Día del Carmen en San Fernando: la Patrona, siempre en el centro de todo
El ángelus, la felicitación, la función, el besamanos y la procesión de la Virgen del Carmen acaparan el gran día de fiesta de La Isla
Día del Carmen en San Fernando: las imágenes del ángelus y la primera felicitación a la Patrona
San Fernando vive este miércoles el día más importante de su semana de Feria, aunque lo más importante ha ocurrido fuera del recinto ferial, bastante ajeno a esa fiesta que se vive en las casetas pero inevitablemente inmerso en esa atmósfera única que se respira en los festivos.
Es 16 de julio, así que la festividad de la Patrona –la Santísima Virgen del Carmen– asume en exclusiva el protagonismo en esta jornada llena de tradiciones y recuerdos que siempre resulta tan especial en San Fernando y que se vive además con esa serena placidez que regalan los días de fiesta de verdad, esos que son los de toda la vida. Ella, una vez más, ha estado en el centro de todo.
Desde temprano se han visto colas en las floristerías y se han cruzado cientos de mensajes por esa onomástica que comparten tantísimas isleñas que llevan el nombre de la Virgen. Y para ella, desde luego, han sido las primeras felicitaciones. Llegaron nada más tocar las campanadas de medianoche, como si no se quisiera perder ni un minuto de esas 24 horas que tiene el Día del Carmen para estar con la Virgen. Mientras que en el recinto ferial del Parque tomaba forma la primera noche de fiesta tras el acto de proclamación de las salineras, el ángelus nocturno arrastraba hasta la iglesia conventual a numerosos devotos, ansiosos por ser los primeros en acudir a felicitar a la Patrona.
La iglesia, apenas unas horas después de que hubiese concluido el último día de la novena, volvía a llenarse con su llamada. La Armada española, el Ayuntamiento isleño y la comunidad de padres carmelitas –lo que prácticamente viene a ser todo San Fernando– compartían este entrañable momento en el que todos ellos volvían a encomendarse a su protectora en medio de emotivos discursos –del Almirante de la Flota, de la alcaldesa, del hermano mayor– y de vivas a la Virgen del Carmen.
Así levantaba el telón el 16 de julio en La Isla. La festividad de la doble Patrona –de San Fernando y de la Armada– ha revivido luego durante todo el día esas escenas de devoción que aquí solo se ven con la Carmela, tanto dentro de la iglesia como en la calle. En el interior del templo, con la función religiosa que se celebró a primera hora de la mañana, que ha venido a poner el punto final a la novena que la hermandad celebra desde la semana pasada y con el posterior besamanos a la Virgen. Y fuera, cómo no, con la procesión de alabanzas que a la tarde ha llevado de nuevo a la Patrona a recorrer las calles de su barrio.
Dentro de la iglesia, además de la parte institucional, ha aflorado y ha tomado cuerpo a primeras horas esa devoción latente y silenciosa que tantos isleños profesan hacia su Virgen del Carmen durante todo el año: esas mujeres que sobrellevan el calor de la novena al rítmico e incesante golpe de abanico e intentando buscar sitio cerquita de los ventiladores del templo, los que se emocionan siempre con el canto de la Salve Marinera... o los que no pueden aguantar las lágrimas cuando se ponen delante de ella en el besamanos porque le asaltan los recuerdos.
Y fuera, en la calle, con otra forma diferente de ese cariño carmelitano, algo así como la entusiasta eclosión de todo ese fervor contenido que se contagia entre el público de la acera mientras la Virgen recorre en su paso la ciudad: los gloriosos andares de la cuadrilla, las continuas marchas procesionales, las calles y los balcones engalanados para recibir a la Patrona en su gran día... Y los isleños andando con ella, acompañándola siempre en su recorrido.
Son todas esas escenas propias del Día del Carmen, que este miércoles San Fernando ha revivido una vez más recién comenzada esa Feria que tiene su origen en la mismísima devoción a la Patrona, o sea que ajena del todo tampoco es la fiesta del Carmen y de la Sal. La larga cola de fieles que ha arrastrado el besamanos al término de la función religiosa que se ha celebrado por la mañana y las innumerables muestras y gestos de cariño que han brindado todos los que se han acerdado a la Virgen hablaban mejor que ninguna otra cosa de esos sentimientos que acompañan al 16 de julio según se vive en La Isla.
La escena, de tan auténtica, bastaba para contar la crónica de este Día del Carmen. Poco antes, el carmelita Gustavo Prats, el fraile del convento de Toledo que ha predicado los cultos de la novena, han reflexionado en la homilía acerca de la grandeza de esa devoción y ha hablado con sencillez de todos esos isleños que en este día –y cada uno del año– acuden a ver la Virgen del Carmen para apuntar al auténtico significado de su patronazgo, ese que lleva a construir una ciudad más próspera y que nos empuja a ser mejores vecinos en torno a la referencia que brinda esta popular imagen mariana.
Era, desde luego, el mejor día para recordarlo.Y para disfrutarlo luego recreándose con la procesión de alabanzas que a las ocho menos cuarto de la tarde ha salido del templo carmelita para poner la mejor firma a otro 16 de julio.
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