Nutrición y dietética

El 'timo' de los productos light para adelgazar

El 'timo' de los productos light para adelgazar

El 'timo' de los productos light para adelgazar / Getty images

'Light', 'bajo en grasas', 'sin azúcar' o '0%', cuántas veces hemos encontrado en estas etiquetas una vía de salvación a los excesos. A comer, o beber, sin culpas. La industria alimentaria trata de engañarnos con productos muy fáciles de echar al carro de la compra si buscas cuidar tu línea, aun sin saber a qué hace alusión exactamente este indicativo. Pues bien, solución no está en las versiones ''light'' de los productos, muchos de ellos están repletos de azúcares e hidratos. Aquí te contamos más motivos para empezar a buscar otras dietas y recursos que te ayuden a quitar esos kilos de más.

En primer lugar diremos que los productos light suelen tener cantidades similares de azúcar que las versiones de referencia y engordan igual; por lo tanto no ayudan a adelgazar. Y en cuestión de prioridades en este campo, cabe desrtacar que detrás de la epidemia mundial de obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, el consumo de azúcar es el enemigo público número uno.

En general para conseguir que un alimento tenga un contenido menor en calorías lo que hacen las industrias alimentarias es reducir y/o sustituir alguno de los componentes del alimento de referencia. Para ello, se disminuye su cantidad en azúcares sustituyéndolos por edulcorantes o se reduce la cantidad de grasas utilizando sustitutivos de estas. 

HECHA LA LEY, HECHA LA TRAMPA

Light no es sinónimo de sin calorías. Con la excepción de los refrescos light, que no tienen ningún aporte calórico, un producto light sigue teniendo calorías.

La norma esta establece que ''un alimento puede declararse como light o ligero si la reducción del contenido del nutriente específico es de, como mínimo, el 30% en comparación con un producto similar''. Debe incluir en su etiqueta la información nutricional y la del producto original o ''no light'' para que el consumidor pueda comparar, mostrando su reducción en calorías y valor energético.

Es decir, que un producto sea light quiere decir que se ha reducido y no eliminado su contenido en calorías, grasas, azúcares… como mínimo un 30% de la versión de referencia del alimento (la que no es light, la original).

Sin embargo, el control de etiquetado no pasa tantos filtros. Las versiones light deberían de contener en su etiquetado, además del porcentaje de reducción de calorías, el valor energético del producto de referencia para que el consumidor pudiera comparar las dos versiones, y en la mayoría de los casos no es así.

Asimismo, nos venden el alimento en raciones más pequeñas para que este por unidad tenga menos calorías que la versión no light o recomiendan consumir cantidades menores del alimento para que no nos aporten las mismas calorías que el alimento de referencia.

Quizá esto se deba a que  la industria alimentaria está ''en guerra'' contra las grasas, que dependiendo de cuáles pueden influir positivamente, y no contra el azúcar. ¿Ppor qué? Porque el azúcar es muy barato y además es adictivo, lo que se traduce en ventas y negocio.

Así, hay dos tipos de productos light:

  • Los que tienen menos azúcar: refrescos, zumos, mermeladas y postres en que los azucares se sustituyen por edulcorantes.
  • Los que tienen menos grasas: lácteos desnatados, la mayonesa, margarina, salsas, natas,
  • galletas, fiambre, etc., donde se realiza un desnatado o se eliminan las grasas, recurriendo a aditivos para que no se resienta la consistencia y otras propiedades, o a enriquecer con vitaminas o ácidos grasos para compensar nutricionalmente las grasas eliminadas.

Una dieta equilibrada, la mejor opción

En definitiva, el resultado es un producto menos calórico, pero que no sirve para adelgazar de una manera saludable y que cumplan con las expectativas deseadas. 

Su procedencia viene de productos calóricos en su versión original, asi que por muy reducido que esté su aporte, seguirán siéndolo. Además, son ultraprocesados ya que para eliminar ciertas cantidades de aditivos, utilizan otros menos naturales.

Y la peor de las trampas, aunque aquí también entra la propia convicción humana. Puedes acabar comiendo más con la excusa de que es ''light''.

Por ello, la mejor noticia que le puedes dar a tu salud es cambiar los productos con esta etiqueta por fruta, verdura, pescado y otras cosas sin etiquetar ni procesar; además de cambiar las rutinas sedentarias. Hay que identificar qué es lo que no está bien: abuso de productos ultraprocesados, comidas entre horas, falta de actividad física, etc., y empezar a generar una rutina más equilibrada y saludable.

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