17 años y medio han pasado ya desde que el Ayuntamiento formalizó la compra de la Casa Lazaga. Demasiado tiempo para no haber hecho nada al respecto. Es cierto que todas y cada una de las iniciativas que se han intentado poner en marcha para recuperar este inmueble y darle uso -en distintos momentos- han fracasado estrepitosamente y que el edificio requiere de una inversión millonaria que difícilmente se puede abordar desde el Consistorio mientras otra gran obra, la del Ayuntamiento, esté en marcha. Pero la situación de la finca hace tiempo que es insostenible, por más que los trabajos de urgencia llevados a cabo a finales del pasado año hayan conseguido al menos garantizar la seguridad del inmueble para mayor tranquilidad de los vecinos, entre ellos, los que han denunciado el ruinoso estado de la finca al Defensor del Pueblo.

Hay que recordar que el PSOE, hoy en la Alcaldía, abogaba en el programa electoral con el que se presentó y ganó las elecciones de 2015 por mantener la idea del PP de dar cabida en este inmueble al futuro Museo Camarón. Luego dio marcha atrás en favor del solar colindante a la Venta de Vargas, dadas las mayores facilidades y el menor coste que de entrada supone un edificio de nueva factura.

Y, a menos de un año para las elecciones municipales y con otras prioridades sobre la mesa, parece bastante improbable que vaya a cambiar la situación de la Casa Lazaga o de la antigua finca de la Cruz Roja, que es otro edificio monumental de la calle Real que se encuentra en idéntica situación (aunque lleve menos tiempo en manos municipales).

Con todo, la solución de la Casa Lazaga -la que sea- no puede esperar mucho más. E, inevitablemente, será uno de los temas que copará el debate de las elecciones de 2019.