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"No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio" (Charles Darwin). La dedicación prioritaria a la actividad comercial y mercantil de esta ciudad ha conformado, a lo largo de la historia, una condición natural en muchos gaditanos: la intuición.
La nueva psicología social ha llegado a una gran conclusión: las decisiones intuitivas son más eficaces en un mundo lleno de incertidumbres. En el ámbito de las ideas el filósofo francés Jaques Maritain también analizó la intuición creadora en el arte y en la poesía y el papel de lo inconsciente en la formación de la obra de arte.
Siempre nos enamoramos de forma inconsciente e intuitiva. La mayoría de decisiones importantes de nuestra vida son irracionales y sin embargo son las que más determinan nuestro futuro.
José Tinoco (Cádiz, 1972) ha sido capaz de transformar, de tomar decisiones, de conquistar, pero sobre todo de vislumbrar. Después de muchos años como gerente de varios video-clubs, recuerden el JJ de Guillén Moreno, y gracias al apoyo de sus padres, Juan y María, llegó a la calle Marianista Cubillo de Puerta de Tierra y convirtió una calle de paso en punto de llegada.
Cuando el negocio de alquiler de películas fue menguando, supo transformar su video-club en ultramarinos y aprovechó la oportunidad de encontrarse en una zona llena de colegios, bien poblada y de escasa oferta comercial. Pero de nuevo aparece la luz y Tinoco toma otra decisión reciente: transita del ultramarinos al gourmet y ése es el proceso en el que este singular establecimiento se encuentra en este momento, en plena transformación.
Casa Tinoco es un bosque animado. Conviven de forma natural los que van a comprar el pan, los bocadillos de los niños de San Felipe, los foodies de barrio, los profesores del Drago o los amantes del buen vino. Despacha productos de calidad de la provincia y tiene una magnífica bodega que puedes saborear con una conversación amable, discreta y confidente. Es capaz de organizar unas jornadas gastronómicas, un taller de polvorones, una cata de vinos o la presentación de un nuevo producto delicatesen mientras despacha cuarto y mitad de kilo de chicharrones a cualquier vecino.
Todo está basado en la convivencia pacífica y sin pretensiones. Lo informal y distendido. En suma, la atmósfera habitual de un ultramarinos. Tinoco sabe que cualquier día su perspicacia le dictará otro cambio hacia un colmado, una abacería o una enoteca.
Conoce a sus clientes por su nombre. Le apasionan las cervezas artesanas y tiene una gran variedad de productos chic que puedes comprar o probar. Una botella de vino del Novio perfecto convive en armonía con la harina de freír del Vaporcito, al lado de un paquete 3x2 de Tigretones o junto a una ventresca de atún de Herpac.
Tiene cerca de cincuenta tipos de bocadillos calientes, destaca la especialidad: "El Cañonero". Entre sus botas de vino es habitual encontrarse con los gastrónomos Pilar Acuaviva y Juan Antonio Mena, al bodeguero Primitivo Collantes, al comerciante Paco Romero, al reportero Kiko Martínez, al conocido Caña de Cádiz o al profesor Manuel de la Rosa con sus claves.
No se pierdan la mojama, las huevas de maruca, las conservas y chacinas sobre el papel de estraza. Y sobre todo entiendan este establecimiento no como ultramarinos, ni tan siquiera como un almacén tradicional porque es otra cosa. Comprendan qué significa la capacidad de cambiar, de adaptarse. Tinoco no es el más fuerte, ni el más inteligente pero sabe adaptarse al cambio. Y le pueden sus intuiciones.
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