¿Por qué algunas personas tienen una salud de 'hierro' toda la vida sin cuidarse lo suficiente?

Existen factores relacionados con la genética, el estado de ánimo o la llamada resiliencia inmunitaria que están detrás de las personas que casi nunca enferman

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¿Por qué algunas personas tienen una salud de 'hierro'  toda la vida sin cuidarse lo suficiente?
¿Por qué algunas personas tienen una salud de 'hierro' toda la vida sin cuidarse lo suficiente?
N.F

21 de junio 2023 - 13:09

Seguro que conoces a alguien de tu entorno, o sino esa persona eres tú, que rara vez enferma y parece tener una salud de 'hierro' incluso sin especiales cuidados, llevando una vida cerca de lo sedentario o sin hacer grandes esfuerzos. Más allá de lo físico, la salud de estas personas parece estar hecha por los mismos dioses. Aunque puedan experimentar un resfriado leve ocasional o sufrir molestias esporádicas, estas personas difícilmente son afectadas por gripes fuertes, infecciones digestivas o lumbagos que requieran días de descanso, algo que ocurre un par de veces al año. Sorprendentemente, muchas de estas personas se mantienen en un estado de salud óptimo estado de salud óptimohasta edades avanzadas sin necesidad incluso de tomar medicamentos y resistiendo a 'pelo' cualquier proceso de salud sin grandes dificultades. Pero, ¿Cuál es el motivo por el cual algunas personas nunca enferman?, ¿tienen un sistema inmune tallado por la divinidad? Te contamos lo que hay detrás.

Motivos detrás de la salud de 'hierro'

Los expertos están de acuerdo en que los hábitos son determinantes en el perfil de aquellos que generalmente no enferman. Además, algunos señalan que en muchas ocasiones estas personas también tienen un buen estado de ánimo. ¿Y qué hay de los genes? ¿No son importantes? Los investigadores reconocen que la genética juega un papel, pero no es determinante. ¿Entonces? Todos son válidos y un 'mix' de ellos podría tener como resultado una genética de 'élite'.

Los factores más comunes que juegan un papel en esta salud envidiable son:

  • Genética favorable: Algunas personas pueden tener una predisposición genética a tener una buena salud. Esto significa que pueden tener una mayor resistencia a ciertas enfermedades o condiciones médicas. Estos genes pueden ser heredados de sus padres y pueden ayudar a mantener una buena salud incluso sin un cuidado intenso.
  • Resiliencia del organismo: El cuerpo humano tiene una capacidad sorprendente para recuperarse y adaptarse a diferentes situaciones. Incluso si alguien no se cuida adecuadamente, su organismo puede tener una buena capacidad de autorreparación y compensación. Esto puede ayudar a mantener una salud relativamente buena a pesar de los descuidos.
  • No estrés: Existen numerosos estudios que relacionan el estrés con un funcionamiento deficiente del sistema inmunológico. Es bien conocido por muchas personas que la ansiedad incrementa las posibilidades de contraer infecciones virales o bacterianas. Aquellos que son nerviosos e inseguros tienden a experimentar una serie de enfermedades leves pero molestas en cadena.
  • Vivir en entornos naturales: El entorno rural está vinculado a la salud por diversas razones, como los impactos positivos de los elementos naturales en el cuerpo, la reducida presencia de sustancias artificiales y un estilo de vida menos agitado. Específicamente en lugares como la playa o cerca de los ríos, el aire tiende a tener una mayor proporción de iones negativos, lo que genera una sensación de bienestar y disminuye el estrés físico.
  • No comer en abundancia: Desde los primeros experimentos realizados en la década de 1930 con animales, se ha sabido que moderar la ingesta de alimentos prolonga la vida y reduce la incidencia de enfermedades. En nuestra sociedad, todavía persiste el prejuicio de que la abundancia de alimentos es sinónimo de bienestar. No obstante, investigaciones recientes llevadas a cabo en personas demuestran que reducir la ingesta calórica disminuye la aparición de problemas de salud asociados con el envejecimiento, como enfermedades cardiovasculares, diabetes y Alzheimer.
  • Factores externos favorables: El entorno en el que vive una persona también puede tener un impacto en su salud. Algunas personas pueden tener acceso a un entorno favorable, como aire limpio, agua potable, alimentos nutritivos, un entorno sano para su salud mental y un estilo de vida menos estresante. Estos factores externos pueden contrarrestar en cierta medida los efectos negativos de no cuidarse adecuadamente.
  • No volverse 'tolerante' a los fármacos: la resistencia a los fármacos por parte de las bacterias y virus es una de las emergencias de salud que más preocupan a las autoridades y los organismo públicos. Muchas personas toman fármacos para todo, incluso para cualquier pequeño dolor o malestar. Esto provoca que nuestro sistema inmune no responda como debería a la convivencia con bacterias que se encuentran normalmente en el organismo o que las mismas que atacan se vuelvan inmunes a esos fármacos. Las personas cuyo sistema inmune se ejercita conviviendo y luchando contra las bacterias o las amenazas que intentan debilitarlo, consiguen resistirlas con mayor facilidad.
  • Suerte y probabilidades: A veces, las personas pueden tener buena salud simplemente debido a la suerte. La salud está influenciada por una serie de variables complejas, y algunas personas pueden ser afortunadas al no desarrollar ciertas enfermedades o condiciones médicas graves a pesar de no cuidarse de manera adecuada. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la suerte no siempre está garantizada y que no cuidarse suficientemente puede aumentar el riesgo de problemas de salud a largo plazo.

