Viernes Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Viernes Santo en la Semana Santa de Cádiz 2024

fernando santiago

De senectute

A ver si cuando 'We can do...' cante más adelante lo hacen a los ídolos del Carnaval o el fútbol condenados por atacar a mujeres

Sin ninguna duda, cada día estoy más viejo, bien es verdad que la juventud es una enfermedad que se cura con el paso del tiempo. Veo el revuelo que se ha formado con la carpa y pienso: mejor que no la pongan. Al fin y al cabo la carpa es una discoteca donde iban los carnavaleros a las tantas a ver si arrimaban cebolleta. Que se hiciera todos los años no quiere decir nada. De hecho este año no habrá y no se notará. Cosa diferente es que el presidente de la AVV de Santa María haya hablado como un hooligan del PP aunque en el fondo tenía razón, por mucho que diga la concejala que el sonido iba al agua en un ejercicio del principio de incertidumbre de Heisenberg. Así que como le dijo Franco a la viuda de Carrero en el funeral del almirante, "no hay mal que por bien no venga". Mejor sin carpa. Yo, sin ir más lejos, nunca fui a la carpa y no he notado ningún vacío en mi vida. He podido dormir todas las noches sin echar en falta nada. Igual los que triunfaron en las madrugadas de alcohol y desenfreno puede que sientan nostalgia.

Tampoco entiendo la expectación causada porque una chirigota femenina diga que "todos los cuplés de nabo yo me los voy a pasar por el jigo". Debe tener su gracia, aunque yo no se la veo. En realidad tampoco le veía la gracia a lo del nabo como la torre de preferencia. Me parecen comentarios zafios, propios de agrupaciones del franquismo donde un borderío suplía a la falta de libertad. Así que en vez de nabo decir jigo igual es una muestra de empoderamiento femenino que se escapa a mi escasa inteligencia. Me hubiera parecido mucho mejor que esa chirigota hubiera sido capaz de cantarle al comparsista maltratador, a los que pusieron su nombre a un colegio o incluso al gran ídolo del cadismo condenado por violación, por decir temas que requieren valentía para cantarlas ya que van contra corriente. El resto, cantar como el Carota en versión feminista, no le veo interés. Dudo que el feminismo sepa reproducir las tonterías sin gracia que cantan los hombres, pero debe ser que mi senectud me impide comprender con claridad a estas precursoras del feminismo carnavalesco, las Simone de Beauvoir de La Caleta, las Panhkurts gaditanas. Sobre las ninfas hablamos otro día. Me pasa igual con el orgullo de la menstruación. Es como si los hombres estuviéramos orgullosos de la polución nocturna o cualquier ser humano reivindicase una función fisiológica. Todo tiene que ver con mi edad provecta. A ver si cuando las de "We can do…" canten más adelante lo hacen a los ídolos laicos del Carnaval o el fútbol condenados por atacar a mujeres. Estoy expectante. Me esforzaré en que me gusten de todas formas, porque debe ser moderno y progresista. Así no quedo retratado como el rancio que soy.

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