PUERTO REAL

Miyawaki para conectar (otra vez) con la tierra

Los estudiantes reciben explicaciones de los coordinadores del proyecto

Los estudiantes reciben explicaciones de los coordinadores del proyecto / C.P. (Puerto Real)

A los jóvenes les preocupa la conservación del Medio Ambiente y la lucha frente al cambio climático. La movilización Fridays for Future, que tiene en Greta Thunberg su imagen más visible, ha tenido gran resonancia favoreciendo que el colectivo juvenil se haya implicado en este proceso. Sin embargo, al mismo tiempo que crece el interés por los asuntos medioambientales, los más jóvenes se alejan de los entornos rurales.  “Incluso los chavales de pueblos cada vez tienen menos contacto con el entorno”, dice Víctor Jiménez, de la Fundación Grazalema 2030 Iniciativa Regenerativa, que está participando en un novedoso proyecto junto a chavales de colegios e institutos de la Sierra y de la Bahía de Cádiz.

Los alumnos preparan el terreno en el que crean el mini-bosque Los alumnos preparan el terreno en el que crean el mini-bosque

Los alumnos preparan el terreno en el que crean el mini-bosque / C.P. (Puerto Real)

Con él se persigue poner a los jóvenes en contacto con prácticas más sostenibles y fomentar un mayor conocimiento del medio que les rodea, a través de talleres que realizan en los centros educativos. Un parte fundamental es la práctica, para que los más jóvenes reconecten con la tierra. Para ello están usando una novedosa técnica japonesa: Miyawaki. Un bosque, en condiciones normales, puede arraigar en un plazo de mil años, aunque con la intervención humana este plazo puede reducirse y fijarse en 100 años. Sin embargo, los defensores del método Miyawaki estiman que, en espacios reducidos, se puede consolidar un mini-bosque en apenas una década.

En el mundo existen más de mil bosques plantados mediante el método diseñado por el botánico japonés Akira Miyawaki. Son espacios frondosos arraigados en superficies de poca extensión e integrados en la trama urbana. Su éxito consiste en maximizar el principio ‘vegetal natural potencial’ y acelerar la reforestación: en concreto, se siembran árboles autóctonos de manera muy densa que, en su crecimiento posterior, competirán por la luz en respuesta a la denominada dominancia apical.

“Consiste en la competencia entre especies”, aclara el profesor del IES Antonia Muro, Abel García, que coordina el proyecto en el centro. El instituto de la Villa, que tiene implantado el proyecto ALDEA, se ha sumado a esta iniciativa que lleva a cabo la Fundación Grazalema 2030 Iniciativa Regenerativa, en coordinación con la asociación O-Live Medioambiente y La Buena Siembra, gracias a una subvención de 15.000 euros del Área de Coordinación y Desarrollo Estratégico, Productivo y Social de la Diputación de Cádiz.

Dos alumnas protegen con paja los plantones ya sembrados Dos alumnas protegen con paja los plantones ya sembrados

Dos alumnas protegen con paja los plantones ya sembrados / C.P. (Puerto Real)

En Puerto Real, los alumnos de este centro están creando este mini-bosque en un espacio cercano al centro que les ha cedido el Ayuntamiento. “Participa un grupo reducido de alumnos, de segundo y tercero de Secundaria, que trabajan de una manera distinta a la mayoría de alumnos del centro. Este tipo de actividades funcionan muy bien con ellos”, explica Abel García.

Antes de llegar a la práctica han recibido talleres de las entidades implicadas, que trabajan todas en el desarrollo rural en diferentes ámbitos: la conservación de la diversidad, la agricultura ecológica y el desarrollo rural.

“Creemos que la sostenibilidad es un punto que hay que fortalecer, sobre todo entre los más jóvenes”, dice Víctor Jiménez, de la Fundación Grazalema 2030. Por ello, centran sus esfuerzos en dar a conocer las especies autóctonas de cada lugar, su importancia y el papel que tienen en el ecosistema. Eso lo llevan también a los espacios urbanos, que es donde se concentra la mayor parte de la población y que “deben enfocarse cada vez más a ser espacios más habitables y sostenibles en el contexto de cambio climático en el que estamos”.

Los mini-bosques ecosostenibles se están implantando en cinco localidades de la provincia de Cádiz. Antes del proceso de siembra se celebrarán jornadas divulgativas en centros escolares dedicadas a mostrar la necesidad de mejorar los entornos urbanos, crear espacios verdes que sean sumideros de carbono e implicar a la juventud en esta tarea. La estrategia concuerda con los principios de la iniciativa europea Bosques 2030.

Alumnos participantes en el proyecto Alumnos participantes en el proyecto

Alumnos participantes en el proyecto / C.P. (Puerto Real)

Tras estos foros se buscan terrenos públicos idóneos, identificando sus características así como sus ventajas en cuanto a nutrientes, y se plantan especies autóctonas en muy alta densidad y diversidad. Durante los dos primeros años se precisará un sistema de riego por goteo y, a partir del tercer año, el mini-bosque apenas requerirá mantenimiento. Se estima que con este método la frondosidad de las especies plantadas preserva la humedad de la tierra.

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