La larga espera del isleño Óscar Aragón llegó por fin a su término ayer, después de casi tres años. El nuevo kiosco que el Ayuntamiento le adjudicó hace unas semanas en la avenida León Herrero, junto al parque del Barrero, abrió sus puertas. Sus protestas ante el Ayuntamiento, en los plenos o distintas convocatorias municipales han sido habituales en los últimos años. Lamentaba la excesiva demora de los trámites que han tenido que empezarse en el Consistorio desde cero al no existir este tipo de estructuras fijas. Hubo, además, que licitar primero la construcción de tres kioscos y, posteriormente, la explotación de los mismos. Por cierto, que los otros -junto al hospital de San Carlos y en la Glorieta- quedaron desiertos.