San Fernando

Los Magos dan con el 'truco' para hacer soñar a los isleños

  • Melchor, Gaspar y Baltasar muestran un cortejo más original y completo que nunca en su recorrido por la ciudad · Animales hinchables y personajes animados desfilan junto a la docena de carrozas

Son magos y eso se nota. Los de Oriente consiguieron ayer casi lo imposible: ilusionar a todos, pequeños y mayores, a pesar del intenso frío, las condiciones adversas y la crisis económica. Pero soñar no cuesta un euro. Y de los regalos ya se encargan los Reyes...

Melchor, Gaspar y Baltasar son ideales para endulzar la tarde a cualquiera, metafórica y literalmente. Porque los sueños flotaban en el aire. Pero también las toneladas de caramelos que arrojó el cortejo real a su paso. Y los niños, sobre todo los más mayores, con una única misión: hacerse con el mayor número de ellos. No importaba cómo. De hecho las fórmulas, cada vez más elaboradas, van cambiando conforme avanzan los tiempos. Ayer se impuso la tradicional bolsa de plástico vacía y se vieron pocos paragüas abiertos del revés.

Más que la lluvia, lo que amenazaba alrededor de las seis de la tarde cuando partió la comitiva de la calle Doctor Revuelta Soba, junto al parque Almirante Laulhé, era el frío. La humedad de primeras horas de la mañana dio paso a una brusca bajada de las temperaturas, lo que provocó que los gorritos de lana, bufandas y guantes resultaran imprescindibles para sacar a la calle a los más pequeños. Y, por supuesto, un buen chaquetón.

Las bajas temperaturas hicieron también que la Cabalgata de la Ilusión se fuera enfriando en cuanto a público cuanto más avanzada se iba encontrando. Así que a la altura de Juan de Austria aproximadamente pudo presenciarse el paso del séquito real desde primera fila, mientras que en los primeros momentos en la calle -en Arenal, por ejemplo- los tumultos y aglomeraciones fueron lo habitual. En la Plaza de la Iglesia, para la adoración al nacimiento instalado por el Ayuntamiento y el discurso de los Reyes Magos, volvió el gentío.

Los isleños, como es tradicional, se echaron a la calle en masa para ser espectadores de al menos algunos momentos del extenso recorrido de los Magos de Oriente por la ciudad. Una visita plagada de momentos emotivos que disfrutaron como habían prometido Melchor (José María Rodríguez), Gaspar (Manuel Feria) y Baltasar (Simón Lubián), a los que se vio sonreír ampliamente desde sus carrozas desbordados por las peticiones de más y más caramelos. "¡Aquí, aquí!", gritaban desde uno y otro extremo, un llamamiento incesante que se hacía más sonoro aún cuando llegaba Baltasar, que también distribuyó pelotas de goma desde su trono.

"Aquí no tira, aquí no tira...", se quejaban a veces algunos de los presentes. Una lucha por el caramelo -más encarnizada aún por el baloncito- que concluía haciendo recuento de todo lo recogido. Quien no tenía caramelos al menos para llenar una bolsa era un "pringao", como un niño ya crecidito le espetaba a otro nada más partir la cabalgata de los alrededores del Parque.

Los más pequeñitos, subidos a los hombros de su papá o desde su carrito, contemplaban -quizás por primera vez- una escena que terminarán repitiendo de mayores por estar más que aprendida: la de padres y familiares por los suelos para hacerse con estos dulces que luego la verdad es que en la mayoría de casos terminan olvidados en un rincón de la cocina, después del festival de bombones, golosinas y roscón de reyes que reserva a todos la jornada de hoy.

"¡Mira qué guay, la Bella y la Bestia. Y luego viene Winnie The Pooh!". La comitiva real, compuesta por siete carrozas, los tres tronos y los del Heraldo y la Estrella de Oriente, acaparó las miradas más sorprendidas e ilusionadas de los niños. Sobre todo, cuando ante sus ojos desfilaban personajes sobradamente conocidos por su presencia en televisión o en el cine. Lejos de los ya viejos protagonistas de Barrio Sésamo, lo que se lleva ahora es tener alguno de los vehículos que salen en Cars, que también estuvieron representados en el desfile de ayer.

El cambio de itinerario con respecto a años anteriores debido a las obras de la calle Real condujo a la cabalgata hasta barrios insólitos que nunca antes habían tenido el honor de recibir a Sus Majestades, como fue el caso de La Pastora. Allí se percibió el calor de los vecinos hacia los Reyes Magos, a los que dispensaron una calurosa bienvenida. Como el resto de La Isla, que se volcó con Melchor, Gaspar y Baltasar.

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