Las polémicas 'vueltas de afuera'
En medio del cruce de acusaciones entre distintas administraciones, el biólogo y experto en acuicultura defiende el mantenimiento de salinas y esteros como la opción más sostenible y destaca su valor económico, patrimonial y etnográfico
San Fernando exige de nuevo a Costas y la Junta el arreglo urgente de las vueltas de afuera de salinas y esteros
Estamos asistiendo a momentos que van a resultar cruciales para el futuro de la bahía de Cádiz y de las zonas de marismas salineras de toda la provincia y los cruces de acusaciones entre las distintas administraciones nos tienen a los habitantes de la zona y especialmente a los titulares de las salinas de la bahía de Cádiz expectantes ante tantas palabras y tan pocos hechos.
Por un lado, nos gustaría contestar, siguiendo el orden inverso al de las apariciones en prensa, al delegado de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, mi amigo Óscar Curtido, al que quiero antes que nada reconocer el esfuerzo y la dedicación que está desarrollando por la mejora ambiental de la zona y por la defensa de los valores naturales del entorno, pero me gustaría hacer algunas puntualizaciones a su nota de prensa. Evidentemente la responsabilidad del mantenimiento de las vueltas de afuera corresponde a los titulares de la salina y así se está haciendo. Las salinas que poseen las vueltas de afuera en perfecto estado de conservación son aquellas donde las empresas titulares están desarrollando actividad acuícola o salinera. Y las que se encuentran en peor estado son las que no poseen titulares de concesión, con lo que la responsabilidad es de la Demarcación de Costas, que no está manteniendo ni una sola sobre las que tiene plena posesión como dominio público marítimo terrestre. Esta es la realidad y creo que el delegado la conoce.
Pero esto no quita responsabilidad en lo que le compete a Medio Ambiente, ya que en sus manos está el apoyar a los actuales titulares y favorecer nuevas inversiones en las actuales y en nuevas salinas que propicie su recuperación y actividad generadora de empleo y de riqueza, con la reciente aprobación definitiva del PORN y PRUG del Parque Natural Bahía de Cádiz (normas básicas para el desarrollo de la actividad), y la necesaria aplicación de las nuevas normas, aunque se genere algún conflicto con Costas. O también desarrollando proyectos para proteger hábitats singulares y de un alto valor, como son zonas donde determinadas poblaciones de aves han nidificado o defender la presencia de especies en peligro de extinción. Ya lo han hecho en anteriores ocasiones, como en su momento en la recuperación y reforzamiento de la vuelta de afuera de la Salina la Covacha o en zonas de playas, que también son dominio público marítimo terrestre. En cualquier caso, la Junta de Andalucía tiene muy pocas competencias en el tema de Costas y en las pocas que tiene siempre ha apoyado al sector acuícola y salinero de forma muy decidida.
También me gustaría hacer alguna apreciación a las declaraciones de mi alcaldesa, Patricia Cavada, aunque comparto gran parte de su mensaje, especialmente en lo referente a que tenemos que ser conscientes de los cambios que se van a provocar en poco tiempo con los efectos del cambio climático.
Efectivamente muchas de nuestras barriadas y ciudades corren un grave peligro si desaparece esa protección de las vueltas de afuera y como ya dije en su momento es seguro que habrá que circular en canoas por la Ronda del Estero de San Fernando.
Pero también hace referencia a la imposibilidad jurídica de actuar en las vueltas de afuera, y esto es así de manera general, pero no de manera concreta en la rotura de la salina de San Cayetano, que interrumpe el sendero del carrascón desde hace más de un año. Porque en este caso el ayuntamiento asumió, mediante convenio, el mantenimiento de este sendero, que si se hubiera realizado correctamente ese mantenimiento nunca se hubiera producido este boquete. Además, se da la circunstancia de que la única salina que posee la titularidad, aunque en un pequeño porcentaje, el Ayuntamiento de San Fernando, es precisamente la salina de San Cayetano, por lo que al ser los titulares (aunque sea en una pequeña parte) están jurídicamente posibilitados y obligados al mantenimiento de esta vuelta de afuera, Y con más motivo tienen que intervenir, ante la pasividad de Costas, ya que saben que esta rotura está afectando a la ÚNICA salina en San Fernando que está produciendo en extensivo, Los Ángeles de San cayetano, poniendo en grave peligro su producción y provocando posiblemente el cese de actividad, en la que como decía es la ÚNICA salina de la Isla produciendo en esteros.
