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El momento difícil de las salas de estudio

  • Usuarios del aulario de la calle Alsedo y las bibliotecas detallan los problemas de horario y plazas que sufren en épocas de exámenes, cuando acuden más estudiantes

El aulario de la calle Alsedo permanecerá cerrado a mediados de agosto durante unos días, está previsto del 14 al 16, en un parón que el Ayuntamiento aprovechará para aumentar el número de plazas de estudio disponibles del edificio; concretamente los estudiantes isleños disfrutarán tras las obras previstas de 20 plazas más. Esta decisión responde a la petición que hizo Enrique Ortega, un opositor que utiliza las instalaciones municipales de San Fernando para prepararse, que recogió más de 1.500 firmas para que el equipo de gobierno oyera las exigencias de los estudiantes, que entre otras cosas reclaman más espacio y mejores horarios. La medida aliviará, solo en parte, los problemas que los ciudadanos que se valen de enclaves públicos para estudiar -alumnos de institutos, universitarios u opositores- sufren, especialmente cuando llegan los periodos fuertes de preparación de exámenes. El nuevo aulario que el gobierno local planea construir, con una partida incluida en los presupuestos municipales, podría paliar en el futuro estas deficiencias de manera definitiva.

Ortega se reunió hace dos semanas con la alcaldesa, Patricia Cavada, y el concejal de Presidencia, Conrado Rodríguez, para trasladarles sus propuestas, que cuentan con el respaldo de muchos isleños. "Es de agradecer la predisposición que el Ayuntamiento ha tenido para sentarse a escuchar a los estudiantes y atender sus quejas", aplaude. Entre las peticiones que trasladó estaba la ampliación de las plazas del aulario que va a salir adelante en unas semanas, lo que considera un avance importante, "aunque no es suficiente", matiza. Sus reivindicaciones son compartidas con otros asiduos a las salas de estudio y bibliotecas de San Fernando. Mario González, opositor a Inspección de Trabajo, y José Romero, estudiante de grado, reconocen que "en estos momentos no tenemos problemas para estudiar". "Pero cuando llegue la segunda quincena de agosto va a ser imposible coger sitio", apuntan. Una situación para la que ambos coinciden en una misma solución: "Si las bibliotecas de la plaza del Carmen y de la calle Churruca abrieran por la tarde no habría ningún problema".

El horario de las dos bibliotecas para los meses de verano es de nueve de la mañana a dos de la tarde, lo que a González no le parece suficiente. "Por las mañanas se puede estudiar sin problema, pero después de comer solo tenemos una posibilidad, el aulario de la calle Alsedo, y no hay sitio suficiente para todos", expone.

El gobierno local ha reservado una partida -de más de 620.000 euros- en los nuevos presupuestos municipales, recién aprobados de manera definitiva el pasado jueves en el pleno tras el periodo de alegaciones, para la construcción de un nuevo aulario que garantice otro espacio a los estudiantes para que preparen sus exámenes. Era una petición de algunos de los barrios de la periferia, que reclamaban un equipamiento de estas características para que los jóvenes residentes no tuvieran que desplazarse al centro e incluso a otras localidades del entorno con mejores prestaciones en este sentido, como Cádiz que al ser ciudad con instalaciones universitarias también cuenta con espacios de estudio con horarios más prolongados. Camposoto o especialmente la zona de El Pino siempre han insistido en esta cuestión y de hecho fue uno de los proyectos ciudadanos del proceso de presupuestos participativos que se llevó a cabo en 2016 y que obtuvo más apoyo de los isleños. Desde el equipo de gobierno se aboga, en cualquier caso, por un lugar céntrico para albergar este futuro espacio para los estudiantes. Entre las opciones está la superficie junto al Parque Almirante Laulhé que sirve de bolsa de aparcamiento desde hace años, donde estaba la antigua piscina. Precisamente, que urbanísticamente sea una zona de equipamiento facilitaría esta actuación, que además respetaría en los bajos de la edificación nueva la existencia de plazas de estacionamiento que dan cobertura a los vecinos de la zona, a los trabajadores del entorno o a quienes acuden al centro de la ciudad.

Desde el equipo de gobierno se reconoce que hay una necesidad clara, al ser San Fernando un municipio con un tejido estudiantil importante. No lo tienen tan claro algunos de los usuarios de los espacios de estudio de la ciudad. José Romero cree que "no es necesario que se haga un aulario nuevo. Bastaría con que se ampliara el horario de las bibliotecas y la sala que tenemos ya". Incluso, sostiene, se ahorraría dinero. Enrique Ortega, por su parte, afirma no estar seguro de que este proyecto vaya a salir adelante. De hecho, como Romero, preferiría soluciones para estos momentos. "Lo que los estudiantes queremos son soluciones que podamos aprovechar ahora y el nuevo aulario todavía es una idea que sigue muy en el aire", abunda. De nuevo, pone como solución la ampliación del horario de las bibliotecas. Así se lo transmitió a los responsables municipales en la reunión que mantuvo hace unas semanas. "Puse sobre la mesa diferentes soluciones y en alguna estuvieron de acuerdo. Por eso, estoy pendiente de ver qué ocurre", cuenta.

Una de esas soluciones a las que la alcaldesa y el concejal de Presidencia se comprometieron fue el aumento de horas de la bibliotecas, lo que supondrá aumentar las horas de servicios de la empresa de seguridad. "Con esto nos aseguraríamos que para próximos años tendríamos más horas , pero para este verano ya sería imposible", detalla este opositor. La licitación de un nuevo contrato que el gobierno municipal parece querer tener resuelta en diciembre resolvería esta cuestión, aunque por ahora el Ayuntamiento no puede aumentar horas y efectivos. Una solución sería cubrir esos horarios ampliados, especialmente en el caso de la Luis Berenguer, con personas contratadas a través de los planes de empleo. "Es una idea que sería buena para todos y que ayudaría a que estas semanas ya tuviéramos una solución", explica. Ahora en agosto, cuando los estudiantes comienzan de nuevo a necesitar de los espacios de estudio, resulta difícil encontrar hueco por las tardes, después del almuerzo, por el cierre de las bibliotecas, lo que hace que muchos opten por trasladarse a Cádiz o Chiclana. De momento, Ortega se encuentra a la espera de que el Ayuntamiento realice algún movimiento para atender a esta necesidad. Las estadísticas que la empresa de seguridad hace del número de usuarios de estos lugares a cada hora del día puede dar pistas a la administración de su funcioamiento. "Para que vean cuándo el aforo está completo y actuar en consecuencia para ofrecer nuevas posibilidades", finaliza Ortega.

Con todo para el equipo de gobierno, la nueva sala de estudio que prevé ayudaría a dar cobertura a un número elevado de usuarios y a conseguir esa facilidad horaria al aglutinar en una misma superficie las demandas.

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