"La Isla es un protagonista básico del libro"
Carmen Guaita presentará mañana en el Centro de Congresos su primera novela: 'Jilgueros en la cabeza'
Jilgueros en la cabeza es la primera aventura literaria de Carmen Guaita, una novela que rinde homenaje al patrimonio de la memoria con La Isla entre sus protagonistas y que ha conquistado el aplauso de la crítica y de los lectores desde que vio la luz en el pasado mes de mayo. Mañana desembarcará en San Fernando apadrinada por el periodista Pepe Oneto y por Enrique Montiel, que se encargarán de presentar la obra en el Centro de Congresos (a las 20.00 horas). El acto contará también con la actriz Laura Auzmendi, que dará vida a la periodista Eulalia, la protagonista del libro, durante la lectura de algunos fragmentos.
Esta novela de Carmen Guaita, isleña afincada en Madrid, licenciada en Filosofía y maestra en ejercicio, colaboradora de RNE y miembro de la comisión de arbitraje, quejas y deontología de la Federación de Asociaciones de Prensa de España, supone un punto de inflexión en una trayectoria que hasta ahora se ha centrado principalmente en la educación y la ética -hasta ocho títulos ha publicado sobre la materia, su gran pasión- y que en 2013 cambió de rumbo para elaborar la biografía de Víctor Ullate, La vida y la danza.
Fue, de hecho, esta labor de biógrafa la que llevó a la autora a adentrarse en el mundo de la ficción literaria. "Descubrí que la novela es una biografía de un personaje de ficción. Y entonces me lancé a escribir la historia de un personaje inventado. La novela está gustando y me parece que es casi como si tomara parte de una especie de milagro. En realidad es solo un puñado de palabras pero que se identifica con una vida, la de la protagonista, y que hace que incluso la gente me hable del personaje y me diga que le gusta el carácter de Eulalia".
La obra, dice la autora, tiene mucho de San Fernando. La ciudad es más que el marco escénico en el que se desarrolla la novela. "Es un protagonista más de la obra", admite. Carmen Guaita ha prestado muchas de sus referencias a la protagonista del libro para que tome vida en las páginas de Jilgueros en la cabeza. Muchos lectores, de hecho, han querido ver en este recurso un reflejo autobiográfico. Pero nada más lejos de la realidad, aclara la escritora. "No soy yo. Me preocupa que se vea así. Es un personaje de ficción al que le presto referencias mías, pero no es mi vida", afirma.
Esas referencias incluyen los años de su infancia -los 60 y 70- y la relación de la autora con La Isla. "San Fernando es un protagnista básico del libro, porque la infancia de la protagonista se desarrolla en la ciudad. Su vida transcurre en una casa de la calle Ancha, una vivienda típica, con un patio con montera y con un piso alto en el que encuentra mucha magia y muchas historias escondidas que la ayudan a convertirse en lo que es", explica. En la novela -insiste- están los recuerdos de sus vacaciones de verano y de Semana Santa. "La Isla siempre ha tenido una luz especial, muy distinta, tan intensa y tan blanca. Están las tradiciones, los sabores, los roscos de la Semana Santa, las tortas de la Nochebuena, las imágenes, los colores, el Nazareno, las velas... he procurado que mi protagonista conociera toda esa amalgama tan plástica que para mí es San Fernando".
La obra evoca también lo que Carmen Guaita llama el "patrimonio de la memoria", esa relación familiar de la infancia, con las tías, con los abuelos... que era algo especial y muy distinta hace unas décadas. "De alguna manera es también un homenaje a todo eso", advierte.
Hay una suerte de juego literario al estilo de Rayuela -un guiño secreto a Cortázar- al plantear una doble lectura de la novela: la convencional, en la que la protagonista salta del presente al pasado recordando su vida; y la cronológica, que se puede leer alternando los capítulos pares e impares. "Era un reto que me propuse: intentar que la novela pudiera tener esa doble lectura", explica la autora al referirse a la estructura narrativa.
Pero no es la única propuesta que hace a los lectores. En Jilgueros en la cabeza -de ahí, en parte, el título del libro- se plantea un "viaje musical" de la mano de su protagonista, sus recuerdos y evocaciones que llegan a menudo a través de las piezas que escucha. La obra, de hecho, incluye un anexo con la relación de obras para aquellos que quieran llevar la experiencia de la lectura más allá.
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