San Fernando

La otra lectura del superávit: el dinero de los presupuestos que no se ha gastado en La Isla

La corporación municipal, en una sesión plenaria.

La corporación municipal, en una sesión plenaria. / Román Ríos (San Fernando)

Evidentemente, tener superávit es siempre mejor que arrastrar déficit e incluso es obligado en la administración. Y es completamente normal que los gobiernos municipales, a la hora de redactar sus presupuestos, se den algo de margen para estar cómodos -sobre todo en situaciones económicas bastante normalizadas- y evitar verse luego en un aprieto si no todo sale según lo previsto. Pero los cuantiosos superávit presupuestarios que La Isla acumula desde hace ya varios años -2013, 4,5 millones; 2014, 4,8 millones; 2015, 7,3 millones; 2016, 6,9; y 2017, 7,5 millones- tienen también otra lectura que no resulta tan positiva. Se trata, en definitiva, de dinero que no se ha gastado: de obras, proyectos, subvenciones y programas que podrían haberse llevado a cabo pero que se han quedado en el tintero... Por la falta de tiempo, por la lentitud de los trámites administrativos, porque dependen también de otras administraciones, por prioridades políticas... Y en el caso de 2017 son más de 7,5 millones de euros, una cifra muy llamativa.

El concejal de Desarrollo Económico, Conrado Rodríguez, se anticipó ayer a las posibles críticas en este sentido al poner sobre la mesa el dato de las inversiones acometidas -hasta 5,7 millones de euros- y compararlas con las ejecutadas por sus rivales políticos, el PP, durante un periodo similar del mandato anterior, el año 2014, cuando el volumen total fue de la mitad: 2,7 millones de euros. Y parte del remanente de tesorería, que supera también los ocho millones de euros, se empleará en un nuevo paquete de inversiones a ejecutar: actuaciones complementarias que se sumarán al proyecto de remodelación de los accesos de la playa, una actuación en las calles del entorno del Mercado Central, ahora que el edificio está en obras, y la renovación del mobiliario urbano del centro.

Todo suma, pero cerrar unos presupuestos con un superávit de más de varios millones de euros no debe necesariamente ser siempre sinónimo de buen gestor.

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