Hasta el momento, sólo una de las iniciativas planteadas para dotar al centro de la ciudad de más plazas hoteleras -una de las grandes carencias del municipio, sobre todo con vistas a la efeméride constitucional que se celebrará en 2010- ha conseguido prosperar, aunque para ello ha tenido que superar no pocos obstáculos desde que hace cuatro años el promotor de la idea adquiriera la finca, situada en la confluencia de las calles San Marcos con Tirso de Molina.

Primer fueron los avatares del PEPRICH -ya que la finca que en la próxima primavera se convertirá en un hostal de dos estrellas se encuentra situada dentro del casco histórico-, luego las dificultades para conseguir un crédito bancario para financiar la actuación y, ahora que la obra ya está en marcha, la crisis económica, que también se deja notar. "Si salgo de ésta no me arruino en la vida", bromea el empresario promotor de la iniciativa, Juan Belizón, responsable también del hostal Islasol.

El nuevo establecimiento tendrá capacidad para 21 habitaciones, si bien en un primer momento estaba prevista una tercera planta -permitida con el aumento de edificabilidad del Plan Especial del Casco Histórico- que finalmente no se ha podido incluir en el proyecto debido, precisamente, a la situación en la que todavía se encuentra el documento. Cabe, no obstante, la posibilidad de que en un futuro se amplíe y se añada una nueva planta a la finca -según explica Belizón- lo que permitiría al hostal contar con 32 plazas más de las proyectadas hasta ahora.

En el próximo mes de marzo se prevé que terminen las obras de forma que ya en abril o mayo el nuevo hostal abrirá sus puertas.

Aun haciendo frente a dificultades, esta iniciativa hotelera ha conseguido salir adelante. Otras actuaciones -como la también controvertida transformación de la Casa Lazaga de la calle Real en un hotel-escuela- no han corrido la misma suerte y ni siquiera han conseguido despegar todavía, por lo que ya han sido descartadas para el Bicentenario de Las Cortes, aunque no para el futuro desarrollo de la ciudad y de su casco urbano.

El caso del palacio de los Lazaga -adquirido en el año 2001 por el Ayuntamiento para convertirlo en un céntrico hotel- resulta ya hasta casi paradójico porque nuevamente se ha quedado paralizado por dificultades administrativas surgidas a la hora de licitar la actuación, en cuyo pliego de condiciones ha trabajado el Ayuntamiento -a través de una comisión de trabajo integrada por varias delegaciones y áreas municipales implicadas en el proyecto- durante los últimos años.

La puesta en marcha de este hotel -que tendrá entre 30 y 35 habitaciones y que reservará una parte también a la formación hostelera- está todavía en el aire.

Otra de las iniciativas que todavía no ha conseguido salir adelante es la propuesta para transformar la antigua sede de la Cruz Roja en la calle Real, justo frente a Capitanía, en otro establecimiento hotelero, situado en pleno centro de la ciudad. La iniciativa depende de la respuesta afirmativa del Ministerio de Defensa a la solicitud de desafectación de la parcela destinada a aparcamiento de la antigua Capitanía General de la Zona, que ahora está siendo transformada en un museo naval.

Pero el Ministerio de Defensa ha mostrado ya sus reticencias a la desafectación de la citada parcela colindante al edificio militar, lo que hace prácticamente inviable a este otro proyecto para dotar al centro de infraestructuras hoteleras. Aún así, el alcalde, Manuel de Bernardo, no ha tirado la toalla y sigue -ha afirmado- realizando gestiones para la puesta en marcha del hotel, otra iniciativa privada.

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