Otro maremoto

Sería más eficaz instruir al párroco de La Palma para que repita las actuaciones del 1 de noviembre de 1755

El primero fue en 1755 y como según los expertos tienen una frecuencia de entre 500 a 600 años, el próximo toca, en el peor de los casos, en 2255, y como faltan 234 años se supone que no nos debe preocupar a los que hoy estamos vivos, salvo que por unos imprevisibles adelantos en la Medicina, permitan una longevidad tan larga. Sin embargo, como dicen los expertos que la costa de Cádiz es la que tiene más posibilidades de que el mar la inunde. La Virgen de la Palma y así se recuerda en el barrio de la Viña, tuvo en aquella ocasión un protagonismo destacado parando a las aguas, conminadas por párroco de la Iglesia, pero no es prudente esperar que Virgen y párroco se ocupen del segundo maremoto. Por ello, el ministro del Interior, Grande Marlaska, que fuera diputado del Congreso por Cádiz, ha estado aquí para advertirnos, después que se emitiera por la Sexta, en el programa de Ferreras, un simulacro de sus consecuencias, mediante la tecnología de "realidad aumentada".

Como en 1755 el maremoto se iniciaría en la falla del Marqués de Pombal y se dispondría tan solo de 60 minutos para evacuar al personal de las costas de Cádiz y Huelva. Pero por muy diligentes que fueren los funcionarios encargados, se perderían los 10 primeros minutos y necesitarían de otros 7 minutos para analizar su magnitud y dar aviso a Protección Civil y Cuerpos del Estado. Quedarían 30 minutos para el plan de prevención que se está estableciendo y que presentó el ministro, en su visita a Cádiz, para adelantar la respuesta. En el programa de Ferreras se ve que, el mar se había retirado de la Caleta, dejando a la vista solo la arena, pero las aguas retiradas formarían una ola gigantesca, de 12 metros de altura, que avanzaría a una velocidad de entre 500 y 1.000 km/hora, que cubriría gran parte de la ciudad de Cádiz. La preocupación se ha extendido a los vecinos de la Segunda Aguada que han hecho entrega al Ayuntamiento de un plan de contingencia frente a los tsunamis.

Hay que agradecerle a ministro Marlasca su preocupación por los gaditanos y del aporte de la tecnología. Pero tengo la impresión, dado el escaso tiempo del que se dispone, que sería más eficaz, como en la primera ocasión, que se instruya al párroco de La Palma para que, recibido el aviso, repita con la máxima diligencia y prontitud y sin olvidarse del estandarte, las actuaciones que se llevaron a cabo el 1 de noviembre de 1755.

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