Una Historia infinita y milenaria
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Los fenicios fundaron en Cádiz las urbes más antiguas de occidente y los romanos erigieron monumentales ciudades que fueron clave para el comercio de todo un imperio
DESDE épocas muy pretéritas todas las civilizaciones que han pasado por estas tierras han querido abrazarse a ella. Por eso Cádiz es fenicia, romana y musulmana, y sus hermosos rincones florecieron entre prósperas urbes a lo largo y ancho de una provincia con yacimientos arqueológicos que se remontan a tiempos prehistóricos. La historia de Cádiz es infinita y milenaria, escrita por aquellos primeros hombres y mujeres que en el 4.000 a.C erigieron conjuntos megalíticos y pintaron enigmáticas pinturas rupestres; por aquellos emprendedores fenicios procedentes del Líbano que fundaron la mítica Gadir, frente a otros puntos en tierra firme que pueden verse en Doña Blanca, en El Puerto o Nueva Gadeira, en Chiclana; y por esos poderosos conquistadores que construyeron monumentales ciudades a imagen de Roma en puntos estratégicos, con testigos como Gades y su teatro, la idílica Baelo Claudia y su comercio de salazones en Tarifa y la impresionante Carteia, en San Roque. Una historia preñada de historias por descubrir en estos enclaves entre la sierra y el mar.
TODAS y cada una de las civilizaciones que se enamoraron de estas tierras, de todos los tiempos y momentos históricos tenemos la huella marcada en los museos que salpican la geografía gaditana. Los centros de interpretación, pinacotecas y otras salan se convierten en ese túnel del tiempo que conecta con ese crisol de culturas y civilizaciones y la estela artística que nos legaron. Museos como el Provincial de Cádiz, situado en la plaza Mina de la capital, con una exquisita colección arqueológica con los sarcófagos antropoides fenicios al frente, que atestigua nuestra fundación; con joyitas pictóricas como los zurbaranes, o los famosos títeres de la Tía Norica. En la capital también se encuentra el Museo de las Cortes, que atesora la singular maqueta de Cádiz del XVIII; el ECCO y su colección de los hermanos Costus; mientras que El Puerto puede presumir de la historia de los cargadores de Indias en el Palacio de Araníbar; Chiclana del Centro de Interpretación del Vino y la Sal o el famoso Museo de las muñecas Marín en el mismo edifcio. Destacar los espacios de nuestros artistas más universales , como el de Rocío Jurado en Chipiona o el de Camarón, en San Fernando.
EL MUSEO PROVINCIAL, DE LOS SARCÓFAGOS A LOS ZURBARANES
El Museo Provincial de Cádiz es de las pinacotecas más destacadas de la provincia. Cuenta con una extensa representación arqueológica fenicia y romana y de otras civilizaciones, y la colección de Zurbarán.
LA MAQUETA DE CÁDIZ DEL SIGLO XVIII QUE ORDENÓ CARLOS III, EN EL MUSEO DE LAS CORTES DE cÁDIZ
La relevancia de Cádiz en el siglo XVIII y su importante papel en el monopolio del comercio con las Indias por la llegada de la Casa de Contratación se pone de manifiesto en el Museo de las Cortes de Cádiz. En este recorrido puede observarse la curiosa y recién restaurada maqueta que mandó a contruir Carlos III.
CAMARÓN DE LA ISLA, EL RINCÓN QUE SUSTENTA SU LEYENDA
San Fernando cuenta con el Museo Leyenda Camarón, un espacio único que permite conocer en profundidad la indiscutible figura de un genio del flamenco, Camarón de la Isla. Un centro ubicado junto a la Venta de Vargas, escenario de tantos buenos cantes de José Monje Cruz, que se ha convertido en una referencia fundamental para quienes quieren conocer la trayectoria artística de este cantaor que revolucionó el cante y que tras su prematura muerte quedó como un mito y, sobre todo, como una leyenda.
EL CENTRO DE INTERPRETACIÓN DEL VINO Y LA SAL, JOYAS CULINARIAS
La viña y las salinas forman parte indiscutible del paisaje de la bahía. Y adentrarse en su historia y raíces es posible en el Centro de Interpretación del Vino y la Sal de Chiclana, un espacio que ahonda en las explotaciones salineras, la historia de las bodegas de la localidad y el cultivo de la viña, además de ofrecer otras exposiciones temporales y permanentes como las de las Muñecas de Marín. Recorrer sus salas es una gran oportunidad para conocer de primera mano la historia de una Chiclana bodeguera, vitivinícola y salinera y todas las tradiciones que emanan de esta cultura, además de homenajear al oficio centenario.
BAELO CLAUDIA, LA NIÑA BONITA DEL IMPERIO EN CÁDIZ
Situada en la ensenada de Bolonia junto a su hermosa playa, en pleno paraíso natural, a 22 kilómetros de Tarifa, Baelo Claudia se erige como el único conjunto arqueológico de la provincia, cuyos orígenes se remontan al siglo II a.C. Un bello enclave donde se encuentran los elementos más representativos del perfecto entramado urbano que culminó en la primera mitad del II d.C., que nació y desarrolló gracias a la industria de salazones, y que conserva aún restos de numerosos edificios industriales -de salazón-, además de religiosos y lúdicos, como muestra de la actividad industrial, comercial, religiosa y social de la ciudad. Destacan el decumanus, la puerta de Carteia, el teatro, el foro o la replica de Trajano.
EL TEATRO DE CÁDIZ, EL SEGUNDO MÁS GRANDE DE HISPANIA
En pleno barrio del Pópulo, el teatro construido en Gades, cuyas entrañas en piedra aún sigue revelando sorpresas, es uno de los puntos indispensables en el recorrido. La visita arranca en el Centro de Interpretación Theatrum Balbi, un espacio moderno cuya museografía contextualiza Gades dentro del Imperio a través de paneles explicativos, imágenes, maquetas y reproducciones de restos localizados en este yacimiento. Desde el centro se divisa el propio teatro, cuyas galerías conducen al visitante al graderío.
GADIR, EL ORGULLO FENICIO EN LA CAPITAL GADITANA
El yacimiento Gadir atestigua los casi tres mil años de la fundación de Cádiz. La escasez de restos arquitectónicos de asentamientos fenicios en todo el mediterráneo, hacen de este espacio un lugar imprescindible para descubrir las formas de vida y costumbres fenicias, a través de las viviendas, cocinas y calles allí descubiertas.
DOÑA BLANCA, LA CIUDAD FENICIA
Los fenicios tomaron este territorio frente a Gadir, donde confluyen restos de la fase tardía de la Edad de Cobre, construcciones urbanas del siglo VIII a.C., al siglo III y IV a.C., y restos de fortificaciones de varias épocas.
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