Ana Rojas, candidata de Podemos a la Alcaldía de San Fernando: "La vivienda pública debe ser compromiso de todos"

Elecciones municipales

El empleo o el déficit de los servicios públicos en los barrios son las quejas que más repiten los vecinos, advierte

Ana Rojas optará a la Alcaldía isleña

Ana Rojas, candidata de Podemos a la Alcaldía de San Fernando.
Ana Rojas, candidata de Podemos a la Alcaldía de San Fernando. / Lourdes De Vicente

San Fernando/-El proceso de elección de candidato para la Alcaldía incluía también otros nombres para la lista. ¿Significa eso no os planteáis acudir en confluencia con otras fuerzas?

-No. Nosotros hacemos primarias internas, que priorizamos por lo democráticas que son, porque hace que se pueda presentar todo el que quiera y se vota. Eso tiene que ver con la interna del partido, lo que presenta Podemos. Y a partir de ahí nos abrimos a otros partidos o personas independientes. En 2019 íbamos con un 40% de personas independientes. Son personas que están en primera línea en luchas que nosotros compartimos. Teresa Porras venía del movimiento feminista, entró como independiente y ahora es concejala. Como ella había otra compañera del movimiento feminista, compañeras del movimiento animalista, de la marea pensionista o del sector del taxi que también estaban en la lucha en ese momento. Así se completa la lista.

-¿Y ahora están completando esa lista o no están en esos tiempos?

-Estamos en ello, sí. De alguna forma siempre lo estamos. La cosa está viva siempre. Se va acercando gente, y nosotros trabajamos para consolidar esas relaciones, con personas referentes de colectivos, de las luchas que digo. Al final muchos terminan haciéndose militantes, como ha pasado con Teresa, que una vez trabajaba más cerca de nosotros entendió la importancia de la participación de manera activa como militante en el partido.

-¿Cómo ha sido el trabajo al frente de la formación? ¿Ha sido diferente a lo que hacía antes cuando no tenía la secretaría?

-El papel de secretaria o portavoz que nosotros tenemos del círculo hace que cambie la responsabilidad porque estás al frente de la asamblea, del proyecto. Pero tenemos una forma de trabajar de manera horizontal, con una portavocía compartida aunque la última responsabilidad siempre recaiga en mí. Solo es un plus de responsabilidad llevar el número 1. Nosotros tenemos nuestra política, nuestros planes, y vamos recolectando las demandas de las luchas en las que estamos, porque tenemos nuestra pata política pero eso se completa con lo que nos cuentan las entidades, cuando nos sentamos con una asociación nos van actualizando sus demandas, sus necesidades. Es lo que hacemos tanto en el trabajo interno -lo que llamamos la acción social, lo que tiene que ver con la calle y el tejido asociativo- como en el trabajo institucional. Las mociones que presentamos o las notas de prensa hacen que seamos un altavoz en la institución. Todas venimos de las luchas sociales, cada una de la suya, y si nos metimos es porque entendíamos que si no teníamos el pie en la institución las demandas se quedaban en la calle y no llegaban a traducirse en presupuesto, que es lo que necesita para que las cosas salgan.

-¿Qué le dicen las entidades sobre la ciudad?

-Los problemas se vienen repitiendo desde hace muchos años. Hay un estancamiento de la ciudad, que se va haciendo más incipiente en algunos puntos. El desempleo es una de nuestras mayores trabas, y este gobierno municipal no ha aprovechada las oportunidades que hay. No tiene competencias en empleo, pero sí hay muchas cosas que pueden hacer. Otra pata es la vivienda pública, esta semana un tema muy sonado, y es una de nuestras mayores luchas. El déficit de vivienda pública es insoportable, llevamos una década sin sumar vivienda pública al parque. La limpieza siempre se repite como demanda, por lo tangible que es en el día a día, y que se ve en los barrios en general y en algunos en particular. La Ardila es un gran ejemplo de la falta de limpieza. Señalaría esas tres quejas como las que más se repiten.

Cuando hablo de limpieza es representativo del déficit de servicios públicos en los barrios. Cuando no es limpieza es luminaria, o la rotura del acerado, o los cortes de luz por el cableado que tiene muchos años, con el caso concreto de Camposoto. O las zonas verdes. Llevamos unos meses haciendo la campaña Barrio a barrio, que no solo nos permite hablar con las asociaciones de vecinos sino también con la ciudadanía del lugar, el que va y viene a comprar o a llevar al niño al colegio, y se repiten las mismas denuncias de las entidades.

-¿Cómo calificaría este último mandato?

