Alfonso Berraquero no fue solo un destacado nombre propio de la Semana Santa isleña. Fue el hombre que la modeló desde ese emblemático taller de la calle Bonifaz que siempre tenía la puerta abierta para sus innumerables amigos. Allí tomó forma buena parte de la Semana Santa de hoy que San Fernando luce con orgullo, esa que se ha ido gestando en las últimas décadas a la par que las hermandades disfrutaban de un periodo de esplendor hasta entonces desconocido, un verdadero boom cofrade que tuvo en este imaginero su exponente más relevante y que, evidentemente, trascendió más allá de La Isla para recalar con fuerza en todo el ámbito gaditano.

El escultor isleño de mayor trascendencia -Placa de Oro de la Provincia de Cádiz (2006) e Hijo Predilecto de la Ciudad de San Fernando (2010)- falleció ayer tras lidiar durante meses con una grave enfermedad que fue minando poco a poco su salud. Su pérdida, conocida a mediodía, conmocionó a La Isla -y de manera especial al mundo cofrade- y dejó tras de sí un auténtico reguero de condolencias, muestras de pesar y palabras de duelo.

Su cuerpo sin vida fue trasladado a la tarde al tanatorio de San Fernando y hoy -a las 12.00 horas- se celebrará en la parroquia de la Divina Pastora la misa de corpore insepulto.

El impacto que causó su fallecimiento en San Fernando fue más que comprensible. Barraquero, sin lugar a dudas, ha sido el artista de mayor proyección e influencia que ha tenido la ciudad, una huella que ha sido especialmente palpable en el ámbito cofrade. Apenas hay hermandades en La Isla que no hayan tenido relación con él. Entre la Virgen de la Salud -su primera obra, en 1974- y el Resucitado que talló en 2006 para la joven cofradía fundada en la parroquia del Parque se extiende una larga y prolífica trayectoria que ha dejado una veintena de imágenes procesionales a las que se suman restauraciones trascendentales -las del Cristo del Huerto y Jesús de la Misericordia, por ejemplo- y otras que no han estado exentas de polémica, como la del conjunto escultórico de la Caridad en la década de los 90.

Aunque su influencia no se limita solo a la autoría artística de estas obras sino también al peso indiscutible que ha tenido su figura entre los círculos cofrades, a su faceta como docente de las artes plásticas y a la inspiración que ha supuesto para un destacado círculo de artistas locales que se han formado y han aprendido el oficio en su taller, bajo su protección.

Berraquero se caracterizó por su estilo valiente y por su indomable espíritu creativo. En el discurso que pronunció en el Teatro de Las Cortes en 2010 tras recibir el título de Hijo Predilecto de la Ciudad reconoció abiertamente y con su desparpajo habitual que siempre había hecho "lo que le había dado la gana". Por eso, admitía, creía inmerecido el homenaje a su trayectoria que La Isla le profesaba en el año del Bicentenario de Las Cortes. "He sido -afirmaba entonces con orgullo- profeta en mi tierra. He tenido éxito porque me quiere mucha gente".

El Ayuntamiento, por su parte, decretó ayer tres días de luto por el fallecimiento de este Hijo Predilecto, "el escultor más universal con el que ha contado la ciudad en su historia así como un artista sobresaliente". La alcaldesa, Patricia Cavada, en nombre de la Corporación Municipal, manifestó sus condolencias al tiempo que reivindicó la figura de este escultor "que amó la tierra que lo vio nacer". Además de su indiscutible impronta en la Semana Santa, desde el Ayuntamiento se recordaron también otras obras como el mausoleo de Camarón que se encuentra en el cementerio isleño o la estatua dedicada a la libertad de expresión que se levantó en las proximidades del Castillo de San Romualdo en 2010. "Lamentamos la pérdida de uno de nuestros hijos más insignes y un maestro que no sólo nos deja el legado de sus obras sacras y profanas presentes tanto en nuestra ciudad como en otros puntos del país, sino también una escuela de artistas herederos de su impronta", manifestó.

También el grupo municipal andalucista se sumó a estas muestras de condolencias con un comunicado en el que su portavoz, Fran Romero, afirmó que Berraquero "es imprescindible para entender la tradición artística y cofrade de La Isla". "Su obra es perfectamente reconocible y valorada por todos, tanto en La Isla como fuera de ella, y ha contribuido a hacer única nuestra Semana Santa. El talento de Alfonso es irrepetible, afortunadamente, nos ha dejado un gran legado que siempre nos permitirá recordarle cada vez que admiremos cada una de sus obras", aseguró.

Desde el Consejo de Hermandades y Cofradías así como desde diversas hermandades se lanzaron muestras de condolencia por el fallecimiento del artista.