Alberto Cantúa, guitarrista de Viva Suecia: "El amor puede ser ir con los amigos a un concierto y pintarte la cara de amarillo"
Entrevista
La banda de indie rock atraviesa el mejor momento de su carrera musical y estará este sábado a las 00.45 en el escenario del Bahía Sound
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El grupo murciano asaltó el número uno de España cuando 'El Amor de la Clase Que Sea', su último disco, salió a la luz. El indie rock de los "suecos" lleva 43 semanas entre lo más vendido, desafiando la dictadura de propuestas más comerciales. A pocos días de su concierto en San Fernando, el guitarrista de Viva Suecia, Alberto Cantúa, reflexiona sobre la evolución del grupo y el momento dulce que viven llenando los festivales más importantes del panorama nacional. Están lanzados, quieren más, después del verano anuncian sorpresas.
- La última vez que estuvisteis en San Fernando estábamos todos sentados. ¿Qué tiempos, no?
- Fueron unos años complicados y bonitos. Es verdad que dentro de la dificultad hicimos cosas chulas. El sitio donde tocamos la otra vez fue un sitio precioso, mirando a toda la Bahía de Cádiz. Por suerte, eso de estar sentados es parte del pasado, ahora volvemos rodeados de amigos y con muchas ganas.
- Hace ya casi 10 años que nació Viva Suecia y ahora la gente os reclama en casi todos los carteles. Hasta el presidente. ¿Tiene que ser un subidón no?
- Sabíamos que estábamos en alguna playlist del presidente. 'La Voz del Presidente' nos ha acercado bastante al presidente de España y también al de Murcia. Lo bonito de las canciones es que da igual quien se las apropie, están para que las escuche quien quiera. Es más bonito que cada uno haga la interpretación que sea de una canción. Así que estamos contentos con que cualquier presidente nos escuche.
-Estáis en un momento de confianza y de creatividad sin límites. Veo que mencionabais varias veces en otras entrevistas el "miedo" a que la gente no aceptara que no hubiera tanta guitarra en vuestras canciones. Pero la realidad es que tenéis más fans que antes...
-El miedo al final no fue tanto. El cambio acabó siendo un camino natural. Yo mismo como guitarrista reconozco que una canción con mucha guitarra, y venga turra de guitarra, pesa demasiado. No puede ser que pese más que la propia canción. De hecho, hay guitarristas que la gente tiene en un pedestal que yo los odio. De forma natural, nosotros hicimos hincapié en dejar huecos, que las canciones respirasen, para darle a cada instrumento su protagonismo. Es una forma de ver las canciones bastante 'guiri'. Es algo que ha favorecido a la canción como concepto y eso al final ha tenido un impacto directo en el aumento de seguidores. Seguimos siendo un grupo de guitarras. Solo que le damos protagonismo a otras partes y a la voz. Es que la de Rafa (por el vocalista), es de las más bonitas del país. Es un sin sentido que no se entienda al cantante como pasaba en otras canciones que tenemos. A veces, nos poníamos a escuchar grabaciones anteriores y nos poníamos un poco con la coña a intentar adivinar qué estaba diciendo Rafa en la canción. Es que no lo escuchábamos. Así que ahora trabajamos en los espacios y en aligerar las canciones.
Es paradójico, como guitarrista disfruto en los ratos que no toco, porque disfruto de la canción. Me paro a escucharla y veo lo que hacen mis compañeros. Este trabajo de dar más respiro con las guitarras empieza desde la composición. Llega una idea de mirar más teclados, ver qué más se puede meter en cierta parte. Eso pasó cuando entró en la producción Santos y Fluren, y en la parte que hicimos con Leiva. Hay menos guitarra pero cuando están tienen más protagonismo, es más fuerte la presencia.
- En 'El Bien', primera canción de 'El Amor de la Clase que Sea', hay un saxofón que es un elemento nuevo en vuestra música.
