de desalojo que ha impulsado Costas para acabar con las ocupaciones ilegales de la zona de dominio público marítimo terrestre de la playa de La Casería, en la zona norte de San Fernando. Pero las aguas, en este rincón de la Bahía, siguen igual de revueltas.

Al SOS que han lanzado afectados, vecinos y numerosos simpatizantes con la causa, que se resisten a que desaparezca la playa de La Casería tal y como existe en la actualidad –con sus casetas de pescadores y con los dos negocios de hostelería– se une la creciente incertidumbre que ha suscitado la reunión que el pasado lunes mantuvieron el subdelegado del Gobierno, José Pacheco, y el jefe de la Demarcación de Costas en Andalucía-Atlántico, Patricio Poullet.

Este encuentro se saldó con un mensaje bien claro que no ha pasado desapercibido para los afectados: que no hay marcha atrás en los expedientes de La Casería. Incluso se apuntaron dos posibles opciones y se instó al Ayuntamiento isleño a que trabajara en esa línea después de que, a raíz del creciente descontento ciudadano, hubiese mostrado su "malestar" y hubiese exigido la paralización de todo el proceso.

Las alternativas que se han puesto sobre la mesa pasan por dar cabida a las casetas de los pescadores profesionales que todavía existen en la zona en el entorno del cercano club náutico y por llevarse los negocios a una segunda línea, retranqueándolos 58 metros y sacándolos de la zona de dominio público. Pero ninguna de las dos convence.

Lo que se quiere es que no se toque la playa de La Casería y que todo se deje igual que está ahora. Casi 35.000 firmas (digitales)han conseguido reunir a través de la plataforma Change.org en estos días en los que incluso se ha improvisado una concurrida protesta sobre el terreno.

"Es que nadie quiere que se quite esto", dice Reinaldo Muñoz Pérez, responsable de la Cantina del Titi-El Bartolo, que muestra su agradecimiento ante las innumerables muestras de apoyo que ha recibido en estos siete días y ante la contundente respuesta a los planes de Costas que ha dado buena parte de La Isla.

La propuesta que ha hecho Costas de retranquear el negocio 58 metros atrás con respecto al mar no es una solución para este establecimiento. "Es que para nada sería lo mismo que ahora", advierte. Y lo de ahora es, precisamente, lo que le confiere una especial singularidad a este enclave privilegiado. "Vamos a intentar quedarnos como estamos todo el tiempo que sea posible", advierte.

"A nosotros nos duele que nos digan que somos ilegales", afirma Reinaldo Muñoz al referirse a los argumentos empleados por Costas para promover los expedientes de recuperación posesoria de la zona de dominio público. Y no solo se refiere al carácter histórico del local, que se remonta a 1934, sino a que cuenta con una concesión administrativa desde 2014 que fue renovada hace ahora un año. "Pagamos un canon trimestral por esta concesión. El último recibo se cobró en el mes de agosto", explica. Hace unos días le ha llegado también la correspondiente notificación de Costas relativa al negocio.

La reubicación de la que el lunes hablaba el subdelegado del Gobierno tampoco convence al otro negocio de la zona que se ha visto afectado, el merendero La Corchuela. "Habla de retranquear 58 metros los negocios pero el local no se mueve con una grúa y se pone un poco más atrás", advierte Miguel Muriel al dejar en evidencia que esa propuesta supone la desaparición de los establecimientos actuales a pie de costa y su demolición.

"Y eso, evidentemente, tiene un coste", apunta. Una cuestión –advierte– en la que no se ha entrado en detalles y de la que no se han dado más datos a pesar de que se plantea como una salida para los negocios afectados. "Hay una gran incertidumbre por los puestos de trabajo", insiste. "Hablamos de unos 50 puestos de trabajo (entre los dos establecimientos y los pescadores de la zona) que se incrementan cuando llegan los meses de verano". Y lo único claro que hay ahora mismo es que si cierran se quedan sin trabajo.

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