Y por último es necesario dar respuesta a las declaraciones del jefe de la Demarcación de Costas Andalucía-Atlántico Cádiz, Patricio Poullet, que en la cadena Ser ha realizado afirmaciones totalmente inapropiadas y máxime realizadas por la principal persona responsable del cuidado y mantenimiento del dominio público marítimo terrestre de Cádiz. Resulta que a preguntas del entrevistador ha dicho que no va a dedicar ningún presupuesto a mantener las vueltas afuera de las salinas. Y lo dice ante la situación real del abandono de casi el 50 % de las salinas de la Bahía de Cádiz, convirtiéndose estos espacios en polveros salinos, perdiendo toda la biodiversidad, empobreciendo la flora y la fauna e impidiendo su aprovechamiento para mejorar las condiciones socioeconómicas de los habitantes de la zona. Porque cuando una salina se abandona no se convierte en una marisma natural, sino que se pierde un medio singular, valioso y generador de oportunidades.
Y si hablamos del patrimonio cultural y arquitectónico de la zona, solo una persona que ignora la historia de este entorno, puede apostar por la desaparición del patrimonio etnológico y del cultural, con la pérdida de elementos singulares como es la tipología constructiva de las casas salineras o de los molinos de mareas y actividades cómo la salinera o la acuícola.
El argumento que utiliza en la entrevista es que las vueltas de afuera la realizaron los hombres, transformando una marisma natural en una salina, por lo que si se pierde se retornaría a un medio natural más valioso. Pero es un argumento falaz, ya que eso no ocurriría. O acaso el jefe de la Demarcación de Costas sabe más que catedráticos de la Universidad de Cádiz, investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, de técnicos del IFAPA de la Junta de Andalucía, o de colectivos ecologistas y naturalistas que defienden el mantenimiento de las salinas (con su aprovechamiento acuícola o salinero) como la opción más favorable para el mantenimiento sostenible de este entorno. Porque en su intervención, el jefe de la Demarcación, habla de sostenibilidad, y no sé exactamente a que sostenibilidad se refiere, porque la definición dice muy claro que la sostenibilidad es aprovechar los recursos actuales, sin poner en riesgo los futuros. Porque con el abandono de las salinas: ¿Está aprovechando recursos actuales? ¿Quizás no está poniendo en peligro real, con el cambio climático, a las poblaciones futuras de la zona? La sostenibilidad tiene tres patas: ambiental, económica y social. ¿Su comportamiento abandonando las salinas mejora alguna de estas tres patas? O lo que hace es que condena a las actuales y a las futuras.
De todas formas, le pido al jefe de la Demarcación de Costas que lleve a cabo las inversiones necesarias para convertir una salina (aunque sea en una sola) en marisma, y vea si es ese cambio sostenible, viable económicamente y favorable para la biocenosis y biotopo de ese espacio. No se pueden hacer afirmaciones sin contrastar y mantener un estado de abandono absoluto del dominio público marítimo terrestre de la bahía de Cádiz.
La Demarcación de costas de Cádiz puede ser la que menos gasta en el mantenimiento del dominio público y estará quedando muy bien ante el ministerio en Madrid, pero se está actuando condenando el pasado, el presente y el futuro de la población de la zona.
En definitiva, si cada una de las administraciones nacional, regional o local pusieran un poco de su parte podríamos mantener las salinas y los esteros, colaborando a la mejora socioeconómica de la zona, al mantenimiento de los valores naturales y patrimoniales y a la defensa de las poblaciones limítrofes frente a las inminentes consecuencias del cambio climático.
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