- En este país tenemos muchos prejuicios en todas las disciplinas artísticas. A nosotros nos flipa Bruce Springsteen, como a mucha gente. Entonces, ¿cuál es el problema? Ahora cuando tu banda tiene que meter un saxofón te “cagas”. Pero nosotros teníamos claro que teníamos que meter un saxo demoníaco y loquísimo. En el disco lo grabó 'El Pirata' de la banda de Late Motiv (el desaparecido programa de Buenafuente). Con el tema del saxo estábamos en plan: "nos van a echar del indie, verás". Pero cuando abrimos la pista, nos pusimos a pegar saltos en el estudio. Entonces, nos dimos cuenta de que nos habíamos quitado un cliché muy tonto en ese momento. Luego tocas en directo justo esa canción y es de las más guitarreras. Es un tema de rock muy americano. Da gusto quitarse ese peso de encima. Lo del saxo ha llegado a tal extremo que ahora nos lo llevamos de gira. Contratamos a Esdras, de origen armenio, para un par de conciertos en La Riviera (Madrid) y la atmósfera que creó fue tal que nos lo quedamos. Da una sonoridad diferente para que no haya tanta guitarra. Lo importante es abrir la mente. Si algo funciona y empuja la canción, por qué no usarlo.
-'El Amor de la Clase Que Sea' ha traído una nueva era para Viva Suecia.
-Ese camino no ha sido fácil. Al final muchísimos referentes nuestros son de fuera de España. Ha sido cosa de escuchar mucha música. Compusimos en una casa rural que alquilamos en la sierra de Albacete, ese trabajo fue un reto como músicos. Teníamos claro que queríamos cambiar un poco desde la composición y trabajamos con varios productores. Cuando vino Leiva dejamos que él se encargara de hacer un tema de rock. Llegó, se sentó en la mesa de producción, empezó a cerrar pistas y abrir en los estribillos. Tiene una gran habilidad para eso. Hay partes en la canción de Leiva que no suena nada pero hay una energía enorme. Desde luego, lo fácil es coger dos guitarras y ponerte a tope, porque ojo Rafa también toca la guitarra que te mueres. Muchas veces estamos en el local, componiendo y decimos: "estamos cayendo en lo de siempre". Por eso digo, irte a otro camino y explorar es lo difícil como músico. Irte a algo comercial, algo más luminoso y positivo es mas difícil que quedarte en lo que ya sabes hacer.
- En vuestros primeros discos, había un toque decadente en algunas canciones. Algunos ejemplos: '¿Nos ponemos con esto?', 'La Estrella de David'.
- Pues mira estamos pensando recuperar 'Nos ponemos con esto'. Es un tema que no tiene tanto follón. Pero es lo que estamos hablando, cambiar forma parte de un proceso y lo bonito es hacer ese camino, no acomodarte. Ahora estoy escuchando mucho a Parcels, bandas muy de corte disco pero de guitarra con muy pocas cuerdas. El proceso empieza en madurar. Darte cuenta que igual que escuchas a Foo Fighters o Extremoduro a los Parcels. Antes teníamos más control en la guitarra con siete mil millones de pedales, pero el reto que tenemos ahora como músicos es ir quitándonos y ser capaces de dar un espectáculo con menos.
Ahora estamos trabajando en composiciones nuevas. Habrás más sorpresas por aquí. En cada hueco que tenemos intentamos aglutinar todas las locuras que se nos ocurren en canciones. A nosotros nos funciona trabajar y trabajar. Tenemos una dinámica que es estar de gira, meternos en el estudio y seguir de gira. Esa dinámica loca de creatividad nos favorece ahora mismo.
Creemos que así también los discos respiran. Hay una época en la que compones un poco, descansas unos tres o cuatro meses y después vuelves a componer. Tu mente se libera y puedes ir preparando nuevas cosas según lo que vas viviendo en ese tiempo. No tenemos que tener miedo a crear cosas nuevas. Si pegamos 20.000 botes con La Oreja de Van Gogh, ¿qué problema hay? Pues eso lo que tenemos que trabajar, quitar los clichés. Tenemos que abrir la mente como ya decía antes.
- Antes de todo esto ya teníais un puñado de himnos indie, de los de reír y llorar. Hasta tal punto que la gente se pide matrimonio con Viva Suecia
- La gente está loquísima. Nos llegó un par de noticias o tres de estas. Imagina cómo nos sentimos. Es raro porque al final siempre decimos lo mismo: somos 16 personas de gira totalmente normales viviendo de manera excepcional. Todo estas cosas que nos pasan con la gente la recogemos con responsabilidad. Aunque nos veáis siempre como de cachondeo y de broma, somos responsables. La gente nos regala algo maravilloso y no olvidamos nunca. Lo sabemos y cada vez nos ponemos más nerviosos.
