El largo camino de la reconstrucción audiovisual de las baterías defensivas

Nunca pensó el arquitecto y militar madrileño Carlos Vargas Machuca que algún día su minucioso trabajo podría verse expresado en tres dimensiones en una pantalla. Nunca lo pensó cuando en julio de 1810 pidió acompañar a La Isla de León al general José Caro, del que había sido nombrado ayudante de campo. Una vez aquí, se le encomendó la misión de elaborar un atlas en el que se dibujaran un gran número de pequeños baluartes, reductos y antiguas casa salineras. Nunca pensó entonces Vargas Machuca que su obra se iba a convertir, en manos de la empresa Loggia, en un producto del futuro. Esta empresa, constituida en 2005, encargó la noble misión de recuperar la cartografía de las baterías defensivas de La Isla al arquitecto José Sancho Roda, cuya intensa investigación tuvo muchos frutos. Uno de ellos fue precisamente redescubrir en el Centro Geográfico del Ejército este documento de Vargas Machuca que él mismo bautizó como El Atlas de las Fortificaciones de La Isla de San Fernando.

Sobre esta prolífica base comenzó a trabajarse entonces en la recreación en tres dimensiones de las fortificaciones. Para ello, explica uno de los responsables de esta empresa, Francisco Toledo, cada uno de planos de Vargas Machuca tuvo que ser recreado primero en un programa informático, para a continuación, desde diversas perspectivas hacer un levantamiento en tres dimensiones, de tal manera que se consigue dar una sensación de movimiento superponiendo los planos. Un último paso, apunta Toledo, consistió en dotar de textura a los materiales que componen esta imagen gráfica, "con la intención de darle un mayor realismo". Así, la textura de la arena, de la piedra o la madera fueron trabajadas en este sentido.

Paso a paso, una a una en más de 30 imágenes, se fue recreando toda la fortificación defensiva isleña que, también explica Toledo, se reparte en tres líneas y se desarrolla en un documento audiovisual de menos de diez minutos con el encabezado de Recorrido virtual por el sistema defensivo de La Isla. La más exterior, recibe el nombre en este documento de Obras de primera línea exterior. En ellas se incluye la Casa de la Soledad y las batería sdel Portazgo, de Daoiz, de Velarde, de la Trinidad y de Santiago. En el borde litoral se encuentra la primera línea defensiva, en la que se reparten la Batería de San José, la de San Francisco, el Fuerte de la Máquina, el Sitio histórico del Puente Suazo y fortificaciones anejas, el Real Carenero (a la que pertenece el penal de las Cuatro Torres), el reducto de San Pedro y el de San Judas, las baterías de Los Ángeles, Gallineras, San José de Bausel, San Melitón de la Calavera, Aspiroz, Urrutia, San Genís -sepultada en la actualidad por las dunas de Camposoto- y terminando con el majestuoso Castillo de Sancti Petri, también en proceso de rehabilitación.

La segunda línea, ya en tierra, está compuesta por el reducto inglés 22, las baterías de Lazareto y del Ocio, los reductos ingleses 1,2 y 3, la batería de Ureña o Saporito, los reductos ingeles 5,6,7 y 8, así como las baterías alta de Gallineras y del Cerro de los Mártires.

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