Desde tribuna

José Joaquín León

Un descenso para la historia del fútbol

CUANDO pasen los años, el descenso del Cádiz a Segunda B en la tarde del 15 de junio de 2008 será recordado como un ejemplo de todo lo que no hay que hacer en un club de fútbol. El equipo más bobo del mundo bajó de la forma más cruel. Y lo hizo en la última jornada, después de fallar un penalti en el minuto 95 ante un equipo que no se jugaba nada, y que según algunos no estaría muy motivado, cuyo portero Sanzol dio grandes saltos de alegría después de que el balón lanzado por Abraham Paz no entrara.

El equipo más bobo del mundo descendió a la Segunda B de la forma más cruel, aunque merecida. Se veía venir, después de fallos elementales. Porque si algunos dicen que el fútbol es para listos este Cádiz C. F. está de más. Se podría escribir un tratado sobre los errores que se han cometido esta temporada por parte de la directiva, los entrenadores, los jugadores y hasta una parte de la afición, que no supieron ver el peligro real hasta que ya estaban metidos de lleno.

El Cádiz dependía de sí mismo, a pesar de todos los errores garrafales que se han cometido, incluso en la penúltima jornada, cuando se pensaba que el Sevilla Atlético nos regalaría un triunfo que nos hubieran dado la permanencia con el empate de ayer. El Cádiz se adelantó en el marcador con un gol de falta de Gustavo López. Y un equipo que no había encajado ningún gol con Julián Rubio en los dos encuentros anteriores, se dejó empatar estúpidamente en una jugada estúpida, arruinando el esfuerzo de adelantarse. En vez de morder y asegurar el 0-1, permitió al Hércules, que no se jugaba nada, la molestia de empatar. Y aún así, tras una segunda parte infame, impropia de un equipo que se juega el descenso, les tocó la lotería de un penalti en el descuento. Sólo con marcarlo se quedaban en Segunda A. Pero Abraham Paz, que no tuvo su día, falló y se buscó un hueco injusto en la historia negra del Cádiz.

Por cierto, no es por fastidiar, pero Lucas Lobos marcaba todos los penaltis. De ahí y de los refuerzos de invierno viene gran parte del desastre. Pero, en estos momentos, aunque sea por masoquismo, conviene repasar algunos detalles: Albacete, Xerez, Alavés y Racing del Ferrol, equipos que se disputaban el descenso frente a otros poco motivados, ganaron. Y el Córdoba de Jose, que hubiera descendido si Paz marca el penalti, empató ante una Real que se jugaba el ascenso. De los que dependían de sí mismos tan sólo falló el Cádiz.

Si miramos un poco hacia atrás, veremos cómo se han salvado equipos como el Albacete o el Alavés, incluso el Xerez, y cómo ha descendido el Cádiz, que ha realizado un final de Liga bochornoso y sólo ha obtenido dos puntos en los dos últimos partidos ante dos rivales que no se jugaban nada. Julián Rubio vino a salvar al Cádiz en tres partidos y no ha conseguido ganar ninguno, después de dar tantos palos de ciego como los tres que le precedieron en el banquillo.

Hay que ser optimistas. Viendo lo que estaba pasando, lo mejor era descender para empezar otro proyecto que sea radicalmente distinto. No se acaba el mundo por jugar en Segunda B, aunque sea duro volver a ciertos campos. Vendrá bien para hacer las obras de Tribuna en el estadio. Y los desplazamientos son baratos. Volveremos.

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