En las proximidades del Castillo de San Romualdo no ondeará la bandera española, como quería el PP. Las pretensiones municipales de adecuar una pequeña plaza de granito en la esquina colindante con la calle Escaño -muy cerca del monumento a los caídos en la guerra de Marruecos- se han ido al traste después de que la Consejería de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía haya rechazado el proyecto redactado por el Ayuntamiento a través del área de Desarrollo de la Ciudad y de la delegación específica de Urbanismo.

Considera la Junta que la actuación pretendida por el equipo de gobierno isleño -y anunciada a mediados del pasado mes de junio- es incompatible con su catalogación como un entorno BIC (Bien de Interés Cultural) y las medidas de protección que requiere. Este rechazo al proyecto fue confirmado ayer a este periódico por el propio alcalde isleño, José Loaiza, que lamentó la decisión adoptada desde la Administración autonómica, una medida que atribuye más a cuestiones de índole política que a los criterios técnicos que demanda la conservación del patrimonio.

Lo que el Ayuntamiento pretendía -según las explicaciones que dio hace un par de meses el delegado de Desarrollo, Ángel Martínez- era acondicionar una pequeña plaza peatonal de granito en cuyo centro se levantaría el mástil sobre el que se izaría una enseña nacional de grandes dimensiones, al estilo de la que ondea en la gaditana plaza de Sevilla, que tiene una altura de 22 metros y mide diez metros y medio por siete.

Con esta actuación se esperaba además dar cumplimiento a un acuerdo plenario adoptado por la Corporación Municipal en junio de 2010, una moción presentada en aquel momento por el grupo popular y apoyada por el PA (el PSOE se abstuvo).

El lugar escogido -el entorno del Castillo de San Romualdo- obedecía además a las pretensiones del Gobierno local del PP, que quería izar la bandera en un lugar céntrico y bien visible: a la entrada de la calle Real próxima a la Venta de Vargas. De hecho, el concejal Ángel Martínez, cuando presentó el proyecto para la adecuación de la plaza, aludió al "valor histórico" del monumento, su "magnífica visibilidad" y su "fácil acceso peatonal". Para el Gobierno local era el sitio idóneo. E incluso -se dijo- contribuiría a dar "mayor grandeza" a un conjunto histórico que está pendiente de que concluya su rehabilitación.

Desde Cultura, no obstante, no se comparten estos criterios, que -afirma- no encaja dentro de las medidas de protección y conservación que requiere un entorno BIC. Fuentes de la Junta han señalado además que la actuación, tal y como está concebida, condicionaría la visibilidad del monumento.

La decisión de la Junta, evidentemente, no impide que el Ayuntamiento lleve a cabo su proyecto en otro espacio urbano del centro de la ciudad que no sea entorno BIC. Cabe recordar que el Ayuntamiento ha recibido ya alguna que otra crítica por retirar el verano pasado la bandera de la UE que coronaba la glorieta dedicada a Europa, en cuyo lugar izó una bandera de España.

También, desde el otro extremo, se ha recordado lo voluble que a veces resulta el criterio de Cultura en este sentido. Ser un Bien de Interés Cultural (BIC), por ejemplo, no salvó a la batería de Alburquerque del trazado del tren-tranvía.