La cruzada de un joven de Puerto Real con discapacidad visual para lograr una ciudad más accesible
Quiere que al Ayuntamiento de la Villa dé un paso adelante y que se instalen semáforos con señales acústicas, pavimentos táctiles y que se adapten los espacios públicos para que las personas con discapacidad visual puedan moverse con autonomía
Menús en Braille para no pedir a ciegas
Francisco Manuel Benítez tiene 16 años y desde que nació vive en Puerto Real. El joven tiene una discapacidad visual y un grado tres de dependencia debido a una atrofia óptica, lo que significa que apenas percibe algunas sombras y luces. Pese a las dificultades que se ha ido encontrando a lo largo de su vida en el ámbito educativo, social y arquitectónico, este adolescente ha sido siempre una persona luchadora, optimista y muy solidaria.
Un ejemplo de ellos es el duro trabajo que durante años ha estado realizando, para adaptar cartas de restaurantes al sistema Braille (sistema de lectura y escritura táctil para personas ciegas), convirtiendo a muchos locales de la provincia de Cádiz en espacios más accesibles.
Ahora, el joven, con el apoyo de su madre, Mari Paz Recio, ha emprendido una campaña para hacer de Puerto Real una ciudad más accesible para personas con discapacidad visual. La ha emprendido en las redes sociales y la ha llevado también al pleno de la corporación municipal para buscar el apoyo político que impulse las mejoras que necesita para hacer más fácil (o menos peligroso) su día a día.
“Vengo con todo el respeto y con toda la esperanza, por mí y por todas las personas que, como yo, queremos movernos por Puerto Real con libertad, con seguridad y sin miedo”, dijo el joven en el pleno, a través de su madre.

En un escrito, que también está adaptado al braille, Francisco Manuel cuenta que está muy contento y orgulloso de vivir en Puerto Real, un pueblo que ama, “pero que también siento como una cárcel”. Relata que “no puedo cruzar una calle solo sin arriesgarme, porque no hay semáforos sonoros, señales accesibles, ni aceras seguras”, explica.
Y aunque esa carencia pueda pasar desapercibida por la mayoría de vecinos de Puerto Real, para él lo es todo. “Es la diferencia entre ser independiente o depender de alguien para salir, ir al colegio o simplemente dar un paseo”.
Tanto el joven como su familia, que lo acompaña en todo momento, piden vivir en un lugar accesible en el que Francisco Manuel no se sienta atrapado. “Le pido que al Ayuntamiento dé un paso adelante y que se instalen semáforos con señales acústicas, pavimentos táctiles y que se adapten los espacios públicos para que las personas con discapacidad visual podamos movernos con autonomía”, recuerdan.
“No se trata de cumplir una ley o poner una placa, se trata de incluirnos de verdad y que todos y todas nos sintamos parte de este pueblo, porque cuando un pueblo es accesible es más beneficioso para todos”, dice el joven.
Hay que recordar que el Ayuntamiento de Puerto Real instaló en el año 2020 un sistema de semáforos adaptados, con el sistema PassBlue. Sin embargo, aunque en principio es un sistema que sigue funcionando, los usuarios hablan de complicaciones en la aplicación necesaria para hacer uno de él, y en los fallos continuos en el sistema, por lo que han desistido de su uso. Ese sistema usa tecnología Bluetooth, que, al detectar el teléfono móvil de un peatón con discapacidad visual, activa automáticamente las señales acústicas del semáforo.
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