Juanjo Castiñeiras define con su pregón a las Glorias de San Fernando

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Juan José Castiñeiras Bustillo, pregonero de las Glorias 2025
Juan José Castiñeiras Bustillo, pregonero de las Glorias 2025 / Jesús Marín

San Fernando/Que la Semana Santa pasa en un suspiro -tempus fugit- es algo que no hace falta recordar al personal. Hace solo siete días había penitentes por las calles y este domingo, todavía en la octava de Pascua, la hermandades de Gloria andan pidiendo la venia con su Pregón en San Fernando. Así, sin apenas tregua, cuando muchos todavía no se han recuperado de su particular síndrome de Stendhal o de ese shock que supone volver a la vida real el Lunes de Pascua. Cosas de una Semana Santa tardía.

Claro que Juan José Castiñeiras Bustillo se ha encargado de hacer mucho más llevadera esa transición en este caluroso domingo que marca ya el comienzo de un nuevo tiempo al llevarnos por el camino de las Glorias según lo cuenta La Isla del Carmen, de la Pastora, de San José, el Rocío y Santa Elena. Y lo ha hecho doctorándose como un grandísimo pregonero en el atril de la capilla de la Vera Cruz. Cum laude, además. Aunque hay que reconocer que tampoco sorprende habida cuenta de su trayectoria.

Solo con la palabra, sin echar mano a más recursos y artificios que unos cuantos versos en el momento preciso y sin demasiado efectismo, el pregonero ha logrado emocionar a los presentes en no pocas ocasiones a lo largo de una exaltación no clásica sino más bien personal, en la que ha ido pasando de manera imperceptible de la primera persona del singular a la del plural: es decir, de su propia vivencia de las Glorias -de su propia vida, en realidad- a la manera en la que ciudad respira en torno a estas grandes devociones que le dan sentido y la definen.

Juan José Castiñeiras Bustillo, durante el Pregón de las Glorias 2025
Juan José Castiñeiras Bustillo, durante el Pregón de las Glorias 2025 / Jesús Marín

Ha sido un pregón honesto y sincero, en el que al pregonero se le ha notado que hablaba con la mano puesta en el corazón y la mirada en los recuerdos. Un pregón también que a veces se ha aliviado con algo de guasa desatando las sonrisas de los presentes en la capilla de la calle Patrona pero que tampoco ha rehuido mencionar algunos temas espinosos, ya fueran esos bancos vacíos que se ven en las iglesias en tiempo ordinario, esa mirada a veces distante de la Iglesia hacia las hermandades, los egos y discusiones absurdas o esos cofrades que solo aparecen por el templo una vez al mes "o lo que es peor, una vez año". Y sobre todo ha sido un pregón que ha tocado literalmente la gloria al hablar de su hermandad del Carmen y de su devoción a la Patrona.

Cartel anunciador de las Glorias 2025 en San Fernando
Cartel anunciador de las Glorias 2025 en San Fernando / Jesús Marín

La brújula que marca el camino de las Glorias

No somos nosotros los que elegimos a nuestras devociones. Puede que cegados por nuestra vanidad humana así lo creamos, pero no es así. Son ellas las que nos eligen a nosotros y las que luego no nos sueltan de la mano. Las que no se olvidan de uno aunque uno -como reza el Salve madre- sí lo haga en algunos momentos de su vida. Qué acertado ha estado Juanjo Castiñeiras al convertir este argumento en una de las claves en torno a las que ha articulado ese relato que ha dado comienzo echando la vista atrás y recordando aquellos años de adolescencia, allá por los 80, en los que un grupo de chavales, después de la preceptiva pachanguita, se reunía en la Juventud Carmelitana. En una vida pasan muchas cosas. El propio pregonero ha recordado algunos de esos momentos que han marcado la suya y la de su familia: una preocupante enfermedad en la juventud, un accidente de tráfico, un Covid complicado que en plena pandemia lo obligó a ingresar en el hospital en un par de ocasiones... Pero esas devociones siempre están ahí, esperándonos. "Ellos nos eligieron a nosotros, son nuestras devociones, son nuestros caminos", que ha dicho al reflexionar sobre estos momentos vitales.

Juan José Castiñeiras pregona a las Glorias en San Fernando

Eso, en cierto modo, ha encajado además perfectamente con el cartel anunciador de las Glorias, que el Consejo de Hermandades y Cofradías ha presentado también este domingo en la capilla de la Vera Cruz. Una original obra de José Miguel González Morales que pone a la Virgen del Carmen en el norte de una simbólica brújula que marca ese camino por las Glorias. La obra se ha descubierto justo antes de que el pregonero tomara la palabra.

Juanjo Castiñeiras ha abordado también en ese recorrido que va del 1 de mayo al 15 de agosto -en el que no se ha olvidado de mencionar a la Virgen de las Mercedes de los Desamparados ni a María Auxiliadora de los salesianos- la mejor definición posible de lo que es ser "un cofrade de Gloria", que ha llegado a describir de manera pormenorizada: "Somos diferentes a nuestros hermanos de Pasión", ha precisado al hablar de esa particular manera de ser de la gente de Gloria, los que llevan el abanico en el bolsillo del traje de chaqueta, "los que hacen procesiones en épocas estivales", "los que rinden culto con el corazón en la mano, con la mirada puesta en el cielo y los pies firmes en la tierra", "los que sin hacer ruido llenamos de luz, de esperanza y alegría cada rincón por donde pasa nuestro cortejo". Porque ser cofrade de Gloria, ha venido a decir al terminar su pregón, no es sino "vivir con un pie en el cielo".

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