Una mezcla de reivindicación y fiesta. Así se vivió ayer la cita preparada por Lambda La Isla para celebrar el Orgullo LGBTIQ. Un colofón perfecto para la programación que se ha desarrollado desde el martes, cuando -antes de una charla en el centro de congresos- se realizó el izado de la bandera arcoiris en la Plaza de la Iglesia. El día, sin embargo, amaneció en la ciudad sin el paño multicolor ondeando. Lo habían robado, lo que obligó a subir una nueva bandera. Se hizo justo antes de la marcha, como un gesto simbólico dentro de la reivindicación de sus derechos que el colectivo LGBTIQ mantiene a pesar de las conquistas sociales, pero que se enfrenta a situaciones de intolerancia, a faltas de respecto e incluso a acciones incívicas como en esta ocasión.

Sergio Sánchez, presidente de Lambda La Isla, tomaba la palabra para lamentar que haya "símbolos que no son aceptados, personas que no son aceptadas. Esta situación puede simbolizar las personas que son agredidas cada día". Tras el izado, comenzaba la marcha que encabezaba la pancarta Orgullo LGBTIQ+. Libertad para ser, sentir y amar, y que recorrió la calle Real bajo consignas como De norte a sur, de este a oeste, la lucha sigue, cueste lo que cueste o la petición de una Ley Estatal de Transexualidad.

Ya en el Parque Almirante Laulhé se desató la fiesta, no antes de leerse un manifiesto en el que se explica la lucha por espacios seguros (como el punto de información de la Casa de la Juventud, aunque reclaman mejores horarios y recursos), por el derecho a un trabajo digno, por el derecho a la enseñanza en centros seguros, y reclamaban la Ley estatal de Transexualidad o contra la LGBTIQfobia.

Un flash mob de Dance to Feel por la diversidad y la música animaron a los presentes, que disfrutaron a lo grande con el momento de explosión y color de los polvos holi. Algunos no pudieron esperar y se pintaron antes del gran momento.