El déficit del transporte público –los autobuses urbanos– se disparó a causa de la pandemia hasta superar los 1,4 millones de euros durante el pasado ejercicio de 2020. A las consabidas restricciones derivadas de la crisis sanitaria se sumó un notable descenso del número de viajeros que ahondó en el desequilibrio estructural que arrastra el servicio en la localidad desde hace años.

Las cuentas se aprobaron en el pleno que la Corporación Municipal celebró el pasado jueves ya que el Ayuntamiento –cabe recordar– está obligado a asumir esas pérdidas para ofrecer este servicio público a los ciudadanos.

Durante el debate, los grupos municipales coincidieron una vez más en la necesidad de adoptar medidas para reducir ese déficit que en los últimos ejercicios ha rondado el millón de euros. Lo que se quiere, sobre todo ahora que se trata de luchar contra el cambio climático, es aumentar el uso del transporte público y hacer más cómodo y atractivo el servicio para los viajeros. Y para eso hay que empezar a implantar cambios.

Aunque el concejal de Presidencia y Desarrollo Económico, el socialista Conrado Rodríguez, avisó: todas las sugerencias que se pusieron sobre la mesa –desde introduir bonos o rebajar tarifas hasta aumentar la frecuencia de las líneas...– puede que hicieran más atractivo el servicio pero también repercutirían negativamente en ese déficit estructural al hacerlo incrementar.

Las tarifas, señaló, están congeladas desde 2008. Y en una ciudad que no es excesivamente grande y que resulta cómoda a la hora de desplazarse, "el déficit del transporte público es inevitable, sobre todo cuando lo que se pretende es mejorar el servicio". Aún así, el portavoz del equipo de gobierno admitió que hacía falta "un debate sosegado" con respecto al transporte público en la localidad para hacer más liviana la carga que en este sentido soportan las arcas municipales.

Las aportaciones que han llegado del Gobierno central –una subvención extraordinaria por el impacto del Covid que asciende a 217.772 euros y otra de carácter ordinario que suma otros 74.056 euros– permitirán en todo caso amortiguar el impacto que supone ese aumento del déficit al dejarlo en 1.110.670 euros. Esa cifra –explicó Rodríguez– se sitúa en la línea de las cantidades que el Ayuntamiento isleño ha tenido que afrontar en los últimos años a partir del acuerdo alcanzado en el año 2012.

Eso sí, el concejal de Presidencia y Desarrollo Económico recordó también que en virtud del acuerdo alcanzado con la concesionaria del servicio en 2012 "tenemos que presupuestar todos los años 400.000 euros para hacer frente al déficit anterior a 2011 porque gobiernos anteriores no se hicieron cargo”" Y ese déficit acumulado –que se suma al estructural que arrastra cada año el servicio– superaba los 6 millones de euros, a lo que se añaden los intereses de la deuda.