Semana Santa de Puerto Real: ¿Dónde están las mujeres trinitarias?
La Hermandad del Medinaceli procesionó este Jueves Santo con la la Virgen de la Trinidad en un paso sobre ruedas. Bajo él, solo doce mujeres de la que fue la cuadrilla de costaleras de la Hermandad, que acompañó a la Virgen en el recorrido formando parte de la penitencia.
Las mujeres cofrades asumen la carga

Puerto Real/La Hermandad del Medinaceli de Puerto Real se ha caracterizado en los últimos años por sus avances, por ser una cofradía integradora al marcar hitos como el del crear la primera cuadrilla de mujeres costaleras de la ciudad, contar con una de las primeras mujeres en ostentar el cargo de Hermana Mayor de una Hermandad de penitencia (Verónica Paz) y dar a Natalia Vázquez la oportunidad de convertirse en la primera mujer capataz de una cuadrilla de costaleras. Todo ello surgía y crecía bajo la devoción a María Santísima de la Trinidad, y se vio reforzado por el propio Consejo de Hermandades, al designar a María del Mar Falcón, integrante de la cuadrilla de costaleras trinitarias, como la primera mujer en ofrecer el ‘Pregón al Costalero y la Costalera’.
Pero este Jueves Santo, la Hermandad volvía a marcar un hito, y esta vez no tan positivo ni integrador, al convertirse en la primera Hermandad en procesionar con un paso a ruedas, en la Semana Santa de Puerto Real. Una imagen que nadie entre el público entendía y que provocaba una y otra vez la misma pregunta: ¿Dónde están las mujeres? También algún que otro comentario que se lanzaba desde un balcón. !Qué pena, con lo bien que la llevaban las mujeres!", decía una vecina del barrio de María Auxiliadora.
La Virgen de la Trinidad, que hasta el pasado año contaba con una cuadrilla de mujeres muy entregadas y que, según la propia Junta de Gobierno de la Hermandad, había “llegado para dar vida”, procesionó con un paso a ruedas, algo inédito en esta Hermandad y en todas de la Semana Santa local, al menos que se recuerde.
La Hermandad no ha permitido cargar a gran parte de la cuadrilla por una serie de desavenencias difíciles de entender. Los motivos por lo que se ha llegado a ese punto son muchos y, algunos, muy complicados de saber, porque hay distintas versiones que se contradicen y tienen muchos matices. Además, ninguna de las partes da explicaciones oficiales de lo sucedido.
La realidad es que dela cuadrilla de costaleras solo quedan unas pocas por decisión de la Hermandad. Las que se mantienen no eran suficientes para asumir el importante peso de paso. Así, la Hermandad busco costaleras pese a que su cuadrilla estaba dispuesta cargar otro Jueves Santo. Al no encontrarlas, tampoco en otros municipios de la provincia, optó por buscar un paso más pequeño, y la Hermandad de la Soledad les cedió el que habitualmente usan para los Vía Crucis. Pero en el traslado de la Iglesia de la Victoria a María Auxiliadora, comprobaron que tampoco iba a ser posible con el número de mujeres disponibles enfrentándose a un recorrido aún mayor y con mayor peso.
Aunque la cuadrilla de mujeres trinitarias se ofreció a aparcar las desavenencias a un lado para poder sacar a la Virgen, la Hermandad no quiso volver a abrirles las puertas y prefirió sacar a la Virgen a ruedas.
¿Dónde estaban las mujeres trinitarias? Esa la pregunta que se hacía este Jueves Santo, y la respuesta es clara: algunas, una docena, bajo el paso “empujando”, otras dos (Juani Sánchez de la Campa y María del Carmen Rosendo), como auxiliares de capataces del mismo, y la gran mayoría fuera de la Hermandad, pero no lejos de la Virgen, ya que quisieron acompañar durante la salida en la penitencia, sin poder contener las lágrimas en muchos momentos. “Que la virgen sepa que su cuadrilla sigue a su lado, aunque no nos dejen ser sus pies”, parecían decir con sus miradas de tristeza.
Al parecer, el origen de este conflicto se inicia cuando la cuadrilla de mujeres propuso a la Hermandad procesionar acompañada de una banda de música. La Junta de Gobierno dio el visto bueno, con la condición de que fuese la propia cuadrilla la que la pagase. Y así fue, las mujeres se pusieron manos a la obra y organizaron distintas acciones como la tómbola de verano, para conseguir los fondos necesarios.
Con mucho esfuerzo consiguieron la banda. En concreto, la de la Virgen de la Estrella de Puerto Real. Sin embargo, como ya se sabe, el Jueves Santo del pasado año se tuvo que suspender a causa de la lluvia, y los deseos de las mujeres se vieron truncados.
Eso marcaría un cambio importante, coincidiendo también con la llegada de un nuevo director espiritual a la Hermandad, que se evidenció cuando iba a poner en marcha la tómbola benéfica para recaudar los fondos, como el año anterior, que se acabó suspendiendo por la falta de entendimiento entre la cuadrilla, la Junta y el párroco. El principal conflicto era el destino de la recaudación del evento que organizaban las mujeres.
Desde entonces se han producido desencuentros que comenzaron con una inesperada destitución de los capataces de la cuadrilla y continuó con la comunicación a muchas de las mujeres de la cuadrilla de que ya no podrían cargar e incluso de que están ya fuera de la nómina de hermanos. Cuestiones que la Junta de la Hermandad, como máxima responsable de la dirección de esta, deberá explicar en algún momento.
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