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Eduardo Albarrán Orte. Pregonero de la Semana Santa isleña de 2016

"Espero que la gente salga del pregón con más ganas de Domingo de Ramos"

  • Este periodista, hermano del Ecce Homo y promotor de la web Islapasión, encarna a una generación de jóvenes cofrades que mañana tendrá a su cargo el pregón de la Semana Santa.

Puede que Eduardo Albarrán Orte no sea muy consciente de ello pero es el pregonero de una nueva generación de cofrades, de aquellos que nacieron en la década de los 80 y que hoy rondan los 30 años, jóvenes que hoy engrosan las nóminas de las hermandades de penitencia y de gloria, las cuadrillas de cargadores, las bandas y las agrupaciones musicales... Niños entonces que moldearon su fe sobre la base de una Semana Santa ya consolidada, con cofradías que no hacían más que crecer año tras año: en número de hermanos de fila, en patrimonio, en popularidad... Crecieron en una Semana Santa moderna que vivía buenos tiempos, una Semana Santa en la que hablar de los estrenos de una hermandad o en el repertorio que llevaba la banda que acompañaba tal misterio de recogida era ya algo habitual entre los cofrades. Y se convirtieron en una generación pujante y formada que además, pasada la barrera del año 2000, enarboló la bandera de internet y de las nuevas tecnologías para crear un nuevo espacio de encuentro con las cofradías en el que añorar pacientemente la llegada del Domingo de Ramos se ha convertido en un imposible.

Mañana, a las 12.00 horas, en el Real Teatro de Las Cortes, el periodista Eduardo Albarrán, promotor también de la web Islapasión y ante todo hermano del Ecce Homo, tendrá a su cargo el anuncio más esperado por La Isla cofrade: el pregón de la Semana Santa. Y en gran medida será la voz de esa generación la que se encargará este año de proclamar esa inminente llegada del Domingo de Ramos.

Con dos sencillos adjetivos al hablar de su trabajo define Eduardo Albarrán cómo será el pregón que se escuchará en el Teatro en un nuevo Domingo de Pasión: "cofrade e isleño". "Si tuviera que definir mi pregón creo que serían las dos consignas que mejor servirían", explica. "Es cofrade, porque habla eminentemente de cofradías. Y de La Isla porque habla de la ciudad, pero también de la relación que existe entre las hermandades, entre la Semana Santa, y su ciudad". Una parte -esa correspondencia entre la ciudad y sus cofradías- que tiene mucho peso en un pregón que, insiste, apuesta por una línea clásica, con prosa rematada puntualmente con versos. "Sí, diría que es un pregón bastante clásico en su forma, aunque no del todo. Hay cosas que para nada son clásicas...", apunta sin querer desvelar nada más.

La vida en una semana es el explícito titular con el que este joven periodista ha bautizado esta crónica cofrade con la que se presentará ante el principal escenario isleño para intentar condensar en unas cuantas palabras toda la Semana Santa entera, que es lo mismo que procura hacer con su texto. "Y esa es, precisamente, la gran dificultad: hablar de toda la Semana Santa, de todo lo que representa, de todas sus hermandades, de todos sus matices", cuenta. "Es muy complicado. Hay cosas que, necesariamente se han tenido que quedar afuera. Cosas que se me iban ocurriendo durante la Cuaresma, que me hubiera gustado poder poner pero que al final no ha sido posible", sostiene.

Y ese afán por abarcar toda la Semana Santa es también una responsabilidad -la gran responsabilidad del pregón- que abruma y cuyo peso ha notado sobre los hombros desde aquella tarde del 8 de enero en la que el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías le hizo la inesperada llamada para comunicarle que había sido designado pregonero de la Semana Santa tras la renuncia del sacerdote Pedro Enrique García Díaz. "Las cosas han venido así", admite Albarrán, que reconoce que ha sido un nombramiento insólito y, desde luego, por completo inesperado. "Pero para nada me ha molestado que fuera así", afirma.

Eso sí, el pregón, dadas estas circunstancias extraordinarias, ha tenido que luchar en todo momento contra el tiempo. Ha sido verdaderamente una batalla a contrarreloj. Al Miércoles de Ceniza, Eduardo Albarrán llegó con un 40% del texto hecho. Y puso el punto final alrededor de las cuatro de la madrugada de ayer mismo. Hay incluso piezas esenciales que no tomaron forma hasta la semana pasada. Aunque en realidad -advierte- lo apurado de los plazos con un nombramiento que se hizo ya pasada la fiesta de Reyes "no ha sido a la postre tanto problema". "Si hubiese tenido tres años para hacer el pregón estoy seguro de que llegaría al Domingo de Pasión exactamente igual que ahora, cambiando cosas, añadiendo y haciendo textos dos días antes". Aunque sí, asegura, la presión hubiese sido muchísimo menor: "Habría disfrutado más de esta Cuaresma como pregonero, es quizá lo único que he echado en falta. Aunque la he disfrutado y he estado en todo, que conste, pero evidentemente no tenía esa tranquilidad que sí me hubiera dado poder afrontar el Domingo de Pasión con un texto más avanzado".

Al Teatro, Eduardo Albarrán llega con un objetivo primordial. "Que el que escuche mi pregón salga todavía con más ganas de que sea Domingo de Ramos, de que llegue la Semana Santa. Es lo que me gustaría que quedara después", apunta.

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