Cada día, cada concierto, tiene que salir perfecto. Hay momentos para la broma, sí. Pero ese momento de concentración de que no entra ni un plátano por la boca antes de tocar es porque vemos ese cariño. Da igual que sea el Wizink que un pueblo en Extremadura, tiene que ser perfecto y a tope de intensidad. Me ha pasado que si no es así, me voy al hotel con un cabreo importante. A lo mejor todo es porque tuve un fallo de concentración de no poner la cejilla tiempo. Solo fueron 10 segundos de error en hora y media. El nivel de exigencia es así, no podemos fallarle a la gente. Pasa factura a veces a nivel de salud, pero es que para nosotros todo es la gente.
-El último disco tiene muchas letras de autoaceptación. Quererse a uno antes para ser capaz de amar de verdad. Este tipo de mensajes para la salud mental de las personas son un bálsamo.
-Siempre decimos lo mismo. Encontrar esta banda, y todo este equipo humano que nos rodea, ha sido nuestra tabla de salvación, ha sido la manera de aceptarnos a cada uno de nosotros. Es importante aceptarte a ti mismo, cómo eres y con tu naturaleza. Y lo más bonito de todo es cuando descubres que estar en el escenario es la máxima expresión de ti mismo. No puedes ser más tú mismo, por lo menos en este grupo, que encima de un escenario. Ahí arriba he tomado conciencia de naturaleza como ser humano. Eso es maravilloso, porque mucha gente lleva una vida en la que asumen un rol en el trabajo, en la relación, en la familia. Y nosotros hemos conseguido ser nosotros mismos. Ese momento encima del escenario es un bálsamo y se lo transmitimos al público. Surge de manera natural. Cuando hay un compañero que tiene un problema, lo arropas, lo intentas ayudar. Es todo muy auténtico. Entendemos que la gente se sienta liberada con ciertas letras que hemos traído a este disco. Es flipante ver lo que hace nuestra música. Esa gente abrazada, llorando, gritando, cantando, bailando. Si eso mismo que sentimos nosotros le pasa a la gente, no está pagado con dinero.
-El amor a quien tenemos a nuestro lado, también se promueve mucho en este disco.
-Parece que no viene a cuento pero tiene algo que ver. Hace poco escribía un post hablando de lo importante que es el éxito como algo colectivo. Cuando te pasa, tomas conciencia de él. El éxito es cuando juntas a mucha gente, y desde el respeto, consigues llegar al corazón de la gente. También en lo que hagas en el día a día, cómo consigues ese éxito. No sería lo mismo si intento pisar cuellos para llegar a la cima. Nosotros no nacimos músicos. Siempre ha habido compañeros que han conseguido las cosas amedrentando a los empleados. Puedo decir que hemos conseguido todo lo que tenemos con el mismo equipo de siempre, con respeto, con cariño. Haciendo a todo el mundo partícipes. Es un éxito conseguido con mucho amor.
Al principio, los cabrones de nuestros staff se partían porque lo veían muy cursi todo lo último. La verdad es que con la pandemia hubo un auge de lo individual, del hedonismo y del yo. También es un mundo en el que se ha mercantilizado hasta el último minuto de ocio. 'El Amor de la Clase Que Sea', es amor por todo: por tu pareja, por el periodismo, por tu rato haciendo submarinismo, por tus amigos. Parecía anacrónico hablar de amor pero la gente se ha subido al carro. Y al final todo es porque no podemos obviar el amor, hay que reivindicarlo siempre. La palabra se había desvirtualizado por los cambios sociales. El amor puede ser simplemente juntarte con los amigos, pintarte de amarillo e ir a un concierto juntos. Eso para nosotros es flipante.
- Hablando de pintarse de amarillo, ¿no crees que Adidas estará diciendo qué está pasando con las camisetas de Suecia en España?
- (Risas). Seguramente no estén entendiendo nada. Igual que alguien en Amazon o cualquier proveedor chino. Suecia entró absurdamente en nuestras vidas después de un ensayo. Ese día nos corrimos una juerga. En un brindis de chupitos, no me acuerdo de qué, alguien dijo: "Ostia, pues Viva Suecia". No teníamos el nombre, habíamos ensayado cosas. Así que tiramos adelante. Eso sí veníamos de un proyecto que se llamaba 'El Gringo', casi acabamos siendo "mexicanos".
- Os están pasando cosas preciosas. En el FIB y en el Low todo a reventar, en el Sonorama actuaréis en hora punta. Grupos como Vetusta os llaman al escenario. Tenéis un WiZink y un Palau Sant Jordi con casi todas las entradas vendidas. Ahora mismo no tenéis techo. ¿Cuál es el próximo objetivo de Viva Suecia?
