San Fernando

Historia sepultada bajo el futuro

  • Algunas actuaciones previstas en los próximos meses, como el Punto Limpio o el nuevo colegio de Camposoto, ocultarán restos históricos · Otras, como la batería de Alburquerque, lo hacen ya

El nuevo paquete de actuaciones del Fondo Estatal de Inversión Local (FEIL) incluye la construcción de un Punto Limpio, el segundo de la ciudad, en la zona de Camposoto. La parcela ocupará parte de un yacimiento con restos prehistóricos y protohistóricos (anteriores a la presencia romana, probablemente fenicios y púnicos) bajo el nombre de Pago del Retamarillo, recogido en la Carta Arqueológica. La Delegación Municipal de Desarrollo Sostenible, consciente de esta circunstancia, ha solicitado ya las correspondientes cautelas arqueológicas a la Delegación Provincial de Cultura para desarrollar la actuación que comprenderá, no obstante, la protección in situ de cuanto aparezca.

Algo parecido ocurrirá con el nuevo colegio de Camposoto que prevé construirse en otro yacimiento también registrado en la carta, el Cerro de la Batería, un yacimiento que, según los expertos, esconde restos de un gran valor y de un variado espectro histórico. Así, han sido catalogados hallazgos de la prehistoria, la protohistoria, de la época romana y de la era moderna. Estos últimos, precisamente, pertenecientes a una de las líneas defensivas del asedio francés de principios del XIX, del que este año se conmemoran -este dato no escapa ya a nadie- doscientos años.

En el otro extremo de la ciudad, otra actuación de futuro se abre paso a través de un camino en el que descansan restos históricos. La obra del tranvía, en su conexión entre San Fernando y Chiclana, cruza la batería de Alburquerque, una de las fortificaciones anejas conectadas a la defensa isleña en los alrededores del Puente Zuazo. La polémica sobre ella ha estado servida durante varias semanas, pues la decisión de protegerla -como en el caso del Punto Limpio y probablemente del colegio- en el mismo sitio y trabajar encima sin poner la batería en valor contó con el rechazo del grupo popular isleño y de algunos colectivos como la asociación Guardia Salinera.

Lo mismo ocurrió en unos hallazgos aparecidos en la construcción de un campo de hockey en el sector III de Camposoto, en una parcela ubicada próxima al Pago del Retamarillo, al Cerro de la Batería y a la Huerta de Suraña, todos datados y recogidos en la carta arqueológica como yacimientos prehistóricos. Pero éstos del campo de hockey no estaban catalogados. Resultó ser la necrópolis de un poblado del Bronce, con restos humanos en sorprendente buen estado de conservación. Así, junto a túmulos apareció una tumba con dos figuras humanas abrazadas, a las que espontáneamente se bautizó como Los enamorados, aunque no existe aún constancia de si su parentesco puede ser más bien de madre e hijo, por ejemplo. La decisión entonces de rescatar algunos de estos restos y depositarlos en el Museo Histórico Municipal y de sepultar el resto bajo las dependencias del campo de hockey causó un gran revuelo entre los profesionales del sector.

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