El Cine Alameda pasará a manos municipales esta misma semana. El Ayuntamiento de San Fernando -si no hay cambios de última hora- tiene previsto formalizar la compraventa del inmueble con el empresario Emilio Romera este jueves. Por el cine, que proyectó su última película en 1986 y que luego pasó a ser un bingo hasta que el negocio se trasladó en el año 2008, el Consistorio pagará 1,5 millones. Y los planes de la alcaldesa, Patricia Cavada, pasan por transformar el edificio en un auditorio de gran capacidad que se ubicaría en pleno centro de la localidad. 

Fue en marzo de 2023 cuando la regidora anunció durante una visita que realizó a estas instalaciones que había alcanzado un acuerdo con el propietario para formalizar la compra del edificio, que ha estado 15 años en desuso aunque se encuentra en buen estado de conservación. 

Aunque la idea de hacerse con el Cine Alameda era bastante anterior. Ya en 2019, durante la campaña de las municipales, Cavada abogaba por su compra entre los proyectos que recogía en su programa electoral con el propósito de incorporar un nuevo equipamiento -un edificio especialmente representativo para La Isla que llevaba ya años cerrado- a lo que el gobierno municipal llama el "eje cultural" de la calle Real, un recorrido por diferentes espacios y edificios culturales como el Museo Camarón, el Castillo de San Romualdo, el Museo Naval, el cercano Teatro de las Cortes, el centro de congresos o el propio Ayuntamiento. 

Y las pretensiones siempre han pasado desde entonces por convertirlo en un auditorio de gran capacidad habida cuenta de las limitaciones que en este sentido presenta el Teatro de las Cortes, con menos de 400 localidades. A mayor número de butacas, mayor rendimiento de taquilla y, por tanto también, la posibilidad de acoger en San Fernando otro tipo de espectáculos que hoy por hoy no se pueden celebrar. Esa es la teoría.  

En todo caso, la intención del equipo de gobierno es afrontar la remodelación del Cine Alameda -con una superficie de 1.500 metros cuadrados- para propiciar su transformación en un equipamiento cultural versátil que supere las limitaciones actuales y que permita celebrar eventos de distinta índole. Eso permitirá su uso como auditorio cubierto de gran capacidad para conciertos, espectáculos, teatro o proyecciones pero también para actividades culturales de todo tipo más allá de las restricciones de aforo que imponen los equipamientos actuales.

Evidentemente, una formalizada la compra el siguiente paso será afrontar la redacción del proyecto antes de licitar las obras de remodelación. Para el ejecutivo, en todo caso, se trata de uno de los proyectos del mandato. 

Y junto a la adquisición de los polvorines de Fadricas al Ministerio de Defensa, que se encuentra prácticamente en la misma situación una vez completados todos los trámites previos, son dos operaciones clave para el gobierno municipal en las que ha estado centrado en los últimos meses –los primeros del nuevo mandato– para afrontar ahora su desarrollo, como apuntaba recientemente la alcaldesa, Patricia Cavada, al hacer balance de la gestión desarrollada en 2023.