Brindis al sol
Alberto González Troyano
Vieja y sabia
El proyecto de Calachica ha generado cierto debate en la ciudad. No es mala cosa que los proyectos generen debate… lo malo es que no haya proyectos.
Personalmente me parece una buena idea y que puede resolver, además, los usos de una zona que siempre se nos ha “enconao”.
Hasta ahora el proyecto de más éxito que se ha desarrollado en la punta de San Felipe han sido los dobladillos del bar de la Punta y es necesario que este espacio, que ocupa unos metros cuadrados bastante importantes en la ciudad sea utilizado de más formas.
Montar un “beach club” que se traduce como un chiringuito a lo fino, la fórmula que está triunfando en poblaciones como Chiclana, Tarifa, Vejer o Chipiona, las ciudades más espabilás en cuestión de turismo de la provincia, parece una buena solución para una zona que está moderadamente alejada de las casas del casco antiguo y que además tiene unas preciosas vistas, dos cuestiones que vienen muy bien a este tipo de proyectos tan propensos al jaleo y a lo de las puestas de sol, que es ahora un producto de consumo de gran interés turístico.
La idea llega además avalada por gente que tiene dos grandes ventajas, conocen bien la ciudad, donde ya han montado negocios, y conocen también el mundillo en el que van a entrar porque tienen experiencia en el sector.
Cádiz necesita ofertas turísticas de calidad para atraer a un público que se deje los cuartos. Hay mucha gente compitiendo por tener muchos turistas y esto es inestable. Quizás, por las características de la ciudad, sería mejor especializarnos en un turismo que sea más proclive a sacar la cartera. Mejor menos turistas pero más buenos, podría ser el resumen de la idea.
Ojalá el proyecto salga adelante y también pueda llevarse a cabo la recuperación del entorno de la estación de trenes y lo previsto en Canalejas, que supondría hacer mucho más atractiva toda la banda que más visitan los que llegan a la ciudad.
La ciudad necesita ilusionarse y un debate no me parece tampoco mala cosa para fomentar la ilusión, pero solamente si el debate sirve para enriquecer la idea y para intentar que se lleve a cabo, que ya estamos demasiado hartos de soñar en esta ciudad que es poco propensa a “concretar” y a hacer realidad las ideas, que eso es lo difícil y lo importante.
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