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educación

Policías de barrio... y de colegio

  • El CEIP Casal Carrillo reconoce la dedicación de la Policía de Barrio por su cercanía con los niños

  • Un taller de educación vial ha sido la última iniciativa

Uno de los Policías de Barrio, con la marioneta, imparte una charla de educación vial a los alumnos del centro.

Uno de los Policías de Barrio, con la marioneta, imparte una charla de educación vial a los alumnos del centro. / ceip casal carrillo

Los alumnos suelen verlos todas las mañanas cuando van a clase en el colegio Casal Carrillo. Están pendientes de la entrada, coordinando el tráfico y garantizando la seguridad de todos. No faltan los que se prestan voluntarios para intentar echarles una mano y hasta les cantan los cumpleaños cuando toca. A menudo además los ven haciendo su ronda por las proximidades del centro, hablando con los vecinos, con los comerciantes, atendiendo las incidencias que surgen... Son los agentes adscritos al servicio de la Policía de Barrio que se encarga de esta zona, que se han ganado el cariño de estos escolares y de la comunidad educativa al completo. Tanto que la propia directora, Milagrosa Acosta, asegura que son ya parte del centro dada su implicación. "Son fantásticos, los niños los quieren mucho, trabajan con mucha vocación y con una cercanía y una familiaridad tremenda y eso ha hecho que haya una relación verdaderamente única con el centro", explica. En el Casal Carrillo, desde luego, no ha pasado desaparcibida la labor de la Policía de Barrio. Están encantados con ellos.

Y para muestra un botón. Ambos funcionarios de la Policía Local -Juan Manuel Salazar Carrasco y Juan Luis García Alonso- se colaron la semana pasada en las clases de los más pequeños, las de Infantil, para empezar a hablarles de las normas de educación vial. ¿Quién mejor que ellos, verdad?

Todo, además, empezó con una carta que los propios alumnos remitieron a la Jefatura de la Policía Local, según cuenta la directora del centro. "En el colegio, los alumnos de Infantil trabajan por proyectos y ahora tocaba el de los coches, la circulación y la educación vial. Así que se les ocurrió mandar esa carta ", explica Acosta. En ella, los peques les decían que sabían que había algunos ciudadanos que cometían infracciones, que no respetaban las normas y que querían saber qué tenían que hacer para evitarlo, para cambiar esta situación. Querían aprender a comportarse como peatones y conocer las reglas básicas de la educación vial. Así surgió la idea de llevar hasta el centro los talleres de educación vial que la Policía Local imparte por los centros educativos. Para ello, los agentes de la Policía de Barrio contaron con la ayuda de la marioneta-policía, Nicolás. "Fue el encargado de dar las clases a los niños", explica la directora del CEIP Casal Carrillo.

Con Nicolás aprendieron a cruzar la calle y cómo tiene que portarse un peatón, entre otras normas básicas para que, a pesar de su corta edad, vayan aprendiendo qué se puede y qué no se puede hacer en la calle.

La iniciativa tendrá continuidad, cuenta Milagrosa Acosta. Dentro de unas semanas regresarán al centro, en cuyo patio se recreará un circuito de educación vial para que los alumnos puedan hacer sus 'prácticas'. Se les hará un examen a cada niño para comprobar lo aprendido y se les dará el correspondiente carnet.

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