Sánchez, patético

Patético proviene del griego pathetikos, donde pathos significa emoción, sentimiento o enfermedad y el sufijo iko significa “relacionado con”. En el diccionario de la Real Academia Española patético tiene dos acepciones. 1. Que conmueve profundamente o causa un gran dolor o tristeza. 2. Adjetivo Penoso, lamentable o ridículo. En las dos ha incurrido el presidente Pedro Sánchez. En la primera comparecencia, maquillado como zombi más bien tristón, su pretensión era conmover, si bien las redes que no tienen corazón pronto daban como explicación que esa cara era la consecuencia de anunciarle que la comida era puchero con el calor que está haciendo. Aunque el otro día a las 5 de la tarde hubiera devorado hasta el hueso del cocido. En la segunda comparecencia, el presidente se quejaba frente a la pregunta de un periodista afirmando indignado, que él no había sido traicionado por tres de su máxima confianza (Ábalos, Santos Cerdán y Koldo) sino solo dos, negando que Koldo fuera de su máxima confianza. A mí esta reflexión presidencial me pareció profundamente patética. Se me asemeja a alguien que hubiera atropellado dos carritos de bebé provocando la amputación de una pierna de una de las madres y ante el reproche respondiese “pero hombre: si han sido solo dos carritos de bebés”. Koldo no sería de su máxima confianza pero sí iba en su coche. Y de Koldo dijo el presidente que era “un inagotable aizcolari contra las injusticias, un ejemplo para la militancia”. Si esto no es patético... Sánchez, cuya falta de modestia y empatía es manifiesta, está al parecer obsesionado por cómo lo recordará historia. Yo creo que en el futuro prevalecerá su bajeza moral comprando la presidencia a cambio de la amnistía.

En Roma, la Lex Acilia Calpurnia incluía la expulsión del Senado y multas para quienes fueran sorprendidos comprando votos. El presidente no ha hecho otra cosa que vender a plazos nuestro país a cambio de votos y apoyos. Haber colonizado el CIS, el TC, el Consejo de Estado y la Fiscalía con mediocres al servicio del “puto amo” no será tampoco bien valorado en el futuro. Espero también que la política de división y del muro sea vista igualmente como una excrecencia y una alta irresponsabilidad. Creo que tampoco será especialmente considerada su visón para formar equipos. Aquí el presidente es reo de haber nombrando secretarios de organización expulsados del partido uno, y con pérdida absoluta de confianza el otro, con una catadura moral deficiente .

Me gustaría pensar que el Partido Socialista, estructural en nuestro sistema democrático, va a reaccionar en contra de tanto desatino. Desgraciadamente ello es altamente improbable, con lo cual el riesgo de desaparición o al menos de un gran debilitamiento del PSOE es alto. Espero que no ocurra aquí como en Francia o Italia, pues la estabilidad la garantizan dos partidos centrados y no los movimientos 5 estrellas o los chalecos amarillos, Le Pen o Giancarlo Fini. Tengo claro que en el PSOE hay personas que sienten la misma vergüenza ajena que sentimos las personas de centro derecha con la Gurtel o Bárcenas. Por cierto, es tan repudiable que se intentara comprar su silencio con salarios en diferido a Bárcenas como el nombramiento de Ábalos como diputado u otras ventajas ofrecidas por los aparatos de los partidos. Y si en lo primero estaba Rajoy como máximo responsable, es claro quien lo es de lo segundo –en la mente del presidente, seguramente Franco y la extrema derecha en conspiración con la UCO y los extraterrestres–.

Tampoco creo que en el futuro pase desapercibido quien ha sido bautizado como míster Teflón. The Times ha llamado a Sánchez Don Teflón, apodo con el que era conocido el mafioso John Gotti. Mafioso desde luego es usar aplicaciones para no dejar rastro de las actividades delictivas. Aquí el teflón será relacionado más localmente con el uso de fontaneros premiados en el pasado con cargos en empresas públicas para trabajos sucios de chantaje y coacción a jueces, fiscales y periodistas.

Creo que ha llegado el momento de reaccionar. En un estado democrático cuando no existe mayoría para una moción de censura en las Cortes solo queda derrocar en las urnas al presidente patético, agrupando el voto en torno al partido alternativa de Gobierno que hoy no es otro que el Partido Popular. España no se merece esta indignidad de presidencia.