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EL PALILLERO

José Joaquín / León

La Unesco contra Cádiz

LA Unesco odia a Cádiz. O será que la diplomacia gaditana es lamentable. Sólo así se explica que Cádiz no tenga nada en el Patrimonio de la Humanidad. Esta semana le acaban de aprobar a Córdoba la inclusión de sus patios típicos en la lista selecta. Tercer gol que marcan en la capital de los califas, que ya tenía a la mezquita y a parte de su casco antiguo. Hay que felicitarlos, porque eso es una habilidad. Pero que Cádiz, la ciudad trimilenaria, el puerto base de las Américas, la cuna de la primera Constitución de España, no tenga nada aprobado es una vergüenza. Para Cádiz, por supuesto.

En la diplomacia exterior no está Cádiz muy fina que digamos. Cuando nombraron a Bruno García concejal de Turismo se destacó, como algo portentoso, que sabía inglés. Hombre, supongo que Bruno se lo merecía por algo más que por eso. En Cádiz puede haber algunos más que sepan inglés, incluso francés, que era la lengua madre en el colegio de San Felipe Neri. Pero luego hay que saber explicarse, a ver si se enteran de que Cádiz también existe. En español tampoco nos explicamos bien. Véase el caso del tesoro del Odyssey. ¡Con cuanta habilidad se lo han llevado a Cartagena y han dejado a Cádiz a dos velas!

Lo del Patrimonio de la Humanidad es increíble. Habría que ir a Córdoba a hacer un curso acelerado de cómo se entra en eso. O a Granada, o a Sevilla, que también colocaron lo suyo. Cuando en Sevilla levantaron el rascacielos de la Torre Pelli, la Unesco amenazó con sacar a la ciudad del Patrimonio de la Humanidad. Fueron por allí a ver, y se quedó, faltaría más. Quizá la solución sea invitar a los de la Unesco a la final del Carnaval. Nunca he entendido que incluyeran las fortalezas de San Juan de Puerto Rico y no estén los baluartes de Cádiz, que es el original donde se inspiran.

Cosas gaditanas susceptibles de entrar ahí serían la herencia de los fenicios (¿hay muchos fenicios por el mundo?), todo el Cádiz colonial (con sus torres miradores), el Cádiz constitucional (con la Constitución propiamente dicha, que se nos ha escapado en 2012), incluso el Carnaval (que tiene un estilo propio, muy gaditano por cierto). Si incluyeron los castellets catalanes, y no hay nada de lo nuestro, sólo puede ser por dos motivos: porque la Unesco odia a Cádiz o porque aquí no se orientan.

Si es por el primer motivo, se les debería conceder algún premio simbólico. Igual que se entrega la Medalla de Oro de la Ciudad a los buenos, que le den el Carbón de Oro de la Ciudad a los malos (por no decir el Mojón de Oro, que suena peor). O que se lo conceda el Ateneo. Me brindo a Ignacio Moreno Aparicio para hacer la laudatio del I Carbón de Oro para la Unesco. Pero puede que también sea por culpa de Cádiz, que no ha sabido defender lo suyo.

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