Así es la nueva vida de Alba Silva y Sergio Rico en Qatar

La vida de los futbolistas es lo más parecido en la actualidad a los antiguos nómadas y es que tanto ellos como su familia suele mudarse con cierta asiduidad, ya que su residencia se mueve de la misma manera que se mueve el trabajo del deportista. Sergio Rico y Alba Silva se han mudado recientemente a Qatar, un destino muy lejos de su Sevilla natal y es que el futbolista ha sido fichado por el Al Gharafa, el equipo local de la capital, Doha.

El primero en acudir a Qatar fue el deportista y al poco tiempo se mudó su esposa, Alba Silva, junto a su pequeña, Carla. Ambas parecen haberse adaptado muy bien a la vida en Doha y aunque el ambiente y las vistas son muy diferentes, la familia se encuentra unida y feliz de disfrutar de esta nueva etapa juntos a pesar de la distancia que hay entre ellos y sus familiares que residen en Sevilla. El cambio de vida es bastante grande porque los últimos destinos de la pareja fueron París y Mallorca. No obstante, aunque los cambios son muchos parecen estar adaptándose bien.

Alba Silva sube a diario contenido a sus redes para mostrarle a sus seguidores qué es lo que hacen, los lugares que visitan, las tiendas en las que compran e incluso los restaurantes a los que van. Todo un deleite, debido a que el lujo está muy presente en todos los aspectos de la vida qatarí.

Así es la vida en Qatar de Alba Silva y Sergio Rico

En el destacado que tiene la influencer sevillana en su perfil de Instagram con el nombre de Qatar, se pueden ver algunas de las curiosidades que más han llamado la atención a Silva. Hay instantáneas de los supermercados en los que la joven habla de lo limpio y ordenado que está todo. Se ha sorprendido al comprobar que hay personas que trabajan en los supermercados llenando las bolsas de los clientes cuando ellos ya han pagado la comida, además esas mismas personas luego acercan la compra al coche para que el usuario no tenga que cargarla.

Otro aspecto de Doha que ha llamado la atención de la esposa de Sergio Rico es que en los centros comerciales hay salas para rezar y por lo que cuenta es frecuente encontrarse carteles en la puerta de los negocios en los que avisan que están rezando. El precio de la gasolina en este país es irrisorio, ya que tan sólo cuesta 0,40 euros, esto permite también que los desplazamientos en taxis sean más baratos, también. No obstante, el precio de la ropa es más elevado que en España, afirma la empresaria sevillana.

La variedad de centros comerciales ha impresionado a la pareja. También lo ha hecho la disposición de aire acondicionado en todos los lugares del centro comercial e incluso fuera porque en verano se llegan a alcanzar 50 °C. Alba Silva alaba la gran seguridad que siente allí y es que la delincuencia en este país es muy poca debida al gran castigo que hay si se comete algún robo, de manera que se puede dejar el teléfono cargando en cualquier centro comercial que nadie lo va a robar.