Resiliencia inmunitaria

De acuerdo con los investigadores del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio, Estados Unidos, existe un concepto llamado resistencia inmunitaria puede influir en la longevidad y la calidad de vida de una persona, permitiéndole vivir más y de manera más saludable.

El estudio considera este término como el equilibrio entre la capacidad inmunológica y la inflamación como un factor crucial en los resultados de salud, sin importar la edad. Según afirman, esto representa una ventaja y un avance significativo, ya que al examinar más allá de la inflamación se pueden descubrir nuevas estrategias para la prevención y el tratamiento de enfermedades crónicas como enfermedades cardiovasculares, COVID, VIH y cáncer.

Para llevar a cabo el estudio, el equipo dividió a los participantes del Estudio Framingham en cuatro grupos basados en marcadores de expresión génica relacionados con la resiliencia inmunitaria. Aquellos participantes con una resiliencia inmunitaria óptima, definida por marcadores que indicaban una alta capacidad inmunológica y una baja inflamación, vivieron más tiempo, incluso al considerar el efecto de la edad y el género. Por otro lado, aquellos con métricas que indicaban baja capacidad inmunológica y alta inflamación tuvieron una esperanza de vida más corta, mientras que aquellos con una combinación de alta capacidad inmunológica y alta inflamación, o baja capacidad inmunológica y baja inflamación, tuvieron una esperanza de vida intermedia.

Además, se examinaron los marcadores de expresión génica de la resistencia inmunitaria en una población de estudiantes universitarios sanos y personas de la comunidad, todos menores de 50 años, a quienes se les tomó una muestra de sangre antes del inicio de la temporada de gripe.

En el día de los primeros síntomas de la gripe, la mayoría de los participantes, incluidos aquellos que tenían una resistencia inmunitaria óptima antes de la enfermedad, mostraron perfiles de expresión génica que indicaban una baja capacidad inmunológica y una alta inflamación, lo cual se asocia con una vida más corta. Aunque muchas personas recuperaron su nivel inicial de resistencia inmunitaria, incluso algunos de aquellos que tenían una resistencia inmunitaria óptima antes de la gripe no lograron hacerlo.

Según Nathan Harper, uno de los investigadores, seis meses después de la gripe, algunas personas aún mostraban signos de expresión génica asociados con una mala salud inmunitaria, lo cual es sorprendente ya que significa que los factores estresantes inflamatorios como la gripe pueden afectar negativamente la salud inmunitaria de una persona vulnerable a largo plazo.

En una de las cohortes, los autores observaron una rara capacidad para mantener un alto nivel de inmunocompetencia con un bajo nivel de inflamación a pesar del estrés inflamatorio crónico, denominado estado de salud inmunitaria de élite. ''Descubrimos que algunos adultos jóvenes conservaban marcadores óptimos de resiliencia inmunitaria a pesar de la infección por VIH'', afirma Jason F. Okulicz. ''La preservación de estos marcadores se asoció con la resistencia a desarrollar sida y con un bajo nivel de VIH en sangre. Sorprendentemente, descubrimos que, tras iniciar la terapia antivírica de forma precoz, algunas personas seropositivas manifestaban marcadores de resistencia inmunitaria óptima típicamente observados en adultos más jóvenes sin infección por el VIH''.

Este tipo de combinaciones inflamatorias podría tener también la clave de mayor resistencia de estas personas a las enfermedades. Sin embargo, aunque algunas personas puedan parecer tener una salud de 'hierro' sin cuidarse lo suficiente, es importante recordar que cada persona es única y que los efectos de un estilo de vida poco saludable pueden acumularse con el tiempo. Cuidar de nuestra salud a través de hábitos saludables, como una alimentación equilibrada, ejercicio regular, sueño adecuado y evitar el consumo excesivo de sustancias nocivas, sigue siendo fundamental para mantener una buena calidad de vida a largo plazo.

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