Temporada estival

A Camposoto la eclipsa el levante

  • Los chiringuintos lamentan el fuerte viento que les ha producido muchas pérdidas económicas al principio de la temporada. Se repiten los problemas de tráfico

 La playa de Camposoto forma parte del Parque Natural de la Bahía de Cádiz, y desde que a mediados de los años 80 el Ministerio de Defensa cediera los terreros a la ciudadanía isleña, es una de las playas naturales con servicios más interesantes de la provincia. Después de que se desafectara permanentemente del uso militar, la también conocida como Playa del Castillo se había convertido en una parte de litoral muy frecuentado por los isleños que hacen uso de su playa después de mucho tiempo sin poder hacerlo. Sus características le han permitido durante años recibir una distinción tan importante como la Bandera Azul –que no ha solicitado este año por una serie de condiciones que implicaban un desembolso económico demasiado elevado–. Eso le confería un plus ante los visitantes, que a pesar de todo mantienen su fidelidad con este rincón costero isleño. No hay más que ver cómo está la playa de Camposoto especialmente los domingos, siempre y cuando el levante lo permita. El fuerte viento del este se ha dejado notar más de lo querido este mes que ahora termina. 

En el balance de este mes de julio, la playa de La Isla ha sufrido a ese gran gran enemigo, el levante. Este viento que remueve sus entrañas dejando casi nula la posibilidad de una estancia en sus costas, ha afectado a los empresarios de playa que ven cómo sus beneficios, y con ellos su esperanza de hacer el agosto, han volado junto con el levante que deja desierta la playa. 

“La gente de La Isla sabe que si hay levante en esta playa no se puede estar, y corre a refugiarse en las calas de Roche y Conil por ejemplo”, comentan desde el chiringuito Manito IV, situado en el último acceso de la playa, el acceso 8. 

Los finales del pasado mes de junio más casi dos semanas del mes de julio se redujeron a pocas horas de trabajo en las que, como afirman los responsables de estos quioscos de palaya, se estaba con los portalones cerrados. Sólo se ha trabajado un 60% del total de lo que llevan de verano, explicaban hace unos días. 

Desde el primer chiriguito que se encuentra en la playa, Inmaculada, una de las encargadas del local,  apunta a que en el mes de julio se han llevado dos semanas cerrados a causa del temporal del levante, lo cual reduce julio a dos únicas semanas  de servicio y “teniendo a los trabajadores asegurados y tenerlos sin trabajar. Julio está siendo bastante malo”, comenta. 

En el último acceso de la playa se encuentra un club de surf. Antonio explica que allí se oferta la posibilidad de realizar cursos de este afamado deporte acuático, a la vez que se pueden alquilar tablas para que los interesados, que tengan nociones básicas, puedan practicar este deporte libremente. Éste es su tercer año, y también han notado las consecuencias del levante. Afirma que estas últimas semanas también han sido más flojas que los años anteriores y tímidamente deja entrever que una de las causas es la crisis. Los responsables de esta escuela de surf argumentan que la idea inicial de montar algo así en San Fernando se debe a que esta ciudad se estaba quedando a la cola del surf en la provincia de Cádiz, habiendo este tipo de escuelas en casi todas las ciudades marítimas de la provincia. Con clases todos los días y cursos especiales para los fines de semana, el surf posee su propia parcela de mar en la playa para todos aquellos que quieran disfrutar del mar sobre una tabla. Y a raíz de esta escuela, los responsables han abierto al público una tienda dedicada a este deporte donde se pueden inscribir los interesados en los talleres deportivos. 

Pero, ¿esperan todos estos negocios que viven de la playa que los resultados mejoren con un próximo mes distinto?. “En agosto viene más gente de fuera y eso nos beneficia a todos. Los turistas no se inquietan por el levante, ellos viene a la playa  se note el viento o no”, comentan desde uno de los chiringuitos de la playa. 

Pero a pesar de esto, en esta última semana se ha contemplado y recogido números muy altos de asistencia. Tan altos que han provocado ciertas incidencias en las inmediaciones de la playa. Caravanas interminables con los vehículos totalmente inmóviles durante más de hora y media, como afirma los testigos. Los accesos por carretera a la playa son muy escasos, dos carriles estrechos que dejan muy limitada la movilidad para los vehículos. El intento de llegar a algunas de las tres bolsas de aparcamientos que se encuentran a lo largo de la playa, a la altura de los accesos primero, tercero y octavo, producen atascos, tanto a la entrada como a la salida, lo que impide el orden y  la fluidez de los automóviles y con ellos se sucede el agobio de los conductores y de las familias. A este efecto también se incluye los pasajeros en los servicios públicos que esperan impacientes la llegada de los autobúses urbanos que transitan cada media hora, dos horas si se encuentran en el momento álgido del atasco. 

Aunque Camposoto es considerada una playa familiar, desde hace unos años el chiringuito Manito ha apostado por las actuaciones en directo al caer el sol. A pesar de la lejanía con la ciudad, muchos son los que trasladan por la noche a la playa a disfrutar de la música en directo y acompañarlo con unas copas y el buen ambiente isleño. 

Después de un julio problemático, se espera que en agosto acompañe el tiempo y que el temido levante no haga su aparición, o al menos no de manera tan insistente –como a principios de la temporada estival– para que de una forma u otra todos puedan disfrutar de los más de seis kilómetros de playa que posee la ciudad de San Fernando

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios