Cambio de sentido
Carmen Camacho
Te quiero
Feijóo y Guardiola, tanto montan, prometen que, antes que formar un gobierno de coalición con Vox, convocarán nuevas elecciones en Extremadura. En muchísimas encuestas, los números dicen que ese gobierno de coalición será la posibilidad más probable. Pero a Guardiola y a Feijóo, montan tanto, no les temblaría el pulso…
Esto, dicho antes de las elecciones y mucho antes de que Vox diga “esta boca es mía” y se vea qué pide y cómo y según qué resultados es, como mínimo, de malos estudiantes. Como ir diciendo en abril que una asignatura te la dejas para septiembre.
Metáforas juveniles aparte, conlleva una falta de respeto a los votantes. ¿Dónde ha quedado la mística de la fiesta de la democracia y del “habla, pueblo, habla”? Resulta que si no habla exactamente lo que queremos que diga le ordenamos de nuevo: “¡Habla, coño, habla!” Y así, ¿hasta cuándo? La falta de respeto al contribuyente cae por su propio peso. Porque esto, ¿quién lo paga?
Lo más interesante, con todo, es la estrategia del PP. Aunque amaga y juega a hacerse la derechita más valiente, no va contra Vox. Es obvio que nadie que haya votado a los de Abascal va a cambiar su voto porque Guardiola considere que a los que él ha votado no se merecen ni el pan ni la sal. La maniobra tiene tal tufo a chantaje que los votantes de Vox no la van a aceptar. Y, además, por lo que tiene de envidar a grandes, se convierte en una profecía que se autorrealiza. ¿No han pensado Feijóo & Cía. que a lo mejor a Vox no le interesaba entrar en los gobiernos? Con este gesto, le fuerzan a exigirlo. Yo, que soy un firme partidario de que entre, quedo muy agradecido a la estrategia pepera.
Que –para animarle–, aunque sea irrespetuosa con votantes y contribuyentes, no es tan tonta. Se orienta a captar el voto socialista para estas elecciones y, por supuesto, para las futuras de una forma indirecta, aduladora y sumisa. “¿Veis –se susurra– que no somos una derecha tan mala y que con Vox no vamos ni a ganar un gobierno?”. Algunos fichajes de Guardiola en la órbita socialista también apuntan a esa envolvente.
Puede salir bien o no, pero deja clara una cosa. El PP no puede con Vox (en los dos sentidos). Prefiere hacerle ojitos al socialismo sociológico que pactar ni siquiera una parte proporcional a la voluntad popular con el partido verde.
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