Antonio Romero. presidente de la federación de asociaciones de vecinos isla de león

"Con la participación se ha abierto una puerta, pero queda mucho"

  • Sostiene que en La Isla las asociaciones de vecinos "cuentan", lo que en gran medida se debe al esfuerzo que durante años se ha hecho desde la federación

Su visión de La Isla no es la misma que pueda tener cualquier vecino. Podría decirse que lo abarca todo: desde el acerado en mal estado de una barriada, sus problemas de limpieza o de tráfico hasta el desarrollo turístico de Camposoto, la peatonalización de la calle Real o el futuro de Navantia. No es para menos. Antonio Romero es un auténtico veterano curtido en mil batallas vecinales. Llegó a la presidencia de la federación de asociaciones de vecinos Isla de León en el año 2000 tras doce años al frente de la A.VV Rafael Barceló. Ahora, tras 16 años como máximo responsable del colectivo social más representativo de la ciudad, ha vuelto a presentar su candidatura para las elecciones que el movimiento vecinal se dispone a celebrar el próximo 7 de octubre. Cree que todavía hay mucho trabajo por hacer y "compromisos" que no pueden quedarse a medias. A Antonio -a él y a los distintos equipos con los que ha trabajado durante estos años- La Isla le debe mucho de ese peso indiscutible que tienen las 42 asociaciones de vecinos que se reparten a lo largo y ancho del término municipal y a las que la federación intenta agrupar en una causa común. Se esfuerza en ejercer el papel que le toca como contrapunto de los políticos municipales aunque también intenta siempre ser ecuánime y reconoce -cuando toca- los esfuerzos que se hacen desde la otra parte, la del Ayuntamiento.

-¿Cuentan la asociaciones de vecinos en La Isla?

-Pues sí, cuentan. Tengo que reconocerlo. Hasta ahora todos los equipos de gobierno con los que he trabajado como presidente de la federación -unos más y otros menos- han contado con el movimiento vecinal, han escuchado nuestras reivindicaciones, nuestras peticiones para incluirlas en los planes de inversiones de cada presupuesto. Y es complicado, porque de un lado están las muchísimas demandas que llegan de las asociaciones de vecinos -acerados en mal estado, alcorques deteriorados, parques, zonas de juegos infantiles, arreglos pendientes, problemas de limpieza...- y, por otro, el Ayuntamiento, que dispone de una partida concreta para ejecutar estas obras. Es decir, que tiene el dinero que tiene para hacer estas obras, no más. Tiene una capacidad limitada para intervenir y todos los días surge algo: un boquete, un árbol, una acera... Nosotros trasladamos las peticiones al plan de inversiones, las consensuamos con el Ayuntamiento desde hace ya muchos años, pero no le decimos qué tienen que hacer y qué no con sus presupuestos. Ellos tienen que tomar también sus decisiones. En el tema de la participación queda todavía mucho por hacer pero le puedo decir que hay localidades -y lo sé de buena tinta- en las que no se cuenta con las asociaciones de vecinos absolutamente para nada. Y eso en La Isla no pasa.

-¿Y cómo son ahora las relaciones con el equipo de gobierno?

-Son buenas. Hay un diálogo abierto, se nos escucha. Como le he comentado, se sigue colaborando con el plan de inversiones, trabajamos conjuntamente en el reglamento de participación, del que solo queda ya que se afronte su aprobación... Y se nos informa de aquello que concierne a temas de ciudad, como recientemente con las negociaciones con Defensa. Se nos invitó a participar en el Consejo Económico y Social cuando la federación no está representada en ese órgano. Por cierto, que la desafectación es una de las cuestiones en las que el movimiento vecinal está implicada desde tiempos históricos. De allí salió por unanimidad. Todo el mundo dijo que había que decir que sí a la propuesta de Defensa pero que había que intentar trasladar esas hectáreas que se quieren desafectar a una zona con más oportunidades y atractivos turísticos. Eso no quita que no vayamos a seguir defendiendo a ultranza la permanencia del CEFOT-2 y de las instalaciones que están ahí.

-Hay cuestiones, sin embargo, en las que el movimiento vecinal no ha estado de acuerdo con el gobierno local. La playa canina, por ejemplo.

-Ha habido mucha confusión con respecto a este tema. Cuando el Ayuntamiento decidió abrir la playa canina en Camposoto hicimos una encuesta entre las asociaciones de vecinos porque veíamos que mucha gente no estaba de acuerdo. La respuesta que obtuvimos fue un no tajante y ese fue el posicionamiento de la federación: lo que habían dicho las asociaciones de vecinos. El Ayuntamiento luego hizo otra encuesta por internet y salió que sí. Nosotros pensábamos que lo que se iba a hacer era sumar nuestros votos a los de ellos, pero no fue así. Evidentemente, respetamos esa otra encuesta y sus resultados pero la postura de la federación sigue siendo la misma.

-La participación, al igual que la transparencia, son dos términos que el discurso político ha incorporado sin hacer distinción entre siglas. Pero, ¿existe verdaderamente?

-Pues esa es precisamente la cuestión, ver hasta qué punto se consigue avanzar en el tema de la participación. Si no recuerdo mal, en el anterior mandato se convocaron solo tres reuniones del Consejo de Participación Ciudadana en cuatro años. Ahora, en un año, se han convocado otras tres reuniones de este Consejo, aunque en realidad puede decirse que solo ha habido una convocatoria -la constitutiva- porque las otras dos fueron para tratar temas muy específicos como los presupuestos, a iniciativa del propio equipo de gobierno, y las movilizaciones de Navantia. Nos siguen pareciendo muy pocas reuniones y así se lo hemos trasladado a la alcaldesa, a la que hemos insistido en dar ya al Consejo un funcionamiento real, con cierta periodicidad, con un orden del día en el que se traten temas de ciudad...

-También está el tema de los presupuestos participativos que se hicieron por primera vez el año pasado.

-Y reconocimos que se había abierto una puerta en el tema de la participación. El Ayuntamiento tuvo un gesto que no había tenido nadie hasta ahora. Pero le recuerdo que se trataba de elegir entre varios proyectos decididos ya de antemano por el equipo de gobierno. Nosotros entendemos que el proceso tiene que estar abierto a las propuestas que los ciudadanos quieran presentar para que se voten y exista una participación real. Ese era el compromiso que se adquirió el año pasado. Hace unos días nos reunimos con la alcaldesa y le insistimos en la cuestión. De momento, no sabemos nada de los próximos presupuestos participativos. Entendemos que no hay mucho tiempo ya. Y nosotros no vamos a ir deprisa y corriendo. También tenemos nuestras aportaciones, nuestras propuestas que queremos presentar. Y si no se hace bien, la federación no va a participar esta vez.

-El hecho de que la alcaldesa sea también la concejala de Participación Ciudadana, ¿es mejor para los vecinos?

-Creemos que no. Y así se lo hemos trasladado. No porque dudemos de su compromiso ni mucho menos. Es solo una cuestión de disponibilidad. Necesitamos un interlocutor con el que podamos reunirnos en un momento si hace falta, al que podamos llamar para solventar las cosas que surgen cada día... Y un alcalde tiene una agenda muy complicada, tiene muchas cuestiones que atender y no siempre está disponible.

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