Como sabéis, el pasado lunes se celebró el Viacrucis del Consejo Local de Hermandades y Cofradías de nuestra ciudad.

Un Viacrucis que hacía florecer el azahar de nuestro interior cofrade más íntimo en una noche bastante fría.

Quise pasar solo la mayor parte del mismo, buscando la mirada del Señor de Los Afligidos. También tuve la suerte, gracias a un buen amigo, de poder sentirlo sobre mi hombro y fue ahí, en ese momento, cuando de nuevo tuve que ir y buscarle otra vez la mirada.

Soy persona de creer en las señales, de verlas. Si en 2020 fue aquel Nazareno el que nos llevó a esa primera cuaresma pandémica en el que todos cargamos con el peso de su cruz. Si 2021, el año de las veneraciones, el de poder estar todos más cerca y juntos, fue el Señor de la Oración en el Huerto, el Hijo de La Esperanza portuense, quien presidió aquel viacrucis estático.

¿Qué nos quisiste decir este pasado lunes?

Te vi cargando la cruz con más esfuerzo que nunca, vi en tu cara mayor sufrimiento, vi en tus ojos más brillo que el de costumbre y vi como pedías al mundo que fuese Cirineo del que necesita ayuda.

Desde que Rusia comenzó la guerra con Ucrania, quizás ese concepto protector de país desarrollado frente a este tipo de situaciones se me ha caído por completo. Hoy puedes estar leyendo este artículo y mañana la vida te da un vuelco gracias a las decisiones políticas de un majareta.

Como en todas las guerras, hay muchos inocentes que pagan las consecuencias. Y no hablo de las consecuencias que trae al mercado europeo, a la subida de precios. Hablo de algo más importante, hablo de las perdidas humanas, de algo tan básico como alimentarse, de tener asistencia médica.

El lunes el Señor iba triste, pesado, iba sin su Cirineo, para que todos sintiésemos que hay personas que necesitan de nuestra ayuda para aliviar el peso de su cruz.

No todas las cruces son de madera y hoy la cruz de nuestro mundo es esta guerra. Este mensaje es el que vi en los ojos del Señor Afligido.

Seamos cofrades, pero seamos también Cirineos de nuestros hermanos.