San Fernando

Ex trabajadores de los astilleros promueven una asociación de afectados por amianto

  • Han organizado una reunión el día 22 de enero en el centro de congresos de San Fernando

  • El colectivo anima a asistir a antiguos compañeros de las factorías de la Bahía y las empresas auxiliares

Instalaciones de los astilleros de Bazán.

Instalaciones de los astilleros de Bazán. / Rioja

Un grupo de antiguos trabajadores de los astilleros de la antigua Bazán se está movilizando para crear una asociación de afectados por exposición al amianto en el sector naval de la Bahía de Cádiz. Aunque por el momento son unas 23 personas, la mayoría personal de la factoría de La Carraca pero también un antiguo operario de la factoría de Cádiz y un trabajador de la industria auxiliar, esperan que una vez se den a conocer puedan sumarse más ex compañeros. "Acabo de tomarle los datos a uno", comenta Alejandro Zapata, uno de los ex trabajadores que ha convocado para el día 22 de enero una reunión en el centro de congresos de San Fernando. Será a las 18.30 horas.

El colectivo ha ido informando de esta asamblea con avisos en los grupos de empresa Bazán y Astilleros de Cádiz, "también en Matagorda", además de algunas asociaciones de vecinos de San Fernando. Quieren conocer a más compañeros afectados por la fibra de amianto, un material nocivo que se usó en los astilleros de la Bahía desde 1960 a 1982 cuando se quedó prohibido y que es causante de numerosas enfermedades, entre ellas el cáncer de pleura y de pulmón, la fibrosis pulmonar o la asbestosis. "No sabemos el número de afectados porque la Ley de Protección de Datos nos impide acceder a los registros", comenta Zapata.

El trabajo para la constitución de la entidad está avanzado, manejan algunos logotipos para la Asociación del Sector Naval Afectados por Amianto Bahía de Cádiz y cuentan con unos estatutos redactados. En ellos se incluye el fin de "proteger los intereses de los perjudicados y afectados por las enfermedades producidas por el amianto". La intención es, entre otras cuestiones, informar a sus miembros de las novedades que vayan surgiendo en torno a las afecciones por la exposición al polvo de amianto y poner en contacto a los afectados con profesionales que puedan tratarlos. El documento regula el órgano de representación y el funcionamiento de la entidad. "La idea es que en una segunda reunión se lleven los estatutos para su aprobación y para tratar la creación de la junta directiva", añade Alejandro Zapata.

"Tenemos que estar unidos, por que los afectados necesitan tener una protección", explica, sabedor de que hay antiguos trabajadores o familiares de estos con sus casos en manos de abogados, compañeros a los que la enfermedad les asaltó al cabo de los años, o incluso prejubilados y jubilados enfermos a los que no han relacionado con el amianto o que murieron y esa vinculación nunca se confirmó.

La constitución de la entidad está bastante avanzada: con los estatutos redactados

"Uno de los más jóvenes, le diagnosticaron el cáncer y murió a los seis meses", describe sobre la forma en que da la cara en muchas ocasiones la exposición al amianto: al cabo de los años, con virulencia y sin remedio. "A mí me diagnosticaron después de que no se me curara un resfriado. El médico me preguntó dónde había trabajado y al decirle que en astilleros me mandó al centro de atención en Vargas Ponce", cuenta Zapata que trabajó en el taller de montura, donde se usaba amianto.

Este mineral se utilizaba en el revestimiento de tuberías de vapor, de calderas, en la construcción de buques o en las reparaciones. "Se ponían mantas de amianto para evitar incendios. Algunos operarios mojaban el cordón de amianto con la lengua cuando hacían paquetes", recuerda. "Estábamos allí cuando se manipulaba para formar las tuberías, o cuando estas se rompían para retirarlas en las reparaciones y el amianto se pulverizaba y se aspiraba. Incluso, ha afectado a esposas, que respiraban la fibra de amianto de los monos que se llevaban a casa", asegura.

El amianto se usó entre los años 60 y 1982 en los astilleros de la Bahía de Cádiz

No se tomaron precauciones, critica, y los trabajadores desconocían que el amianto era nocivo, y aunque en un momento dado se informó que era cancerígeno y dejó de usarse como material siguieron entrando buques para su remodelación en los que el mineral estaba por todas partes, resume sobre la actividad de los astilleros entre los años 60 y 1982, cuando se prohibió su manipulación pero siguieron llegando barcos para arreglar con este material.

Entra las acciones que la futura asociación de afectados por el amianto de los astilleros de la bahía ya se plantea está la realización de unas jornadas sobre los efectos del amianto, en la que participarían expertos de distintos ámbitos, incluidos profesionales médicos.

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