-Es el mandato del pan y circo. El mandato de la estética. Las luces de Navidad, los ángeles en la entrada del Ayuntamiento, la cartelería y los camiones de basura con la nueva imagen, ¿a quién no le va a gustar? Pero el gobierno no entra en el esqueleto problemático de San Fernando. Para eso hay que estar en la calle. Nosotras todos los días tenemos disgustos. La sede siempre ha estado abierta, desde 2020 arrancamos con la asesoría en la que pretendemos ayudar de manera voluntaria a todo el que se acerca para informarles de cualquier gestión o subvención que puede solicitar -el Ingreso Mínimo Vital, el bono cultural joven, la ayuda al alquiler-. Hay muchas personas con problemas diarios en San Fernando, pero ni siquiera hay que verlo in situ. Los datos hablan por sí solos: tenemos un 30% de paro, se congeló la inversión en planes de empleo del Ayuntamiento y se recortó en un 70% el presupuesto de vivienda pública, cuando no solo hay que blindarlo sino que tiene que aumentar cada año. Debe ser un compromiso de todos los partidos. En 2021 fue de unos 815.000 euros de un presupuesto de 80 millones y en 2022 ha sido de 220.000 euros de un presupuesto de 85 millones. Eso acaba afectando a todo.

El gobierno no puede permitirse recortar en problemas estructurales como este. En empleo puede hacer mucho, de eso se trata la voluntad política. Un ejemplo es la industria, por lo que nosotros apostamos. Aplaudimos el sector servicios, que es importante, pero somos conscientes de sus limitaciones y la dependencias que supone, de su vulnerabilidad como dejó más claro aún más la pandemia. Llevamos viviendo una década de desindustrialización en la provincia, con un abandono de las administraciones, y el Ayuntamiento no puede contribuir como por ejemplo bonificando que se construya en el poco suelo industrial que nos queda cualquier tipo de actividad. Por eso reclamábamos en las ordenanzas fiscales que se garantizara que la actividad sea industrial.

La alcaldesa y su gobierno tienen que abanderar una mesa de trabajo por la Bahía de Cádiz, el Parque Natural, su industria, con el resto de alcaldes. Puerto Real, San Fernando y Cádiz deben abanderar con sus alcaldes una mesa de negociación, con un frente amplio, para que su voz llegue a las administraciones que tengan las competencias: a la Junta en formación, a los ministerios de Industria y Hacienda para que la carga de trabajo digna llegue a Cádiz y que se realice la modernización de nuestras instalaciones para no quedarnos fuera de lo competitivo que un día fuimos.

-Ha hablado de tema vivienda, de las ordenanzas fiscales, y ha advertido de posible especulación. Con los últimos movimientos, la aprobación el jueves del plan parcial de Huerta de la Compañía, el acuerdo con Defensa por los polvorines (aunque sea la zona verde), también el anuncio del nuevo desarrollo del Convento de las Capuchinas, ¿qué opina?

-El señor Rodríguez nos recriminaba que no estuviéramos de acuerdo con las inversiones privadas. Es totalmente falso, entendemos que la inversión privada es necesaria, y bienvenida sea. Pero a partir de ahí, no podemos mirar solo a la inversión privada cuando estamos recortando en el presupuesto de vivienda pública, para alquiler social, que es la necesidad real. Y después están las ordenanzas fiscales que dejan en la superficie la posibilidad de especulación. Una es la posibilidad de reagrupar parcelas de manera ilimitada en metros por un precio máximo de 2.126 euros. Otra bonifica en un 95% la construcción de hoteles. En términos prácticos, cualquier empresa podrá reagrupar parcelas y construir hoteles cuando en los últimos agostos no ha llegado al 80% de ocupación. No tenemos un plan estratégico y de calidad turística, es decir, no sabemos cuál es el modelo turístico que necesita San Fernando. Hay un plazo del 6 meses para su elaboración, ¿cómo estamos bonificando la construcción de hoteles?

Hablamos de eso cuando se compara con que se abandone a pecho descubierto la inversión pública de vivienda en alquiler. Eso muestra hacia dónde van las políticas del Ayuntamiento, porque se suma a que el gasto social por habitante en La Isla es 48 euros mientras la media nacional es de 87. Cádiz invierte más de 150 euros. ¿A dónde van los impuestos? Nosotros los defendemos como herramientas vital y única para hacer frente a los servicios que necesita la ciudadanía. Están yendo a la publicidad institucional, a las luces de Navidad, pero de nuevo, insistimos, no trata el esqueleto de San Fernando.

-¿Qué salud tiene el tejido social de San Fernando? Los jóvenes no entran por ejemplo en el movimiento vecinal.

-Estoy de acuerdo. A nivel general hay una desafección por el compromiso, que es lo que hace que gente como nosotros demos el paso adelante por la obligatoriedad que tenemos como ciudadanos de involucrarnos por la realidad en la que vivimos. Quizás, en esa pata joven en San Fernando se nota la falta de la pro actividad. Pero el movimiento juvenil está dando ejemplo de concienciación en la lucha contra el cambio climático, que es de admirar. A pesar de todo, el tejido asociativo de San Fernando es un ejemplo para la provincia. Es un orgullo. La respuesta de San Fernando y su tejido asociativo en la pandemia fue solidaria y de ayuda mutua. A medida que conocemos más sus entrañas vemos que es un ejemplo.

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