Adiós Fosforito, caballero del cante

El estudioso gaditano traza la relación de Antonio Fernández Díaz, fallecido el pasado 13 doctubre, además de rendir homenaje a su imprescindible figura, historia ya del jondo por siempre

Antonio Fernández 'Fosforito': "Me siento como un cantaor de mil años"

Antonio Vinaza ‘Niño de la Rosa’, Antonio Fernández ‘Fosforito’, y Félix Rodríguez, en el año 1973.
Félix Rodríguez

El pasado 13 de octubre fallecía uno de los cantaores más grandes de la historia del cante flamenco. Antonio Fernández Díaz, 'Fosforito', un artista que al comienzo de la década de los años 50 vivió en Cádiz durante varios años, al cumplir el servicio militar aquí, y posteriormente, permaneció en nuestra ciudad varios años más. Durante este tiempo, absorbió todo el aroma de los estilos del cante gaditano, y ha sido uno de los grandes cantaores, que sin ser de Cádiz, cantaba los estilos gaditanos, como si fuera de aquí.

Tuvo muchos amigos que en aquella época se ganaban la vida en fiestas para señoritos, reuniones… Uno de esos cantaores gaditanos que siempre lo admiró fue Antonio Vinaza 'Niño de la Rosa'.

El apodo de Fosforito se lo impusieron en Cádiz, porque era muy delgado y en alusión al antiguo cantaor gaditano Francisco Lema Fosforito. Anteriormente se anunciaba como Antonio de Puente Genil (Córdoba), la localidad donde nació el día 3 de agosto de 1932.

Fosforito resplandece en la historia del flamenco con una maestría mucho más allá de lo normal porque es, y ha sido, uno de los pocos cantaores más completos de todos los tiempos. Tenía el don y la sabiduría de cantar todos los estilos del cante y hasta ha creado algunos.

Fue en 1956 cuando se presentó al primer Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, obteniendo todos los primeros premios, ¡que ya esdecir! En 1958 realiza una gira de dos años por países de África, Asia y Europa. En 1962 obtiene un primer premio en el Concurso de Cante de Málaga y un año después le conceden el primer premio de Cartageneras en el Festival de Cante de las Minas.

Contrae matrimonio con la bailaora Isabel Barrientos en 1964, en Málaga, apadrinado por el escritor y cineasta Edgar Neville y la cantante Rocio Dúrcal. En su dilatada trayectoria, Fosforito ha sido el cantaor más laureado en la historia del Flamenco. Algunos de los siguientes premios y distinciones lo corroboran: Premio Nacional de Cante de la Cátedra de Flamencología de Jerez (1968), Premio Mercedes la Serneta (1977), II Compás del Cante (1985), Premio Niña de los Peines (1999), Premio Averroes de Oro de Córdoba, Premio a la Maestría de la Cátedra de Jerez, Premio Silverio Franconetti, Hijo Predilecto y Medalla de Oro de Puente Genil, Hijo adoptivo de Córdoba y Alhaurín de la Torre, Premio Ondas (1988), V Llave de Oro del Cante, Medalla de Oro de la provincia de Málaga (2004), Medalla de Oro de Andalucía (2006), Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes; Académico de Número y Honor de la Real Academia de Córdoba... Más de una docena de peñas llevan su nombre por toda nuestra geografía y entre insignias de oro, placas, cerámicas, catavinos, pergaminos, cordobanes y otras distinciones de peñas Flamencas, municipios y entidades varias, Fosforito suma más de un centenar de galardones.

Estos reconocimientos ya nos demuestra la categoría como cantaor de este grande del flamenco, porque durante medio siglo no dejó de brillar, como primerísima figura de los festivales flamencos más importantes de España y del extranjero. Fosforito siempre fue una continua entrega en cada actuación y ha ido dejando en cada cante pedazos de su alma y superando los miedos y los nervios de su responsabilidad.

Fosforito es uno de los cantaores mejor estudiados por los críticos porque su cante abarca todo el repertorio del género. Es propicio, por su legitimidad y concepción artística, para profundizar en las cualidades del flamenco. Dotado de un prodigioso sentido musical, jamás comete un fallo. En mi opinión, es el cantaor más seguro que he conocido y tenía la virtud de engrandecer todo lo que cantaba.En cuanto a su repertorio, es toda una enciclopedia porque abarca todos los estilos del cante.

La misma historia nos demuestra que, para cantar por derecho, no hace falta ser gitano. Tenemos el ejemplo en grandísimos cantaores, comoSilverio Franconetti, Antonio Chacón, Manuel Vallejo y Fosforito, que no tienen nada que envidiar a nadie. Aunque Fosforito no era gitano, su cante está dentro de la estilística gitana, porque responde a lo que esencialmente debe ser el cante jondo. Su sello personal es la patente personalidad que trasciende por cualquier estilo. Cuanto asimila lo convierte espontáneamente y, por virtud propia, en cante personalísimo, a ningún otro parecido.

En algunas ocasiones hemos coincidido, recuerdo con especial cariño la inauguración del monumento a Fernanda y Bernarda de Utrera, y Fosforito era, además de un puntal del cante flamenco, un señor, un caballero, y eso es un gran honor, con una sencillez y amabilidad fuera de lo normal. Pienso que esa misma opinión la tienen los aficionados al cante flamenco, así como compañeros cantaores, poetas, flamencólogos, periodistas y personalidades. El nombre de Antonio Fernández Fosforito permanecerá brillando con letras de oro, a través de los siglos en la historia del arte flamenco, por su gran categoría artística. El artista desaparece, pero su legado permanecerá para siempre con una extensa discografía y reportajes. Ha fallecido con 93 años. Dios te guarde, amigo Antonio.

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