- Tenemos varias sorpresas por ahí. El año que viene hacemos 10 años, estamos ya trabajando en cosas muy chulas. Estamos componiendo cosas nuevas, lo pasamos muy bien. Así que mientras nos haga felices salir a tocar, seguiremos. Nada más que para el formato de festivales hay una cosa que tenemos entre manos súper loquísima. Creo que nadie se lo puede esperar. Paralelamente, estamos viendo qué hacer con nuestros 10 años y en los shows del Wizink y del Palau Sant Jordi.
En 2024 pararemos un poco pero seguiremos con algunas cosas. Lo que se viene es muy divertido, no esperábamos hacer tanto en ese año pero al final lo hemos llenado. No te puedo decir más porque al final acabo diciéndolo y es un secreto todavía. Cuando acabe el verano justo diremos más de qué tenemos ideado. También en esos huecos habrá gira por Latinoamérica. Habrá alguna visita a México y alguna que otra más a otros países del extranjero.
-Atrás quedan los años donde había gente que ni sabía vuestro estilo y os ponían a tocar a las cuatro de la tarde con un calor infernal. Ocurrió en Interestelar de Sevilla en mayo de 2017.
-Recuerdo ese concierto perfectamente. Es más, nuestro manager es Antonio Romero de The Music Republic, que son los que llevan ese festival. Muchas veces se lo echamos en cara un poco de broma. Entonces, salimos con toda la ilusión, sabiendo que había poca gente, sabiendo que hacia calor. Si tuviéramos que hacer el mismo concierto lo hacemos otra vez. No es excusa que haga calor ni la hora. A veces amigos míos me dicen que cómo puedo tocar con la americana. Yo les digo que es lo que me toca hacer, que es mi imagen. Y si tengo que asarme de calor es mi trabajo. Pero bueno, sí, claro que nos acordamos de ese concierto. Este año hemos vuelto allí y estaba todo lleno. La recompensa es que vuelves unos años después y fíjate.
-"Tiemblo al oír la canción que antes me hacía feliz". Esto de ‘La Voz del Presidente’ duele. ¿Qué canciones te han dolido alguna vez?
-Tengo que decir algo: me encanta el concepto de bailar triste. Estás hablando con el más triste en cuanto a gustos musicales. Amo bailar y hasta me gusta mucho pinchar poniendo canciones de estas. Creo que esto de bailar con canciones tristes es una cosa muy española. Es algo catártico. Estás triste sacas lo que tienes, bailar te libera. Es como algo muy animal. Es rabia. Todos tienen ese sentimiento con alguna canción. Es muy indie también dejarse la voz con Estopa. Mucho pantalón de pitillo, pero cuando estás borracho y te ponen Estopa, gritas fuerte. Por cierto, desde aquí hago un llamamiento para tomarnos unas cañas con Estopa. Desde luego que sí, hay que cargarse las chorradas. Los indie, aunque algunos digan que no, lo viven con Estopa y otros grupos que no son de su teórico espectro.
-Ahora vamos con lo contrario, con lo alegre.
-Pues de fiesta ya te digo que nos flipa Estopa, como te he dicho, La Oreja de Van Gogh, Camela y más de ese tipo. Estamos muy enchufados con Bruce Springsteen que nos da mucha energía. Todo eso nos da mucha alegría. Ya te digo soy el más triste del grupo (risas), el que más referencias alegres puede darte es Jess (bajista). Aunque ya te digo soy esa persona que lo está flipando por la mañana con Cigarettes After Sex y por la noche con Camela.
Y ahora que hablamos de esto. A nivel de grupo estamos trabajando en conseguir más canciones alegres o rebeldes. Rafa (vocalista) tiene una voz que incita un poco a la melancolía. Estamos un poco currando en esas canciones como más subidas, como más echando la bronca. Rafa puede hacer lo que quiera, le tiras una piedra y te mete un gol.
-A San Fernando llegaréis un poco a lo justo del Sonorama. ¿Os dará tiempo a disfrutar un poco de La Isla?
