El Alambique
J. García de Romeu
En un Puerto gaditano
Letras capitulares
¿Un despropósito absoluto? ¿O un absoluto mago de la política? ¿Un chapú en toda regla? ¿O el resultado de todo un artificio perfectamente estructurado para llegar a este punto? Cádiz dejó hace décadas de tener plaza de toros, y al gobierno municipal no le gusta la tauromaquia; pero bien podría decirse que el alcalde, José María González Kichi, ha cortado oreja y rabo en otra mañana triunfal, además cuando menos se esperaba y ante un reto de los más difíciles de lidiar. Un alcalde en retirada y una Corporación ya volcada plenamente en la campaña y en el qué pasará el 28 de mayo acaban de asestar un cambio sobresaliente a las condiciones de la plantilla y al presupuesto del propio Ayuntamiento aprobando un Acuerdo Regulador para la plantilla 16 años después.
La jugada es de tal calado que se mire por donde se mire, lo ocurrido este lunes en el Ayuntamiento debería ser digno de estudio en las clases de política. Resulta que el alcalde que ha conseguido enfadar a todos los sindicatos y que ha mantenido con ellos un enfrentamiento laboral casi al límite estos ocho años, ha terminado hoy el Pleno aclamado por los funcionarios que llenaban el Salón con pegatinas de apoyo al Acuerdo Regulador aprobado ‘in extremis’ y con ciertas lagunas jurídicas (según los informes de Secretaría y de Intervención).
Posiblemente pocos grupos distintos a Adelante Cádiz podrían haber llevado ya prácticamente fuera de mandato cuatro asuntos de tanta importancia para el funcionamiento laboral del Ayuntamiento en una misma convocatoria y dentro de un mismo debate. Acuerdo Regulador, modificación parcial de la Relación de Puestos de Trabajo y creación de un nuevo puesto de viceinterventor; todo ello apoyado en una modificación presupuestaria de 4,5 millones de euros de las que el gobierno no ha dado explicaciones, y despachado en apenas hora y media, la que ha durado un Pleno que ni siquiera ha tenido segunda ronda de intervenciones por unos partidos políticos que han terminado rendidos a Kichi y a sus propuestas, permitiendo que salgan adelante pese a enumerar una serie de críticas. Y pese a suponer una carga de 5 millones de euros (los que harán falta para pagar las subidas salariales contempladas) para el equipo de gobierno que resulte de las próximas elecciones.
Tan grande estaba siendo la faena, y tan clara se veía la victoria, que el alcalde ha tomado la palabra final para incluso retar a la oposición con tumbar las propuestas laborales. “Al PSOE no le gusta nada de lo que proponemos. No lo voten”, le ha llegado a decir a un Óscar Torres que se ha tenido que defender a viva voz sabedor de que tenía en el cogote la presión de parte de la plantilla municipal y de que restan 20 días para las elecciones.
Lo aprobado esta mañana otorga a Kichi un halo de excelencia política posiblemente difícil de igualar. El alcalde ha superado todas las tensiones posibles con los funcionarios, que en algunas ocasiones han amenazado con huelgas de calado que no han llegado a producirse. Ha ganado de manera rotunda el conflicto con una Policía Local que no se ve beneficiada con el Acuerdo Regulador aprobado, pese a lo cual hace meses ya que dejó las protestas y que cumple a la perfección con los servicios extraordinarios demandados en cada momento. Ha vencido a una oposición que en el peor de los casos sólo se ha atrevido a abstenerse respecto a unas propuestas de las que han vertido previamente no pocas críticas. Ha hecho olvidar un amago de fuego interno cuando su concejal de Personal dio luz verde a un Acuerdo Regulador que él mismo tumbó hace ahora un año. Y ha sacado adelante un documento que necesitaba el Ayuntamiento desde 2010 y que su equipo no empezó a negociar hasta el 23 de julio de 2020 (cuando según ha recordado Lucrecia Valverde se celebró la primera reunión de la mesa). Y ha contravenido sus propias promesas electorales o sus compromisos con la oposición planteando “la enésima modificación parcial de la RPT” sin hacer el nuevo documento global que reclama la ciudad, según le han recordado durante el Pleno.
Todo ello, conviene no perder de vista, en un período electoral en el que Kichi ha arrancado una sonrisa a prácticamente un millar de gaditanos, los que dependen directamente de la nómina del Ayuntamiento, con este acuerdo que implica mejoras laborales y, sobre todo, salariales. Una maniobra que pudiera considerarse electoralista y que han cuidado al máximo, con un Salón de Plenos lleno de adeptos al Acuerdo Regulador para no dejar espacio a los contrarios, ventanas del Salón de Plenos cerradas (a cambio de un aire acondicionado activado con toda fuerza) para silenciar posibles protestas exteriores y una inusitada presencia policial que a la hora de empezar el Pleno se traducía en siete motos, dos patrulleros y una furgoneta en las inmediaciones del Ayuntamiento. El remate electoralista ha sido la presencia durante el debate y tras la aprobación del candidato David de la Cruz rodeado del personal municipal.
“Hoy es un día histórico para el Ayuntamiento y para la plantilla. Con consenso, sacrificio, convicción e inversión damos un paso adelante en los derechos laborales de los trabajadores”, ha afirmado Kichi en una intervención con aires de mitin ante un Salón de Plenos con su relevo como candidato, David de la Cruz, entre los funcionarios. “Podemos sentirnos orgullosos” por un acuerdo “igualitario, transformador y de futuro”. “Hoy Cádiz vuelve a ser un ejemplo a seguir”, ha llegado a decir un alcalde venido arriba en banderillas y aplaudido con la fuerza con la que se despiden a los grandes toreros después de una gran faena.
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