Dos décadas de la playa

Este verano se cumplen 22 años de la apertura al uso 'oficial' de Camposoto · Al día, durante la temporada estival, la afluencia de visitantes supera las 11.000 personas

Arturo Rivera /San Fernando

15 de agosto 2011 - 06:43

En La Isla hay un dicho oficioso: pasar un día de agosto en la playa de Camposoto es como sentarse en la calle Real. A poco rato que pase, empezarás a ver conocidos, amigos, familiares... Como si uno estuviera sentado en la mismísima plaza del Rey, en pleno centro de la ciudad.

El chascarrillo popular no hace sino poner de manifiesto el absoluto protagonismo que la playa isleña tiene sobre la ciudad durante los meses de julio y agosto, en los que Camposoto vertebra en buena medida la vida social del isleño medio en la temporada de verano.

Un simple vistazo al lleno absoluto que a diario presentan las bolsas de aparcamiento de la playa da buena cuenta del éxito que tiene esta playa enclavada en el Parque Natural de la Bahía, principalmente entre los suyos, aquéllos que más a mano la tienen: los isleños.

Las cifras que se manejan en el área de Medio Ambiente sobre la playa isleña en verano impactan. El número medio de visitantes que registra durante la temporada oficial de baño asciende a 11.177 personas. El máximo diario estimado -cifra que puede superarse perfectamente durante las jornadas de fin de semana- alcanza los 16.440 bañistas.

Y todo se concentra principalmente en los dos kilómetros y medio de litoral que están adecuados como zona de baño y acondicionados por el Ayuntamiento con todo tipo de servicios (duchas, vestuarios, módulos de aseos, vigilancia, chiringuitos...). Es decir, que en Camposoto hay lleno absoluto y asegurado durante prácticamente todas las horas de sol que brinda el verano.

Pero no siempre ha sido así. Hasta hace poco más de dos décadas, los isleños se veían obligados a refrescarse en las playas de las localidades vecinas. La playa de Camposoto -también llamada del Castillo, en alusión al baluarte de Sancti Petri- estaba en manos del Ejército de Tierra y permanecía completamente cerrada a los bañistas. Todavía hoy, de hecho, el acceso está restringido a una franja del litoral que coincide con las proximidades del campo para prácticas de tiro. La Isla, curiosamente, era una isla, una ciudad marinera, sin más playa que la reducida franja litoral de La Casería, donde se acumulaba -todavía sucede hoy- una gran cantidad de lodos. Toda una paradoja que, sin embargo, tuvo un efecto beneficioso. El hecho de que la playa estuviera cerrada a cal y canto para los isleños y de que fuera una propiedad militar garantizó en cierto modo su correcta conservación como una auténtica playa natural, sin construcciones cercanas ni urbanizaciones ni paseos marítimos... Hoy, sin duda, es el gran valor de la playa isleña. Y lo que la hace diferente a las demás. Este año, de hecho, acaba de revalidar por décimo séptima vez el distintivo de la Bandera Azul que, sin embargo, otras playas del entorno han perdido.

Fue en el mes de agosto de 1989, hace 22 años, cuando el Ayuntamiento -en manos del Partido Andalucista, recién llegado al Gobierno con Antonio Moreno- 'tomo posesión' de la playa de Camposoto. Cierto es que ya anteriormente algunos isleños se aventuraban a ir a Camposoto. Pero la playa, en realidad, ni estaba abierta ni contaba con servicios ni se garantizaba la seguridad de los bañistas (hay que tener en cuenta que la aparición de proyectiles procedentes de las prácticas de artillería del Ejército fue frecuente hasta que la playa quedó completamente desmilitarizada en el verano de 2005, cuando se conquistó un kilómetro más de franja litoral para los bañistas).

Hasta el acceso a la playa -a través de una cancela- resultaba complicado al no contar con las pasarelas actuales que permiten salvar el caño de agua que circunda toda la playa. Y la carretera, evidentemente, no estaba urbanizada ni contaba con plazas de aparcamiento.

Los primeros trabajos se pusieron en marcha de cara al verano siguiente. Se urbanizó la carretera, se adecuaron las primeras bolsas de aparcamiento, se habilitaron los accesos y, de cara al verano de 1990, se instalaron los servicios y el equipamiento playero para que los ciudadanos pudieran disfrutar de su primera temporada de baño.

De eso hace ya 21 años, más de dos décadas. Y la playa ha pasado a ser un elemento indispensable del verano isleño. Hoy, claro está, los problemas son bien distintos. Y la principal demanda de los usuarios radica en la necesidad de dotar a la zona de más plazas de aparcamiento. Curiosamente, este verano se ha dado la circunstancia de que la Policía Local ha tenido en ocasiones puntuales que restringir el acceso a la playa desde la rotonda de las banderas para los vehículos al estar ocupadas todas las plazas de aparcamiento.

Desde el área de Sostenibilidad Ambiental, que incluye la Delegación de Playa, el primer teniente de alcalde, Francisco José Romero, recuerda que, probablemente, Camposoto es una de las playas de la zona que cuenta con más plazas de aparcamiento. Sin embargo, resultan insuficientes cuando la playa se llena. Y los isleños continúan prefiriendo ir a Camposoto en su propio vehículo antes que en el autobús urbano. "La gente va a la playa en coche, no hay donde aparcar y el autobús llega vacío", comentan algunos usuarios habituales.

En Camposoto existen unas 3.000 plazas de aparcamiento que se distribuyen en tres grandes bolsas y en el aparcamiento en batería que se extiende a lo largo de toda la playa. Romero, en este sentido, asegura que desde el equipo de gobierno se están estudiando fórmulas -no precisó cuáles- para aumentar el número de plazas de las que dispone la playa. "Somos conscientes de la demanda y de la necesidad de los isleños y queremos buscar soluciones, a pesar de que la playa isleña es una de las que tiene mayor número de aparcamientos", insistió.

stats