consecuencias del 22-m La Isla deja de ser plaza fuerte para el PA

El final de la era andalucista

  • La estrepitosa caída del PA en las urnas el pasado 22-M ha puesto final a una etapa de 22 años, más de dos décadas en las que la Alcaldía isleña ha estado en manos de esta formación

El 8 de agosto de 1989, el PA accedió al gobierno tras presentar una moción de censura que desbancó a Avelino Arias, entonces regidor. Antonio Moreno se convirtió en el alcalde de San Fernando. En las siguientes elecciones municipales, en 1991, arrasaría en las urnas al conseguir 16 concejales, los mejores resultados cosechados por la formación nacionalista en su historia. Poco después, en mayo de 1992, cortaría la cinta que inauguró el complejo deportivo y comercial de Bahía Sur, todo un icono de los nuevos tiempos que soplaban en La Isla. Eran los comienzos de la era andalucista.

Durante casi 22 años, el PA ha conseguido mantener su liderazgo en San Fernando, una ciudad que para la formación nacionalista ha llegado a convertirse en todo un símbolo. Uno de sus bastiones. Hasta el pasado 22 de mayo.

La fortaleza, con el paso de los años, ha terminado por ceder y se ha derrumbado estrepitosamente en las urnas, donde hace dos semanas alcanzó unos calamitosos resultados. El PA, con Manuel de Bernardo al frente, sufrió una sangría de votos sin precedentes, que dejaron muy mermada a la formación, con tan sólo tres concejales y sin posibilidad de mantener la Alcaldía que durante más de dos décadas había estado en sus manos. La era andalucista había llegado a su fin. El ciclo, con independencia de que todavía la formación pueda tocar gobierno si finalmente se da un pacto con el PP, había terminado.

Los andalucistas han perdido su peso, su protagonismo político. Ahora, la formación nacionalista dice que ha entrado en un periodo de reflexión acerca de su futuro. Debate su regeneración, la manera en la que recuperar en los próximos años la confianza que ha perdido entre el electorado isleño.

Lo cierto es que ya en las municipales de 2003, el PA -todavía con Moreno al frente- perdió la mayoría absoluta que había reconquistado cuatro años antes, tras un mandato de gobierno compartido con los socialistas.

En enero de 2005, Manuel de Bernardo asumió la Alcaldía tras la renuncia del que hasta aquel momento había sido el líder indiscutible del PA. Atrás, Moreno dejaba quince años y medio de gobierno. Más de tres lustros en los que la ciudad se había ido modernizando, transformado y creciendo (los desarrollos de Camposoto y La Casería son claros ejemplos). Pero también en los que el municipio -tras la reconversión industrial, la profunda crisis del sector naval y el proceso de reorganización de la Armada que implicó la progresiva desaparición de unidades militares y de efectivos- fue perdiendo puestos de trabajo y capacidad económica sin encontrar una alternativa clara para relanzarse en el marco de la Bahía de Cádiz.

De Bernardo inició una nueva etapa del PA en La Isla, un ciclo de seis años que terminará el próximo 11 de junio, con su salida de la Alcaldía. Una etapa en la que el PA, tras las municipales de 2007, se quedó ya como la segunda fuerza más votada -con ocho concejales- y en la que la formación nacionalista tuvo que recurrir de nuevo a un pacto de gobierno -esta vez, con el PP- para mantener la Alcaldía.

Los últimos años del Gobierno andalucista se han caracterizado por el intento de Manuel de Bernardo de dar un vuelco a la situación de La Isla con la puesta en marcha de una monumental actuación -el tranvía y la peatonalización de la calle Real, arteria principal de la ciudad- y con la conmemoración del Bicentenario de Las Cortes. Dos proyectos, que hasta el momento no han dado los resultados esperados y que se han ligado al futuro de La Isla, a su nuevo desarrollo económico. El propio De Bernardo lo ha tildado en reiteradas ocasiones como "la segunda gran transformación de San Fernando".

Pero también, durante el último mandato, el Gobierno andalucista ha tenido que hacer frente a una de sus peores crisis tras destaparse el robo millonario -7,8 millones de euros- perpetrado durante años en la caja municipal del Ayuntamiento sin que nadie se percatara de ello. Todo un escándalo que todavía anda en manos de la Justicia, que mantiene en prisión provisional a un ex funcionario del área de Hacienda, supuesto autor del desfalco, y que ha supuesto un duro golpe para el PA, al que desde la oposición y numerosos colectivos ciudadanos se le considera responsable político de lo ocurrido por la falta de control en el Ayuntamiento. En gran medida, su fracaso en las urnas se debe al robo y a la pérdida de credibilidad que ha sufrido el Gobierno a causa del desfalco.

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