El deterioro de oficinas y edificios municipales preocupa cada vez más
El Ayuntamiento garantiza la seguridad del Archivo, que por ahora no se moverá de sitio El estado de la casa Lazaga y de la finca de Real, 2, expropiada hace meses, incide en el problema
Aunque el Ayuntamiento procuró ayer quitar hierro al asunto y garantizó la seguridad del personal que desarrolla su labor en las dependencias del Archivo y Fiestas, en la que los bomberos tuvieron que intervenir en la mañana del miércoles ante el mal estado de la fachada y el riesgo de desprendimiento de una de las cornisas exteriores, lo ocurrido pone de manifiesto un problema -el del penoso estado de muchas de las instalaciones municipales- que La Isla arrastra desde que hace nueve años se desalojara el edificio consistorial para afrontar su rehabilitación.
El traslado se hizo entonces con un plan de realojo bastante improvisado y poco elaborado que llevó a hacer hueco de la mejor manera posible a oficinas y dependencias que se repartieron por todo el término municipal, a menudo en condiciones discutibles y, como siempre, con muy pocos recursos. Lo prolongado de esa situación provisional por mucho más tiempo de lo que cualquiera podía esperar -solo ahora, transcurridos más de nueve años, se dispone a comenzar la rehabilitación del Consistorio- y la falta de mantenimiento de los inmuebles hizo el resto.
El listado de dependencias en precario es largo e incluye además del Archivo las mismas instalaciones de Alcaldía-Presidencia, las oficinas de los grupos municipales en la Casa de la Cultura e, incluso, auténticas joyas del patrimonio municipal como la Biblioteca Lobo, que se custodia en un sótano. El paso de los años ha hecho que la provisionalidad, las incomodidades y privaciones de esta diáspora municipal se agrave y los problemas empiecen a dar la cara.
Y todo además coincide con el plan para reordenar buena parte de las dependencias municipales que el nuevo equipo de gobierno intenta llevar a cabo a partir del traslado del Museo Histórico al Castillo de San Romualdo y que afectaría al área de Alcaldía-Presidencia, a las oficinas de los grupos, al área de Desarrollo Sostenible, al despacho del primer teniente de alcaldesa, a la Oficina de Turismo e, incluso, a las antiguas instalaciones del Centro de Interpretación del Parlamentarismo (que desde finales de 2013 están cedidas al grupo DKV para su proyecto Integralia). Una cadena de movimientos que ha sido cuestionada -el PP ha sido el primero en poner esta decisión del gobierno socialista en tela de juicio- al considerarse innecesaria tanta mudanza toda vez que las obras para la rehabilitación del Consistorio están a punto de comenzar y concluirán en 2017 (si se cumplen los plazos).
Ayer, el concejal de Cultura, Juanjo Carrera, aseguró que no existía ningún riesgo serio en las instalaciones del Archivo y el local colindante, que se emplea para guardar parte del mobiliario que estaba en el Consistorio hasta que cerró sus puertas. No hay peligro de desprendimientos, la estructura del edificio no está dañada y la intervención de los bomberos, centrada en la fachada, tuvo un carácter preventivo. La situación de ambos inmuebles se valoró en una reunión técnica que estaba convocada precisamente para tratar de avanzar en la reordenación de las dependencias municipales y que se aprovechó para analizar la situación. Con antelación al problema -se advirtió también- se había lanzado desde el Ayuntamiento un requerimiento a la propiedad para que procediera al arreglo de la fachada, aunque finalmente fue un agente de la Policía Local el que, al percatarse del posible peligro de desprendimiento de la cornisa, dio parte a los bomberos, que hicieron el resto. Eso sí, por el momento parece prácticamente descartada una reubicación de las dependencias del Archivo, que seguirán en su sede provisional hasta que finalicen las obras del Ayuntamiento en verano de 2017.
A pesar de todo, el equipo de gobierno reconoce que el estado en el que se encuentran las instalaciones municipales es un problema de primer orden, que se agrava además si se tiene en cuenta la situación de otros edificios pertenecientes al patrimonio municipal, como la Casa Lazaga y la finca de Real, 2 (antigua sede de la Cruz Roja).
Las obras de consolidación de forjados planteadas en el primero de estos inmuebles, donde estaba previsto que se ubicara el Museo de Camarón, llevan dos meses paralizadas y sin que se haya conseguido llegar a un acuerdo con la adjudicataria, que pide más dinero para acabar la actuación porque entiende que su coste excede lo previsto inicialmente. Estas obras se adjudicaron en la recta final del anterior mandato por 341.891 euros sobre un presupuesto base de 478.000 euros y fue precisamente la ventajosa oferta económica presentada por la adjudicataria -Seranco SA- la que le permitió hacerse con el contrato.
El parón de las obras deja expuesto a este histórico inmueble, que ha visto como su estado se ha agravado exponencialmente con el paso de los años y cuyas cubiertas se han venido abajo en varios puntos, lo que supone además un grave problema cada vez que llueve.
A dar cabida al Archivo y otros fondos documentales se pensaba destinar precisamente la antigua sede de la Cruz Roja, otro edificio en mal estado de conservación que el Ayuntamiento incluyó en el patrimonio municipal tras un proceso de expropiación motivado, precisamente, por la falta de mantenimiento de la finca y el supuesto riesgo que entrañaba su deficiente conservación. Con el cambio de gobierno tras las municipales, se dio marcha atrás en estos planes. Curiosamente, dos semanas antes de las elecciones se había adjudicado la redacción del proyecto por 21.773,95 euros. El contrato no siguió adelante.
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