-Es nuestra vida, pero bueno igual nos tomamos algo por ahí. Un poco de turismo nocturno, quién sabe. Pero es que la vuelta después a Murcia es durilla. A San Fernando estamos deseando ir. Siempre nos encanta Cádiz. Nuestro primer concierto fuera de Murcia fue en El Puerto de Santa María. Con suerte nos podemos pegar un bañete en la playa después del concierto. Si no, pues un copazo. Estando rodeados de amigos, es fácil al día siguiente volver con alguna resaca.
Desde luego esto del Bahía Sound creo que es uno de los planazos del verano. Es una noche perfecta coincidir con Second y Leiva. Este concierto va a ser Navidad con colegas. Vendremos del Sonorama que es buena juerga. Para darlo todo en San Fernando, vendremos en autobús con camitas, para llegar descansados. Estamos coincidiendo mucho con Second gracias a dios porque se están despidiendo para siempre. Son nuestros amigos. De hecho, allí en Murcia, entre semana coincidimos mucho sobre todo con Fran y Jorge, guitarra y batería. Comemos juntos cada vez que podemos en Murcia. También nos vemos mucho con Toni de Miss Caffeina. Son todos unos maestros de Murcia.
Con Dani, el guitarra de Arde Bogotá me pasa lo mismo. Es vecino nuestro allí en Mar Menor. Hace poco cantamos un tema juntos. Por cierto, me alegro mucho lo que le está pasando a este grupo. Cartagena también se merecía algo así. Están saliendo grupos poderosos de allí.
-En el escenario, siempre sueles salir con una copa de vino. ¿Hay alguno de Cádiz que te guste
-Me gustan mucho los vinos de Jumilla o de Bullas (Murcia), que tienen su propia denominación de origen. Uno que me gusta mucho, por ejemplo, es 'De Nariz' o alguno de de Bodegas Carchelo. Son los vinos que solemos llevar de gira. Luego no bebo tanto, le pego tres tragos a lo sumo. Prefiero el vino porque la cerveza me hincha mucho. Cojo vino que sacia más y tienes más control de situación. Mi madre siempre me dice que por qué siempre tengo que salir con vino.
La realidad es que tampoco tengo tanto tiempo, lógicamente, para pegarle un trago al vino. Como mucho en 'Hablar de Nada'. Después es todo intenso y cañero, tienes la cabeza a mil hora y ni te acuerdas que te has sacado la copa. Lo cierto es que tengo mis marcas de Murcia y no he indagado mucho en las de Cádiz. Lo cierto es que me sacas del tinto y me cuesta un poco. Con la edad ya no bebo tanto, estoy evitando también los combinados. Es fácil caer un poco en los excesos y entonces quiero estar fresco al día siguiente si tienes otro concierto.
-La furgo está más activa que nunca en verano. ¿Cuántas veces usáis 'No hemos aprendido nada' en los viajes en referencia a alguna cagada?
-No usamos 'No hemos aprendido nada' como tal pero si que nos metemos caña. En lo musical cuando hay una gamba, decimos que hemos pasado de tocar canciones a tocar jazz. Te mira alguien y te dice: "eh, que estoy haciendo jazz no os metáis conmigo". Pero ojo, si todo fuera perfecto no sería directo, eso nos lo dice Sara (Tour Manager). A ver es que realmente es inevitable que con todos los saltos, se te vaya un dedo. Eso sí, prefiero esa energía que se genera a estar parado en todos sitios.
La 'playlist' de imprescindibles de Viva Suecia
- Bien Por Ti (La Fuerza Mayor, 2016)
- Los Años (La Fuerza Mayor, 2016)
- Hemos Ganado Tiempo (Otros Principios Fundamentales, 2017)
- A Dónde Ir (Otros Principios Fundamentales, 2017)
- El Nudo y la Esperanza (Otros Principios Fundamentales, 2017)
- Casi Todo (Otros Principios Fundamentales, Edición Deluxe, 2017)
- Lo Que Te Mereces (El Milagro, 2019)
- Necesitarnos Tanto (El Milagro, 2019)
- Días Amables (El Milagro, 2019)
- Algunos Tenemos Fe (El Milagro, 2019)
- La Voz del Presidente (Sencillo, 2021)
- El Bien (El Amor de la Clase Que Sea, 2022)
- No Hemos Aprendido Nada (El Amor de la Clase Que Sea, 2022)
- Hablar de Nada (El Amor de la Clase Que Sea, 2022)
- Gracias (El Amor de la Clase Que Sea, 2022)
Bonus Track: Amar el Conflicto (Todo Lo Que Importa) (Sencillo, 2018)
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